Diferencias entre ciencia y creencia

Por Omalaled, el 19 agosto, 2010. Categoría(s): Escepticismo
El cráneo del hombre de Kennewick

Hay quien afirma que la ciencia es, tan sólo, otro tipo de creencia. Discrepo totalmente. No tiene nada que ver una cosa con la otra y, en multitud de ocasiones, se dan contradicciones entre ambos modos de entender la Naturaleza. Un bonito ejemplo en el que se puede comparar el comportamiento de creyentes y científicos está en unos párrafos del libro «Destejiendo el Arco Iris», de Richard Dawkins.[/cite]

El hombre de Kennewick es un esqueleto descubierto en el estado de Washington en 1996, y cuya edad, estimada por el método del carbono radiactivo, es de más de 9.000 años. Los antropólogos estaban intrigados por ciertos rasgos anatómicos que indicaban que podía no estar relacionado con los amerindios típicos, y por lo tanto podía representar una migración antigua y distinta a través de lo que ahora es el estrecho de Bering, o incluso desde Islandia.

Cuando se disponían a realizar pruebas de ADN de suma importancia, las autoridades legales se apropiaron del esqueleto con la pretensión de cederlo a representantes de las tribus indias locales, que propusieron enterrarlo e impedir cualquier estudio ulterior. Naturalmente, hubo una protesta generalizada por parte de la comunidad científica y arqueológica. Incluso si el hombre de Kennewick es un amerindio de alguna clase, es muy improbable que tenga afinidades con cualquiera de las tribus que viven casualmente en la misma región 9.000 años después.

Los nativos norteamericanos tienen una fuerza legal impresionante, y «El Antiguo» podría haber sido cedido a las tribus locales de no ser por un giro inesperado. La Asamblea Popular Asatru, un grupo de adoradores de los dioses escandinavos Tor y Odín, interpuso una reclamación legal afirmando que el Hombre de Kennewick era en realidad un vikingo. Esta secta nórdica (…) obtuvo el premiso de las autoridades para realizar una ceremonia religiosa sobre los huesos.

Pero esto enfadó a la comunidad Yakama, cuyo portavoz temía que el rito vikingo pudiera «impedir que el espíritu del Hombre de Kennewick encontrara su cuerpo». La disputa entre indios y escandinavos podría zanjarse mediante el estudio del ADN, y los nórdicos estaban completamente dispuestos a aceptar esta prueba. El estudio científico de estos restos arrojaría una luz fascinante sobre la cuestión de los primeros pobladores de América.

Pero los cabecillas indios rechazan la misma idea de investigar esta cuestión, porque creen que sus antepasados han vivido en Norteamérica desde la creación. Como dice Armand Minthorn, líder religioso de la tribu Umatilla: «Por nuestras tradiciones orales, sabemos que nuestro pueblo ha formado parte de esta tierra desde el principio de los tiempos. No creemos que nuestro pueblo migrara aquí desde otro continente, como afirman los científicos».

Quizá la mejor política para los arqueólogos sería que se declararan una religión y convirtieran la prueba del ADN en su tótem sacramental. Por chistoso que parezca, este es posiblemente el único recurso que funcionaría en el clima estadounidense de finales del siglo XX.

Si uno dice «Mire, a partir de la datación por carbono radiactivo, del ADN mitocondrial y del estudio arqueológico de la cerámica, hay pruebas abrumadoras de que la situación es X», no llegará a ninguna parte.

Pero si dice: «Es una creencia fundamental e incuestionable de mi cultura de que la situación es X», merecerá inmediatamente la atención de un juez.

Independientemente de las investigaciones posteriores que se hayan llevado a cabo con estos restos, quiero destacar la diferencia entre cómo actúan unos y otros. Mientras unos se hacen preguntas, los otros cierran los ojos abrazando la creencia. Contra toda prueba.

Desgraciadamente, las creencias también abundan por aquí. Y sus comportamientos no andan muy lejos: basta ver las controversias con la Sábana Santa, o la historia de Jorge López.

Y para aquellos que creen en la Transubstanciación sugeriría una prueba de ADN del vino consagrado. ¿No sería maravilloso hacer un análisis del ADN de Jesucristo?

¿No se les había ocurrido?



Por Omalaled, publicado el 19 agosto, 2010
Categoría(s): Escepticismo