Hace unos días, Maite García, de la Revista Mètode, se ponía en contacto conmigo, entre otros blogueros y divulgadores de la red, para llevar a cabo una encuesta sobre la percepción pública de algunos divulgadores periodísticos, o científicos que divulgan activamente.
Pasé a cumplimentar la encuesta en la que se preguntaba sobre diversos aspectos de la divulgación, formatos, carencias, y personalidades públicas. Me llamó poderosamente la atención un hecho, y es que, salvo una pregunta marginal respecto a qué blogs de divulgación seguía habitualmente, no se hacía ninguna referencia a la red.
Es más, de entre los divulgadores elegidos, supuestas estrellas mediáticas de la divulgación, ninguno de ellos tenía una presencia firme en Internet, ya sea mediante apariciones habituales en medios digitales, redes sociales u otras actividades.
Los divulgadores parecen no querer entrar en la red, y los medios tradicionales, la Revista Mètode en este caso, parecen asumir que es en estos medios de toda la vida donde la gente busca información sobre ciencia. ¿Es esto así? Echemos un vistazo.
Recientemente se ha publicado la V Ecuencuesta de Percepción Social de la Ciencia realizada por el FECYT (Fundación Española para la Ciencia y Tecnología) en la que, entre otras cosas, se habla en su sexto apartado de los medios de comunicación y la ciencia y tecnología. ¿Qué nos dice esta encuesta?
Primero, algo que nos parece bastante obvio: la televisión continúa siendo el medio más usado, en general, para informarnos sobre ciencia. No obstante, aparece en segundo lugar Internet, y ya más lejos la prensa, radio y demás. Sin embargo, hay varios aspectos importantes a señalar si hacemos una retrospectiva con los datos de 2008. La televisión se ha estancado (baja 0,5 puntos porcentuales) mientras que Internet pasa de estar en el grupo de prensa y radio, en torno al 30%, a subir hasta un 50% dejando atrás a estos medios consolidados.
No sólo Internet está avanzando como medio importante para la información sobre ciencia, sino que, además, entre los menores de 34 años es el medio más usado, lo que parece augurar que en el futuro se usará más intensivamente aún. Y por encima de todo, es el medio que mejor se valora en cuanto a su cantidad de información.
A tenor de lo que vemos en la estadística, Internet no sólo es un medio importante (segundo) actualmente, sino que se postula como medio mayoritario en un futuro y, sobre todo, es donde la gente considera que se informa mejor sobre la ciencia.
¿Por qué, entonces, ante un medio que ofrece la mejor información sobre ciencia, y que es usado masivamente por los interesados, no hay un movimiento más importante entre los grandes “popes” de la divulgación?
En una entrevista reciente, el Amazing Pere Estupinyà (no te pierdas su libro “El Ladrón de Cerebros”) nos da alguna pista.
Es un punto controvertido, porque en algunos campos la Web 2.0 está generando un ruido de fondo que tergiversa la información. Todo el mundo tiene una opinión, pero en ciencia las opiniones cuentan menos que los datos y, con todo respeto, a veces hay participaciones contaminantes. No creo que hayamos descubierto todavía el modelo participativo ideal, cuyo espíritu refleje –y transmita– los valores científicos, y vaya más allá de intercambiar opiniones. Así que es cierto: todavía no le estamos sacando provecho. Lo que sí ha aportado la web 2.0 y resulta fabuloso, es la enorme cantidad de comunidades bien reguladas de investigadores que pueden saltarse a los medios convencionales y hacernos llegar una información valiosísima de primera mano
Pere no es ningún recién llegado a esto, su currículum como científico y, posteriormente, como divulgador, es intachable por lo que sus palabras merecen una reflexión y ser tenidas muy en cuenta. La crítica sobre el “cualquiera puede escribir ahí”, no es nueva, un proyecto tan consolidado como Wikipedia lleva casi una década sufriéndola y, no obstante, creo que puede considerarse un caso de éxito. No obstante, pese a ese ruido al que hace referencia Pere, parece que los usuarios han encontrado sus propios métodos para filtrarlo y llegar a una gran cantidad de información fiable, y confían más en esas fuentes del cibermundo que en las tradicionales. ¿Acaso están los mass media exentos de ese ruido? ¿No estamos hartos de ver, día sí, día también, continuos atentados contra la ciencia en radio, televisión y prensa, incluso en espacios divulgativos de primer nivel nacional?
Seguramente este ruido sea más acusado en la red, sí, pero no es menos cierto que el flujo de información de calidad, también es mayor, mejor, y más rápido. Estoy totalmente de acuerdo en que los divulgadores no le están sacando todo el provecho, y que en un medio tan joven y cambiante como la red, seguramente lleve algún tiempo establecer los métodos, pero sin duda, se hace necesario. Actualmente la ciencia y la tecnología tienen un papel destacado en los contenidos de Internet, no perdamos esa posición de privilegio, sino potenciémosla para poder, en un futuro, mantenerla y ampliarla en un medio que está llamado a ser la referencia de esta década que iniciamos.
Sin embargo, pese a señalar algunos problemas de la divulgación en la red, no parece que sean esos los que alejen a los divulgadores de este medio. ¿Será, como decía Antonio (Aberrón) en otra reciente entrevista, que el periodismo tradicional huele a rancio? ¿Se resiste a evolucionar, a adoptar nuevos métodos y formas? ¿Tal vez es el miedo a bajar del púlpito y hablar cara a cara (monitor mediante) con los consumidores de ciencia? ¿Hay miedo a la crítica, a la respuesta, al debate? La ciencia es, básicamente, un intercambio de ideas y, hoy por hoy, el mejor medio para este intercambio, es la red.
Tras varios años de colaboración en la web Astroseti, me introduje en el mundo de la traducción y la divulgación científica, y decidí montar mi propio sitio web donde poder informar y aprender sobre los temas que me apasionan. Así nació Ciencia Kanija como punto de información sobre temáticas científicas variadas con el máximo rigor y veracidad posible.