En el año 2001 se puso en marcha el programa «Ramon y Cajal» por el Ministerio de Educación y Ciencia con la finalidad de atraer investigadores de primer nivel, ofreciendo la posibilidad de ejercer en un centro de investigación español y el compromiso de optar a una plaza fija en él.
Ante ese efecto llamada empezaron a llegar los investigadores, pero este año el Ministerio ha dejado de ofrecer sus plazas fijas de contratación en la oferta de empleo público y los investigadores, cuyos programas están llegando a su fin, desconocen si van a irse directamente al paro. Investigadores del IAC cuyos contratos Ramón y Cajal finalizan entre este año y el próximo, se sienten engañados por el Ministerio de Ciencia y Tecnología y sostienen que el Gobierno central ha roto el compromiso publicado en el BOE de 2007, por el cual se comprometía explícitamente a crear una plaza del perfil del investigado en su centro de trabajo.
Enlace recomendado: Los «cerebros» del IAC, al paro (Diario de Avisos)
Mientras lo leen, les dejamos unos datos extraídos de la Pizarra de Yuri que les harán reflexionar durante algunos minutos:
En salvar a los bancos, europeos y norteamericanos hemos comprometido dinero suficiente (unos trece billones de dólares sólo en los EEUU) para hacer unas mil misiones tripuladas a Marte y mantener el CERN durante más de diez mil años: las dos cosas a la vez y pagadas a tocateja con un solo cheque.
Menos mal que no había pasta, ¿eh?