La navaja de Ockham para explicar el creacionismo

Por Milhaud, el 28 enero, 2011. Categoría(s): Escepticismo
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La navaja de Ockham es como se conoce a un principio filosófico descrito por primera vez por Guillermo de Ockham a principios del siglo XIV. El concepto que describe es tan simple como revelador: ante dos posibles hipótesis para explicar un suceso, es mucho más probable que la más sencilla sea la correcta y no la más compleja.

Gracias a este concepto, Ockham afeitó las barbas de Platón», eliminando de su sistema filosófico multitud de entidades e idas innecesarias, ya que únicamente daban complejidad a algo que se podía explicar de un modo más sencillo.

Desde su concepción, la navaja de Ockham ha sido utilizada en multitud de ramas del conocimiento, tales como la lingüística, la informática, la estadística o la economía. De hecho, se puede decir que ha pasado a formar parte de la cultura popular, ya que a la hora de mentir, la mayoría de la gente opta por la simplicidad frente a la complejidad, ya que suele dar credibilidad y mejores resultados.

Pero por supuesto, todo tiene un límite. A su conveniencia, son muchos los que se han querido utilizar la navaja de Ockham a su favor, sin que en esos casos particulares sea algo ‘lícito’ o ‘coherente’. Un ejemplo es el derecho. Ninguna ley actual se ampara en este principio filosófico para emitir un juicio, ya que el derecho establece que las pruebas y testimonios siempre han de estar por encima de cualquier tipo de conjetura.

En este punto llegamos a los creacionistas, que no aparecen en el título por casualidad. El otro día navegando por Internet llegué a una página web que hizo que hasta los más pequeños huesos de mi cuerpo temblasen de pavor: Creation Ministries International. Se trata de una asociación internacional de personas para ayudar a todos los que tienen crisis de fe o problemas con su creencia en Jesucristo para que puedan superarlas.

Sí, nadie me obligó a navegar por ella… pero lo hice. Ahí fue cuando encontré un artículo titulado «Occam’s Razor and creation/evolution«. Si lo leéis con detenimiento podréis encontrar un discutible razonamiento de cómo la navaja de Ockham muestra claramente que la teoría de la evolución es mucho menos probable que el creacionismo. Aquí os traduzco su conclusión:

La teoría de la evolución postula mutaciones, un proceso aleatorio casual, y la selección natural. En cualquier caso, las casualidades aleatorias no pueden explicar y son capaces de originar la materia, la energía, la vida o la información.

¿Entonces por qué la teoría de la creación? ¿Qué responden los creacionistas a estos problemas fundamentales? Ninguno de estos presenta ningún tipo de problema, porque el creacionismo postula un Dios eterno, todopoderoso, omnipotente y que existe en todo lugar en todo momento. Por ello, para los cristianos creacionistas:

1) El origen de la materia y la energía no plantea ningún problema: Dios todopoderoso y omnipotente los creó al principio. La materia no puede ser eterna, pero Dios sí que lo es.

2) El origen de la vida no plantea ningún problema. El Dios eterno dio vida a las plantas, animales y a la primera pareja de seres humanos en su creación al comienzo de todas las cosas.

3) El origen de la información tampoco plantea problema alguno. El Dios omnisciente diseñó un orden y una complejidad en el universo, y entonces le dio al hombre inteligencia para ver, comprender y usarla.

4) Tal y como los dinosaurios desarrollaron alas y se convirtieron en pájaros, ¿no sería más simple pensar que Dios creó los dinosaurios para ser dinosaurios y los pájaros para ser pájaros? El creó distintas formas de organismos para reproducirse siendo fieles a su tipo. Nosotros observamos que los organismos se reproducen únicamente para originar más organismos de su misma especie, y conocemos las bases genéticas de ello.

De acuerdo con la navaja de Ockham, la razón más simple o aquella que tiene menos suposiciones que explican los hechos es la que debe ser elegida. La creación hace una única suposición, que Dios es quien dice ser en la Biblia, y por lo tanto, el debe haber hecho todo lo que dijo haber hecho.

La evolución tiene muchas suposiciones y ninguna de ellas da una explicación a ninguna cosa.

Según la navaja de Ockham, el creacionismo gana.

Supongo que deliberadamente, en esta explicación han obviado todas las pruebas que demuestran la teoría de la evolución. Teniendo esto en cuenta, ¿estamos en posición de poder aplicar la navaja de Ockham? En este caso tenemos pruebas que nos posicionan a favor de la evolución, mientras que no hay ninguna prueba que nos de como válido el creacionismo.

Yendo un poco más lejos, el principio descrito por Ockham dictamina que siempre tenemos que optar por la menor complejidad. Podemos explicar un mundo con un Dios todopoderoso que creó todo tal y como le apeteció, y que después de aquel momento de la creación únicamente se ha paseado por la Tierra durante 33 años para ver que tal nos iba todo, pero que después optó por marcharse para dejar al hombre que evolucionase a sus anchas. Pero también podemos optar por explicar todo sin la existencia de ese Dios. ¿Qué es más simple?

Como decía Carl Sagan, ¿y si nos saltamos un escalón?

 

 



Por Milhaud, publicado el 28 enero, 2011
Categoría(s): Escepticismo