Entrevistamos a investigadores españoles del ILL en Grenoble

Por Wis_Alien, el 27 marzo, 2012. Categoría(s): Divulgación • Física

Durante el mes de febrero tuve la suerte de poder visitar Grenoble (Francia) en un viaje organizado desde la Universidad del País Vasco y conocer en primera persona dos grandes centros de investigación internacionales: el ILL y el ESRF. El primero se dedica a la investigación usando los neutrones producidos en un pequeño reactor nuclear (hecho, por cierto, desconocido para muchos habitantes de la ciudad), y el segundo es un acelerador de electrones (un sincrotrón) dedicado al estudio de la materia mediante rayos X.

Ambos centros reciben del actual Ministerio de Economía y Competitividad (antiguo Ministerio de Ciencia) un pequeño porcentaje de su presupuesto total, que se convierte posteriormente en aproximadamente el porcentaje de tiempo de observación o medida disponible para científicos españoles. Por ejemplo, en el ESRF el porcentaje del presupuesto cubierto con dinero público español es del 4%, luego los científicos españoles disponen en teoría (actualmente es casi el doble) de un 4% del tiempo total de observación y medida en los diferentes dispositivos experimentales.

Existen también líneas experimentales o dispositivos hechos o mantenidos íntegramente por los investigadores españoles que trabajan en estos centros, como SpLine, donde obviamente la ocupación preferente es para los científicos de nuestras universidades y nuestros centros de investigación, como el CSIC.

Vista panorámica de los centros de investigación, con el ILL a la izquierda (cúpula blanca y edificio anexos) y el ESRF en el centro (anillo circular).

Durante las visitas por estos dos grandes centros experimentales, por cierto situados en un polígono científico y tecnológico impresionante, tuvimos la oportunidad de charlar con varios científicos españoles que además nos hicieron de guías por las instalaciones. Tres de ellos, del ILL, se han prestado amablemente a responder a una serie de preguntas sobre la vida y el trabajo en Grenoble a modo de entrevista personal. Ellos son Alberto Rodríguez Velamazán, Oscar Fabelo y Jonathan Correa.

Pregunta: Hola a los tres. Para empezar a conoceros un poco mejor, habladme de vuestra formación. ¿Qué hace falta para trabajar o investigar en el ILL?

Alberto: Bueno, en el sentido amplio, hay trabajos de todo tipo en el ILL (administrativos, técnicos, ingenieros, científicos, etc.), pero en nuestro caso creo que somos los tres licenciados en física, y Óscar y yo somos doctores (Jonathan está haciendo el doctorado).

Oscar: Las áreas de investigación en el ILL son muy dispares, por lo que es bastante habitual que los grupos sean muy multidisciplinares, químicos, físicos, biólogos e ingenieros (industriales, mecánicos, eléctricos, telecomunicaciones…) conforman gran parte del equipo humano del ILL.

Jonathan: Yo estudie Física en la Universidad de La Laguna. Durante este periodo hubo algún programa de intercambio en Suecia y Barcelona. Luego hice prácticas aquí en el ILL, tras un Máster en la Complutense, y tuve la suerte de que había dinero para un contrato de doctorando en el ILL. El resto es historia.

Pregunta: Y sobre vuestro trabajo en el ILL, ¿a qué os dedicáis exactamente?

Alberto: Fundamentalmente damos soporte a los usuarios de las técnicas neutrónicas (en nuestro caso esencialmente a los españoles) que vienen aquí a hacer sus experimentos. Ejercemos de contacto local, desarrollamos instrumentación, mantenemos los equipos y organizamos la programación y preparación de los experimentos. Y además, procuramos sacar adelante nuestra propia línea de investigación.

Oscar: Yo soy co-responsable de D1B, un difractómetro de neutrones para muestras policristalinas. La gestión y explotación de dicho instrumento es una parte importante de mi trabajo diario, que compagino con los proyectos de investigación en los cuales estoy involucrado.

Jonathan: Yo trabajo en la búsqueda internacional de una alternativa para los actuales detectores de Helio-3. Debido a una alta demanda sobre todo debida a programas de Seguridad Nacional en los Estados Unidos el precio se ha multiplicado por 20 en los últimos años, y nuestra alternativa se basa en el uso del Boro-10 como conversor de los neutrones en partículas cargadas. Después de la conversión viene la ionización en el gas y posteriormente la amplificación debido a altos campos eléctricos en la vecindad de hilos extremadamente finos. Por ahora se ha demostrado una eficiencia del 47%, con una uniformidad superior al 99%. Antes de finales de año tenemos programados más análisis en capacidad de conteo y resolución temporal junto con envejecimiento.

Esquema 3D del difractómetro D1B que utilizan Oscar y Alberto.

Pregunta: Ahora que ya sabemos en qué trabajáis surge la pregunta de cómo es trabajar aquí. ¿Existe demasiada presión por ser un centro de alto nivel y prestigio, o se hace llevadero?

Alberto: La presión no creo que venga tanto por ahí, que también, sino más bien por el modo de funcionamiento del centro (que, en mayor o menor medida, creo que es común a cualquier centro que funcione como un servicio a los usuarios): competición entre los científicos que optan al tiempo de haz, competición entre los diferentes países que ponen la pasta y que quieren que sus investigadores disfruten de la mayor cantidad posible de tiempo, plazos largos entre el envío de una propuesta y su realización, tiempo bastante limitado para llevar a cabo el experimento… Esto hace que cuando un grupo llega aquí a medir, haya bastante presión por que todo salga bien. Pero bueno, aunque alguna noche te digas lo de “quién me mandaría a mí…”, supongo que es mejor que vendimiar.

Oscar: El trabajo en el ILL es muy excitante, son muchos los usuarios que vienen al instituto con el único objetivo de poder resolver problemas específicos que hace que su investigación no avance. Estos problemas no podrían ser tratados sin las técnicas existentes en el centro. La colaboración y trabajo en equipo es el ambiente reinante en un instituto como el ILL.

Jonathan: Presión si que hay. No depende tanto del tipo de centro pero de tus superiores. En mi caso, mi jefe es bastante exigente pero como el trabajo me gusta mucho, compensa. No creo que trabajar en una universidad sea más o menos exigente.

Pregunta: Al trabajar al lado de un reactor nuclear que no para de emitir neutrones tenéis que llevar siempre con vosotros contadores de radiación. Aunque las medidas de seguridad son grandes, ¿vuestras madres no están preocupadas por esto? Porque a la mía seguro que le costaría dormir…

Alberto: Son muchos años trabajándome un cierto ascendiente sobre mi madre que me permite recurrir en algunos casos a argumentos de autoridad (“te digo yo que no es peligroso”). Incluso me ha servido a veces para evitar que se dilapide mi herencia en bayas de Goji o en pulseras energéticas. Pero bueno, la radiactividad no es cosa de broma.

Oscar: Como bien dices, las medidas de seguridad son muy altas, por lo que el riesgo de accidente no es mayor que el puedas tener trabajando en cualquier instituto de investigación de España. Ahora bien, cuando cuentas que trabajas en un reactor nuclear, es inevitable ser comparado con Homer Simpson.

Jonathan: A la mía le cuesta. Y eso es que una mujer de pueblo que no sabe nada de la estructura del átomo… Ella sabe que hago lo que me gusta, que me gano la vida con ello y es feliz. A las madres se les enseña.

Pregunta: ¿Es complicado entrar a formar parte de un centro de investigación internacional como este? Espero que la respuesta no sea que hace falta tirar de enchufes…

Alberto: No hace falta ser un superdotado para entrar a trabajar aquí. Y las convocatorias son abiertas y públicas, pero evidentemente hay que estar al tanto de que existen. No es casualidad que, por ejemplo, los estudiantes de doctorado españoles en el ILL provengan normalmente de grupos con experiencia consolidada en neutrones.

Oscar: El trabajo constante y la especialización son las claves para poder acceder a un centro internacional como este. Por lo que programas de formación como el HERCULES o las estancias pre- o post-doctorales en estos centros son de gran ayuda para entender las técnicas y poder acceder a realizar tu investigación aquí.

Jonathan: Como les dije a alguno de ustedes, yo tuve mucha suerte. Entré sin contacto alguno con ninguna universidad. Esto no es quizá lo más fácil ni lo más inteligente pero, a veces, suena la flauta.

Pregunta: Al pagar el gobierno español parte del presupuesto del ILL habrá bastantes científicos españoles, ¿verdad? ¿Recomendáis a los futuros científicos españoles que intenten seguir vuestros pasos e ir a trabajar al ILL?

Alberto: Hay bastantes. Bueno, a mí me parecen bastantes pero puede ser porque yo a estos los veo más que a los otros. Creo que la proporción es similar a la de la participación española en el presupuesto (cosa que sucede con los científicos pero por desgracia no entre los técnicos, administrativos, etc.). ¿Recomendarlo? Hombre, es más recomendable seguir los pasos del señor Botín, pero esto tampoco está mal.

Oscar: Claro. Trabajar en el ILL es altamente recomendable.

Jonathan: Hay científicos españoles pero tampoco somos tantos. Me parece a mí. Y sobre seguir mis pasos… ¡Caminante no hay camino! Aquí estoy muy a gusto y es un lugar maravilloso para trabajar. Pero tampoco es el único (y así lo espero porque mi contrato se acaba este año).

Sincrotrón ALBA en Barcelona

Pregunta: En España existen centros de investigación como el sincrotrón ALBA en Barcelona o el futuro ESS Bilbao, pero ninguno es tan importante como el ILL. ¿Creéis que funcionaría un centro de tanta envergadura en nuestro país?

Alberto: Sí, no veo por qué no, la capacidad la tenemos; pero sería necesaria una apuesta seria y con continuidad, especialmente en la financiación.

Oscar: Son muchos los investigadores españoles que acceden a grandes instalaciones como el ESRF, ISIS, ILL, Diamond, etc, además del número de investigadores/personal técnico que se han formado o se están formando en el seno de estas u otras grandes instalaciones. Por tanto estoy totalmente convencido que la apuesta española por las grandes instalaciones tendrá un éxito que será internacionalmente reconocido, como el de las instituciones anteriormente citadas.

Jonathan: No quiero entrar en hablar de política, pero funcionarán en tanto en cuanto haya un verdadero interés político. Buenos o incluso extraordinarios científicos hay en España o en cualquier lado. Si no hay voluntad de ofrecerles las mejores condiciones para que trabajen allí se irán. Y esto no es solo una pérdida científica, sino cultural e industrial.

Pregunta: Tengo un amigo que dice que Europa comienza al pasar los Pirineos. ¿Vuestras condiciones laborales y sueldos confirman esto, o son más o menos como en España?

Alberto: Yo trabajo para el CSIC y mi contrato es un contrato español. Del sueldo no me puedo quejar. En cambio, las condiciones laborales, en lo que respecta a derechos sociales y protección del trabajador, son bastante mejores en Francia. Y no sé si Europa empieza en los Pirineos, pero lo que sí me parece es que lo de la Unión Europea… quizá para los capitales funcione muy bien, pero para los trabajadores no tanto.

Oscar: Cada vez es más difícil poner fronteras, en particular cuando estás en un ambiente de trabajo internacional, las condiciones laborales dentro del instituto son similares aunque es indiscutible la existencia de diferencias.

Jonathan: Las condiciones laborales son mejores que en España (esto sin leer la nueva Reforma Laboral…) Pero también es cierto que no es del todo común en Francia tener estas condiciones. Mi sueldo es público y es el mismo para todos los doctorandos: 2400 euros brutos que se quedan en 1800 netos.

Pregunta: Pasando a un tema más mundano, ¿cómo es la vida en Grenoble para vosotros? ¿Se echa de menos el jamón?

Alberto: Por suerte mi pueblo está a una jornada de coche y el jamón puede venir en el maletero. Se echa de menos a algunas personas. Al tipo de vida no es difícil adaptarse. No es España pero tampoco es Laponia.

Oscar: Grenoble es una ciudad muy agradable, en invierno es un paraíso para los amantes del esquí, y en la temporada estival su clima es agradable e invita al paseo. El instituto se encuentra muy cerca del centro de la ciudad, por lo que puedes ir al trabajo en bicicleta o incluso andando. Eso sí, el frío puede hacerse insoportable, en particular para un Canario.

Jonathan: En Canarias no hay cultura del jamón precisamente pero si que se echa de menos. Yo, particularmente, tengo una larga experiencia viviendo fuera de casa. Pero este sitio es muy agradable. Sobre todo si es para una estancia de algunos meses o años. Se puede aprovechar muy bien el tiempo libre.

Pregunta: Si queréis comentar o recomendar algo más a nuestros lectores, podéis hacerlo ahora.

Alberto: A los que aún estén a tiempo: claro que sí, haceos científicos, así evitaremos que os dediquéis a cosas más dañinas.

Oscar: Recomendar que visiten la pagina web del ILL (ill.eu) en la que hay mucha información divulgativa, así como las ofertas tanto para trabajar, realizar tesis o pequeñas estancias de investigación.

Jonathan: Poco más a añadir. Este es un lugar con muy buenas condiciones para desarrollarse como científico y como persona. Tuve una gran oportunidad viniendo aquí e intento aprovecharla lo mejor posible.

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En mi nombre y el de Amazings me gustaría agradecer la participación de estos tres jóvenes investigadores en esta pequeña entrevista, dedicando parte de su tiempo a ayudarnos con la divulgación científica. Mucha suerte por Grenoble, compañeros.



Por Wis_Alien, publicado el 27 marzo, 2012
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