La guerra de la tensión arterial: VitaTEN contra aguacates

Por Scientia, el 27 julio, 2012. Categoría(s): Alerta Magufo • Química

Se acabó. Tras mucho tiempo escribiendo acerca del mundo de los alimentos funcionales, el que más cuota de mercado ha alcanzado dentro de las superficies comerciales en los últimos años, éste es el último post que publico sobre este grupo de nuevos productos.

¿La razón? No me gusta ni sentirme engañado ni alterarme más de la cuenta, y como después de destaparse la verdadera historia del Actimel ambas cosas me ocurrieron, decidí buscar un alimento funcional que me regulase la tensión arterial, y lo encontré… porque aunque les parezca sorprendente “haberlo haylo”: el VitaTEN, un curioso producto que tras estudiarlo a fondo ha contribuido a la drástica decisión que he tomado. Pero vayamos por partes que aquí hay miga.

Uno de los grandes campos de investigación dentro de la Ciencia y Tecnología de los Alimentos es aquel que abarca la obtención de péptidos bioactivos, entendiéndose estos como secuencias de aminoácidos inactivas en el interior de una proteína precursora pero que ejercen propiedades biológicas al liberarse por procesos de hidrólisis enzimática, in vivo o in vitro, o por procesos fermentativos. La principal propiedad de los péptidos bioactivos es que son capaces de ejercer una importante actividad biológica en el organismo (antioxidante, anticancerígena, anticolesterolémica, etc.), además de poseer un alto valor nutritivo y fisiológico.

En los últimos años se han publicado muchos trabajos de investigación sobre la capacidad antihipertensiva de gran diversidad de péptidos bioactivos procedentes de las proteínas de la leche (tanto caseínas como proteínas del suero) y que se generan mediante la elaboración de quesos, yogures y leches fermentadas. La actividad antihipertensiva de estos péptidos (preferentemente tripéptidos formados por Valina-Prolina-Prolina e Isoleucina-Prolina-Prolina) está basada en su capacidad inhibitoria de la enzima convertidora de angiotensina I (ECA-I), una proteasa conocida como peptidil dipeptidasa A con una alta capacidad vasoconstrictora y que tiene un papel fundamental en la elevación de la presión arterial.

Pues bien, aprovechando los estudios realizados sobre la capacidad de algunos péptidos bioactivos para inhibir la ECA-1, y basándose en la estrategia de buscar nuevas alternativas al tratamiento de la hipertensión que complementen a los fármacos tradicionales, diversas empresas alimentarias decidieron desarrollar una serie de alimentos funcionales enriquecidos en péptidos bioactivos con capacidad antihipertensiva, como fue el caso del Danaten o el VitaTEN comercializados por las empresas Danone y Kaiku respectivamente, y en cuyo lanzamiento invirtieron grandes sumas de dinero.

Sorprendentemente, y poco tiempo después de salir al mercado, Danone retiraba su producto Danaten de las superficies comerciales sin dar explicaciones convincentes de las razones de esta decisión… así que para regular el desequilibrio en mi tensión arterial provocado por el “caso Actimel” solo me quedaba como alternativa consumir VitaTEN, una leche fermentada que está indicada para aquellas personas que tienen niveles ligeramente elevados de tensión arterial y que comercializa Kaiku, la empresa láctea vasca que hace pocas fechas ha sido adquirida por la compañía suiza Emmi.

Según lo que se puede leer en la página web de Kaiku, VitaTEN se obtiene a través de un proceso de fermentación de la leche con una bacteria natural, el Lactobacillus helvéticus, que es capaz de “romper” la proteína de la leche y producir los famosos péptidos bioactivos que ayudan a controlar la tensión arterial. Además, el contenido mineral de VitaTEN, rico en calcio, potasio y magnesio, y pobre en sodio, constituye según la web de Kaiku otro mecanismo de este producto para ayudar a controlar la tensión arterial. Por último, desde la empresa se nos promete que tomando 1 botellita diaria de VitaTEN podremos reducir la presión arterial en el plazo de 5 a 7 semanas.

Todo cuadraba. Había encontrado el producto que estaba buscando y que me iba a tranquilizar después de tantos sinsabores producidos tras estudiar la realidad de los alimentos funcionales… pero tuve la fatal idea de comprobar lo que dice la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) acerca de estos productos y llegó el primero de los cabreos.

No solamente no hay evidencias científicas aprobadas oficialmente de que la adición de Lactobacillus helvéticus a un producto lácteo dé lugar a unos maravillosos péptidos bioactivos con capacidad para regular la presión arterial, sino que la EFSA informó negativamente hace un tiempo acerca de la petición de una empresa alimentaria para poder comercializar una leche fermentada con dicho Lactobacilo publicitando dichas propiedades…. y qué quieren que les diga, a lo mejor la retirada sorprendente del Danaten por parte de Danone podría tener en dicho informe una posible explicación. ¿O me van a decir ustedes que no tiene ninguna relación que Danone saque su producto en 2007, la EFSA publique el citado informe en 2008 y la empresa líder del sector lácteo retire Danaten en 2009? Sigamos que la historia acaba de empezar.

A pesar del citado informe de la EFSA hubo una empresa, la citada Kaiku, que no solo no retiró su producto como hizo Danone, sino que utilizando la misma dudosa estrategia que la multinacional francesa emplea hoy en día con el Actimel encontró un resquicio legal para mantener VitaTEN en el mercado sin infringir la ley: añadirle una determinada cantidad de potasio, de la misma forma que Actimel hace con la Vitamina B6… ¿así de fácil soluciona Kaiku el problema?

Sí. Según el Panel de Expertos en Nutrición, Alergias y Dietéticos de la EFSA si un producto presenta cierta cantidad de potasio en su composición no solamente puede anunciar, lleve o no péptidos bioactivos en su formulación, que “contribuye al mantenimiento de la tensión arterial normal” sino que además también puede publicitar que “contribuye al funcionamiento normal del sistema nervioso” y al “funcionamiento normal de los músculos”… pero nada de hablar de semanas de tratamiento, ni de mejorar patologías ni de cosas por el estilo.

Y voy a ir más allá. ¿Saben ustedes que si en un vaso de agua disuelvo el 15% de la Cantidad Diaria Recomendada de potasio (a través de una de sus sales solubles) puedo anunciar que ese producto tiene prácticamente las mismas propiedades que el alimento funcional protagonista del post de hoy?

Lo que han leído.

Hidróxido de potasio

Pero si esto es cierto, que lo es, ese famoso microorganismo que se supone que produce los maravillosos los famosos péptidos bioactivos que Kaiku publicita en su web y que, como veremos a continuación, lo pagamos a precio de oro, ¿sirve para algo? Según la EFSA, NO.

Entonces, eso de que podemos podremos reducir la presión arterial en el plazo de 5 a 7 semanas ¿está demostrado científicamente? Según la EFSA, NO.

O sea que prácticamente todas las propiedades beneficiosas de ese producto residen en el potasio y no en los péptidos bioactivos que tanto publicitan ¿es así? Según la EFSA, SÍ.

¿Y tan difícil es encontrar ese potasio en productos que consumimos a diario que hay que recurrir a VitaTEN? NO.

Según los últimos estudios nutricionales la deficiencia de potasio es muy rara en individuos que consuman una dieta equilibrada y no hay necesidad alguna de consumir suplementos en circunstancias normales. Los alimentos que son fuente alta de potasio incluyen judías blancas; garbanzos; hortalizas como el brócoli, remolacha, berenjena y coliflor; frutas como el plátano, uva, albaricoque, melocotón, cereza, ciruela; el germen de trigo; algunos frutos secos; las judías, etc… vamos, que por falta de potasio no va a quedar.

Pero de entre todos los alimentos ricos en potasio he decidido escoger para hacer una comparativa nutricional y económica con el VitaTEN al aguacate, una fruta de un inmenso valor nutritivo por su contenido lipídico de gran calidad debido a su alta cantidad de grasas monoinsaturadas, su concentración muy elevada de fibra soluble, su importante concentración de vitaminas antioxidantes y otros importantes nutrientes.

Pues bien, aunque hay muchas variedades de aguacate (Bacon, Fuerte, Gwen, Hass, Pinkerton, Reed, Zutano, etc.), las más comercializadas y conocidas pesan aproximadamente entre 150 y 350 gramos por lo que al poseer este alimento cerca de 500 mg de potasio por cada 100 gramos, y poniendo una media de 250 gramos de peso por unidad, podríamos establecer que cada aguacate puede tener unos 1.250 mg de potasio… lo que cuadriplica los 300 mg de este mineral que hay en cada botellita de 65 ml de VitaTEN.

¿Y de precio como anda el VitaTEN comparado con nuestro querido aguacate? Se supone que al tener cuatro veces menos de potasio, y además no poseer las otras propiedades nutricionales de nuestra fruta exótica, será bastante más barato ¿no? Pues no. Un pack de 6 botecitos de uno de estos productos estrella de Kaiku nos cuesta aproximadamente 3.90 euros (unos 0.65 céntimos por unidad) mientras que en la misma superficie comercial por un aguacate me cobraron 0.55 euros… ¡¡un 15% menos!!

Conclusión. Un aguacate, que cuesta un 15% menos que una botellita de VitaTEN, posee cuatro veces más potasio (el verdadero ingrediente de este alimento funcional que ayuda a regular la tensión arterial y no los péptidos bioactivos) que el producto estrella de Kaiku… sin comentarios.

Queridos lectores, una peligrosa moda se ha apropiado de los alimentos funcionales que debe ser denunciada. Durante muchos años la ausencia de una legislación que regulara este tipo de productos provocó que se pudiera utilizar todo tipo de eslóganes para publicitar propiedades saludables que no habían podido ser demostradas científicamente. Tras la publicación del Reglamento 1924/2006 relativo a las declaraciones nutricionales y de propiedades saludables en los alimentos menos de 400 solicitudes de las casi 50.000 presentadas por la industria alimentaria fueron aprobadas, por lo que el rigor científico pareció ganarle la partida a la trampa y al engaño.

Sin embargo, en los últimos tiempos muchas marcas comerciales han encontrado una puerta abierta en ese Reglamento para realizar ciertas prácticas que, aunque son legales, éticamente no son muy apropiadas y que pueden llegar a confundir al consumidor… y yo personalmente me siento engañado.

Les dejo. Les puedo asegurar que, aunque parezca lo contrario, destapar estas historias no es nada agradable pero lo considero necesario. Desde mi punto de vista la divulgación científica no solo tiene como objetivo dar a conocer al público los nuevos avances que se hacen en la Ciencia de forma que ésta llegue a todos los ciudadanos, sino que además debe servir para denunciar el mal uso de la misma que algunos hacen con objetivos más que dudosos… y esto ayudará a proporcionar al consumidor toda la información científica posible para que sus elecciones sean libres pero con conocimiento de causa.

Yo por mi parte voy a tomarme un aguacate a ver si me baja la tensión y, a pesar de la decisión que les anuncié al principio de este post de no escribir más sobre nuevos productos, nunca me ha gustado que me tomen por tonto así que en el caso de que esta fruta exótica logre tranquilizarme a lo mejor sigo denunciando estas cosas que salpican el mundo de la alimentación… ya veremos.

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Edición: Os invito además a echarle un vistazo a «La prueba final: mi vídeo casero que demuestra los engaños de la industria alimentaria»

Bibliografía:

  • Reglamento (UE) nº 432/2012 por el que se establece una lista de declaraciones autorizadas de propiedades saludables de los alimentos.
  • Regulation (EC) No 1925/2006 of the European Parliament and of the Council of 20 December 2006 on the addition of vitamins and minerals and of certain other substances to foods.
  • EFSA Journal 2010; 8(2):1469.
  • EFSA Journal 2008; 824, 1-12.


Por Scientia, publicado el 27 julio, 2012
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