Aunque la LENR se vista de seda, fusión fría se queda…

Por maikelnai, el 7 noviembre, 2012. Categoría(s): Escepticismo • Física
Pons & Fleischmann en 1989.
(A la izqda. Pons, y a la dcha. Fleischmann, quien por cierto falleció este verano).

Reconozco que el anuncio en 1989 de Pons y Fleischman (P&F en adelante para abreviar) sobre su «sensacional» hallazgo de una forma de generación de energía ecológica, barata e infinita fue uno de los momentos más ilusionantes de mi vida de aficionado a la divulgación. Fusión fría, la llamaron, y en efecto a la comunidad científica semejante afirmación les dejó fríos, ya que nunca pudieron replicar sus resultados.

Desde entonces el término «fusión fría» se hizo sinónimo de mala ciencia. No obstante, de cuando en cuando la idea vuelve a ocupar titulares cuando algún otro científico sostiene haber observado una actividad energética inusual empleando elementos comunes a temperatura ambiente.

En este mismo blog hemos hablado de intentos recientes por resucitar la idea, que no han impresionado lo más mínimo a nuestro experto en la materia, Francis Villatoro. (Véase El secreto está en la (toma de) masa).

Y hete aquí que de visita por Discover Magazine, una web a la que considero de confianza, entre otras cosas por hospedar al blog de uno de mis divulgadores favoritos, Carl Zimmer, me encuentro con una nueva aproximación al tema, aunque en esta ocasión con sutiles diferencias.

El artículo consultado, obra de Mark Anderson, se titulaba Big Idea Bring Back the «Cold Fusion» Dream, y podríamos traducirlo como «Gran idea resucita el sueño de la fusión fría«. En él, se aseguraba que una nueva teoría podría explicar el experimento de P&F sin recurrir a reacciones de fusión nuclear. El hombre detrás del nuevo enfoque es Lewis Larsen, de quien se dice que tiene «formación» en física, y que para encontrar explicación al misterio de aquel experimento ha echado mano únicamente de física establecida.

Para hacer más creíble el artículo, el autor no solo «reniega» de la fusión como explicación de lo que sucede en el agua pesada, sino que además cita a dos instituciones de toda solvencia como involucradas en el nuevo enfoque: el CERN y la NASA. ¿De verdad ambas estaban interesadas en estas ahora llamadas LENR (reacciones nucleares de baja energía)?

No soy físico, y mi conocimiento acerca de las partículas elementales es el de un simple aficionado, pero en el artículo aprecio datos que me hacen dudar. Cosas como:

«Rebuscando en la literatura física, Larsen consideró otras reacciones nucleares que pudieran producir energía de forma sutil. Uno de los candidatos fue la desintegración radioactiva, que se da cuando núcleos atómicos inestables liberan energía en forma de radiación. Algunos elementos encontrados en la naturaleza como el radio, sufren esta desintegración. ¿Pudo ocurrir algo así dentro del aparato de P&F?»

Widom (izda) y Larsen (dcha).

Con la ayuda de un físico teórico de la Universidad Northeaster llamado Allan Widom, Larsen presenta su propia teoría. Según ambos, una película de electrones que cubriese el paladio (recordemos que P&F emplearon rodillos de este material, conectados a una corriente eléctrica y sumergidos en agua enriquecida con litio) podría combinarse con protones procedentes de los átomos de hidrógeno del agua, para formar neutrones.

Esos neutrones a su vez podrían ser «tragados» por los núcleos de litio cercanos, perturbando el delicado equilibrio entre protones y neutrones que mantenían la estabilidad de los núcleos. De este modo los núcleos de litio se desintegrarían rápidamente, formando pimero berilio y luego helio, emitiendo radiación en el proceso. Finalmente la película de electrones absorbería la radiación y la reemitiría como calor.

A esta cadena de sucesos, en la que no se habla nunca de fusión de átomos de hidrógeno sino más bien de transmutación de la materia, Larsen y Widom la llaman LENR, como antes comenté.

Esquema básico de la configuración de un experimento LENR.

Su trabajo teórico se publicó en 2006 en una revista llamada The European Physical Journal C – Particles and Fields.

Para rematar, en el artículo se habla del interés de la NASA (se cita a Joseph Zawodny, físico del Centro de Investigación Langley en Virginia) y del CERN, por ahondar en este nuevo enfoque.

Lo del CERN lo desecho como verosímil porque veo que simplemente se trató de un coloquio dirigido por Yogendra Srivastava (Universidad de Perugia, Italia y colaborador de Widom y Larsen) en las instalaciones del CERN. (Aquí el PDF de la presentación de Yogendra). El truco es viejo y ampliamente conocido. Sin ir más lejos Boirón (vendedores de «nada» homeopática a precio de oro) convoca cursos en salones alquilados a diversas universidades en nuestro propio país.

¿Pero y de lo demás, hay algo cierto? No me queda más remedio que acudir a Francis, probablemente el hombre más puesto en física de cuantos escriben en España, y valiosísimo colaborador de Naukas. Esa misma tarde le escribo pidiéndole su parecer sobre esta «Big Idea», temiéndome mucho que esto del LENR es en el fondo el mismo perro con distinto collar.

Copio y pego sus respuestas, porque no tienen desperdicio:

– Francis, después de leer el artículo ¿crees que la denostada fusión fría de P&F podría ser en realidad desintegración radioactiva?

No. Rotundamente, no. En la fusión fría de P&F ellos afirmaban haber observado un flujo de neutrones (que nadie más observó) además del calentamiento del agua (que casi seguro que tenía un origen químico debido a impurezas).

La combinación de protones y electrones para formar neutrones requiere energías nucleares de orden del MeV (millones de eV) y los experimentos de fusión fría proclaman usar energías mucho menores del keV (en los átomos los electrones tienen energías de eV). Por tanto, es imposible. Este proceso p+e –> n ocurre constantemente dentro de los núcleos de los átomos (y el proceso inverso, gracias a las llamadas fuerzas de intercambio nuclear) pero no puede escapar energía del núcleo. Nada, ninguna energía (pues el proceso ocurre bajo los límites del principio de incertidumbre de Heisenberg que así lo prohíbe).

* Nota: Por simplicidad Francis no habla de la intervención necesaria de un antineutrino en este proceso, aunque me lo indica a posteriori.

Sobre la cacareada revisión del experimento P&F por parte de la NASA y del CERN, Francis es tajante: «No lo han hecho«.

Hay investigadores de la NASA que realizan investigaciones «serias» que en «su tiempo libre» trabajan en fusión fría y envían artículos «magufos» de fusión fría a revistas magufas de fusión firmando como investigadores de la NASA. Pero eso no significa que la NASA esté trabajando en fusión fría (y cuidado con las palabras que en fusión se habla de «fusión fría» en plan serio, pero que no tiene nada que ver con la «fusión fría magufa»).

Mis sospechas con lo del CERN se ven confirmadas. Según me cuenta Francis:

Solo invitaron a unos magufos a contar sus ideas en una charla de la que salieron escaldados.

¿Y quién es tal Joseph Zawodny, el físico de la NASA que «revisita» el tema de la fusión fría? Francis me lo aclara:

Este señor es climatólogo de la NASA. Miguel, ¿tú qué crees que sabe de fusión un climatólogo? Lo sabe todo, por supuesto, todo de la fusión fría, si es magufo.

Sobre las reacciones arriba mencionadas sobre la transmutación de la materia (combinación de electrones y protones para formar neutrones), Francis me explica:

Esto es una magufada como un pino. Unos electrones a energías de decenas de eV alcanzan de forma mágica energías de miles de eV para acercarse al núcleo y allí alcanzan de forma mágica energías de millones de eV para poder combinarse con los protones y formar neutrones. Y además estos adquieren de forma mágica energía cinética del orden de miles de eV para acercarse a átomos de litio provocando que se inestabilicen y decaigan en helio. Obviamente, David Copperfield, pero nadie más puede lograrlo (y con truco).

¿Entonces cómo es que una revista «seria» publicó el trabajo de Larsen y Widom?

Francis aclara:

European Physical Journal C es una buena revista de física nuclear y de partículas, pero incluso a las buenas revistas les cuelan artículos magufos de vez en cuando. Mucha gente habla de este artículo sin habérselo leído, pero en la introducción lo deja claro: ‘si un electrón adquiere espontáneamente una energía mayor de 1,293 MeV entonces…’ El resto del artículo se basa en la hipótesis de que por ‘magia’ alguien consiga que un electrón cumpla la condición requerida, sin entrar en detalles de la ‘magia’ que lo puede hacer posible»


Resumiendo, a la vista de los resultados de las pesquisas la cosa tiene mala pinta de nuevo. Mucho me temo que para solucionar nuestro doble problema climático y energético, tendremos que fijar la atención en proyectos más serios como el ITER, o los trabajos con láser realizados en los Sandia National Laboratories.

Mi agradecimiento a Francis por su tiempo y sus valiosos comentarios.



Por maikelnai, publicado el 7 noviembre, 2012
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