#VivaMC2

Por Amazings, el 1 septiembre, 2012. Categoría(s): #sinCiencia no hay futuro

Hoy, primero de septiembre de 2012, sube en España el IVA. Por ejemplo, el asociado a la entrada de un museo científico pasa del 8% al 21%. Los museos de la ciencia, con todos los otros museos, sufren este incremento tan drástico porque este Gobierno los considera un «ocio» no estrictamente necesario en un país en crisis. De manera que en el futuro serán más caros, si es que llegan a ser en absoluto.

En el sistemático desmantelamiento del estado de bienestar de este país, el ataque a la ciencia ha sido constante en los últimos tiempos. Desde aquí hemos sido siempre sensibles a este problema, con los recortes presupuestarios, la forma en que el sistema de ciencia queda relegado y perdido, dependiendo de dos ministerios, por un lado el de Educación, Cultura y Deporte en lo tocante a la enseñanza y universidades y por otro lado del de Economía y Competitividad, responsable del sistema de investigación y demás.

No interesa la ciencia, queda claro. Y no solo en las escalas más altas del Estado, sino, por lo que vamos viendo, en muchas otras.

Desidia, desconocimiento y desprecio, en un país que los medios de comunicación pueden agitar la opinión pública por una cuestión como la prohibición o no de unas corridas de toros o unas declaraciones de un entrenador de fútbol, pero donde quedan impunes y ocultos otros desmanes mucho más peligrosos.

Vayamos por ejemplo a la esquina septentrional occidental de esta península. Allí, justo al lado de donde cada unos cuantos años la necedad de los intereses económicos permite que un petrolero se hunda, se queme o se quede varado y contamine, existe una población que desde hace tres decenios comenzó una experiencia innovadora en lo social: considerar que la ciencia es parte de la cultura, que debe haber un empuje público para promover esta cultura y que se puede hacer de forma participativa y pensando sobre todo en lo que nos apetece conocer, lo que nos causa preocupación o nos maravilla, en aquello que resulta significativo no porque quede bien lucirlo, sino porque nos mejora la vida y nos cambia el futuro.

En esa tribu gala, perdón, gallega, en A Coruña, resistieron y crecieron esas ideas, configurando los Museos Científicos Coruñeses, MC2 (materia -gris- convertida en pura energía), con tres centros interactivos y apasionantes, dedicados a las ciencias. El palacete de María Margarita, la original Casa de las Ciencias con su planetario; la Casa del Hombre, Domus, sobre la bahía de Orzán, un lugar donde nada de lo humano es ajeno; la Casa de los Peces, el Aquarium Finisterrae, uno de los primeros acuarios del mundo en descubrir la interactividad y conducir la emoción con el conocimiento. Tres grandes centros abiertos a la ciudadanía y que han marcado no solo la vida de la ciudad, sino que se han convertido también en seña de identidad de la misma. Pero no solo eso, porque desde MC2 se fueron, sobre todo, creando formas de hablar de la ciencia nuevas, menos acartonadas y formales, más transversales o incluso laterales. De forma cómplice y juguetona, la ciencia se puede colar en cualquier sitio y permitirnos una mirada al mundo más libre, más capaz.

¿Y cuál es la receta de algo así? Como en las grandes cocinas, no solo es una cuestión de ingredientes, sino de dedicación y desarrollo. Y pasa eso, los museos científicos coruñeses han tenido siempre un equipo humano dedicado, precisamente, a poder ofrecer al público nuevas propuestas y recoger los deseos y las expectativas, día a día. Y una misión bien definida: no hay cultura sin ciencia, no solo hay que enseñar, sino emocionar, no hay que dudar en hablar a la gente en su lenguaje, ni en meter mano a lo que parezca más intocable. Todo esto nació y creció de la mano de Ramón Núñez, actualmente director del Museo Nacional de Ciencia y Tecnología, que ha plantado una gran sede, precisamente, en A Coruña, algo que no es casual, sino efecto preciso de esa masa crítica de museos de ciencia que ha acumulado la ciudad.

Sin embargo, en los últimos años, parece que la ciudad que creó este mundo tan querido para quienes amamos y luchamos por la ciencia, parece haber olvidado lo que tienen entre manos. Y no es solamente una cuestión de desdén, sino un derribo controlado de un edificio que era único y, estamos convencidos, es un bien que debemos conservar entre todos. Esta semana que viene no solo el IVA encarecerá los bienes culturales, sino que en A Coruña, la concejalía de Cultura colocará al frente de los Museos Científicos Coruñeses a una persona cuyo perfil y formación es la de interventor municipal: para llevar los museos y coordinar los equipos, por lo tanto, lo único que se necesita es saber cómo funciona la administración pública y llevar los papeles bien firmados y conformes a la reglamentación.

Y mientras tanto se declara desierta una plaza para un director de una convocatoria pública en la que, paradójicamente, el perfil describía la importancia de la experiencia y el conocimiento del mundo de la cultura y museología científicas en un puesto que debe gestionar, precisamente, un patrimonio de la cultura científica como los MC2. ¿Si no encontramos un buen candidato abandonamos la idea y colocamos al primero que pase cerca del despacho de la concejalía?

Es la mejor forma de cargarse una buena idea y una realidad tan significativa como los MC2. Algo que no ha nacido hoy, sino que viene de largo, especialmente desde el último cambio de gobierno municipal. Por más que el alcalde de A Coruña declare una y mil veces que los MC2 son parte fundamental de lo que su ciudad ofrece al mundo, y que no solo mantienen su propuesta en los tiempos de crisis, sino que la apoyan y fortalecen, la realidad es que desde hace más de un año los museos no tienen director, que la concejalía no atiende al interino y que las actividades de los centros sobreviven a duras penas porque ni siquiera hay forma de que en el ayuntamiento firmen los expedientes.

Por ejemplo, desde hace un cuarto de siglo, cada año se han ido concediendo los Prismas de la divulgación científica, un galardón creado por la Casa de las Ciencias y que es una de las enseñas de los MC2 en el mundo entero: premiando trabajos audiovisuales, artículos, textos inéditos…

Entrega de los Premios Prisma a la divulgación científica

No solamente han sido pioneros, sino casi únicos, estos premios a la divulgación de la ciencia., sino que además han sido el empuje para toda una generación de comunicadores y amantes de la ciencia. Pues bien, para esta edición tan especial “de boda de plata”, se ha producido la paradójica situación de que el premio debería finalizar hoy mismo la recepción de candidatos, cuando aún no ha sido anunciado porque no tiene una partida presupuestaria concedida.

La semana pasada se hicieron eco de la situación los medios de comunicación, y a través de las redes la gente empezó a preguntarse en alto qué pasaba con los Prismas coruñeses. Unos días después los responsables municipales tenían que declarar a los medios que nada más lejos de su intención que cargarse unos premios con veinticinco años de éxito a sus espaldas, que simplemente un problema burocrático había demorado el proceso, pero que todo seguía en marcha y con gran empuje. No es cierto, pero ya sabemos que en este país les permitimos estas mentirijillas (y otras mucho más grandes) a quienes gobiernan. En cualquier caso, resulta terrible que solamente la presión exterior ha conseguido que un expediente que lleva cogiendo polvo desde primavera haya pasado a ser firmado esta semana.

Desidia, en definitiva. Si algo no interesa, si algo es prescindible, si la cultura es un lujo y podemos ponerle impuestos o dejarla ahí aparcada como si un museo fuera simplemente algo que se visita y punto, y no un lugar vivo en el que se crean en cada momento nuevas experiencias, luego no es raro que consideren que un museo, una ruina en definitiva, puede llevarlo cualquiera, porque solo hay que asegurar que se abran las puertas a su hora, que esté razonablemente limpio y que haya luz. O algo así: es terrible pensar que un museo que ha estado siempre entre los más activos museos de ciencia de Europa y del mundo, con colaboraciones internacionales y nacionales, empujando las redes de centros de ciencias y la cultura científica de nuestro país, se quede ahora esperando que en un despacho alguien pase a firmas un expediente aburrido.

¿Es posible frenar el dislate?

Por lo menos, evitar que pase sin que nadie diga nada, si. Y no solo porque MC2 ha sido y es una fórmula tan importante para la cultura científica de nuestro país, sino porque si al centro señero de la divulgación de la ciencia le puede pasar esto, da miedo pensar en lo que puede pasar en otros sitios. Algo que, de hecho, ya está sucediendo, al amparo de los tiempos de crisis.

Así, reivindicar los museos coruñeses es realmente, de nuevo, reivindicar la ciencia y defenderla de los ataques y recortes.

#vivaMC2



Por Amazings, publicado el 1 septiembre, 2012
Categoría(s): #sinCiencia no hay futuro