Alerta Magufo: Empresarios que le ofrecen beber blanqueador industrial

Por El Nocturno, el 26 noviembre, 2012. Categoría(s): Alerta Magufo • Escepticismo

A fines de octubre, tres personas fueron detenidas por los especialistas del Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de la Guardia Civil por poner a la venta un producto prohibido por la Agencia Española del Medicamento desde 2010 y del que afirman que puede curar, sin más, el cáncer, el SIDA, la tuberculosis, el autismo, el alzheimer y, de hecho, cualquier afección imaginable.

De inmediato, sectores ecologistas (o pseudoecologistas) y «alternativistas» encabezados por el activista y empresario Josep Pàmies lanzaron una campaña para exigir no sólo que se libere de cargos a los detenidos, uno de ellos el empresario Andreas Ludwig Kalcker, sino que también se legalice el producto milagro que ofrecen, pase lo que pase y caiga quien caiga.

La historia detrás de este suceso policial en apariencia menor es todo un despropósito de pseudomedicina fantasiosa, extraterrestres, acusaciones de conspiraciones farmacéuticas, pseudoecologismo y creencias en distintas manifestaciones sobrenaturales y misteriosas.

En el principio estuvio Jim Humble

En algún momento impreciso, a principios de la década del 2000, Jim Humble, quien dice ser un ex-ingeniero aeroespacial de la NASA que estaba buscando oro en Venezuela (como suelen hacer los ingenieros aeroespaciales de la NASA) inventó así, de la nada, una cura contra la malaria.

O eso cuenta Jim Humble.

Se la mandó a unos amigos en África (que es el protocolo normal con cualquier remedio mágico inventado por un ingeniero aeroespacial que ande de gambusino por Sudamérica) y éstos trataron «exitosamente» a 100.000 personas en Uganda, Kenya, Sierra Leona, Tanzania y Malawi. Hasta que unos misioneros envidiosos impidieron que se siguiera curando a la gente de malaria.

O eso cuenta Jim Humble.

Poco después, esa cura contra la malaria resultó ser una cura para todo, desde el acné hasta el autismo, desde mal aliento hasta todas las formas de cáncer, desde la caspa y la dislexia hasta el SIDA.

O eso cuenta Jim Humble.

El problema es que su cura, a la que llama modestamente («Humble» en inglés significa «humilde») MMS (Miracle Mineral Solution o Solución Mineral Milagro, ahora Master Mineral Solution) es un potente veneno. Y no tiene ningún mineral.

Se trata de una solución al 28% de clorito de sodio que, según las instrucciones de su inventor, se debe «activar» con un ácido, como el jugo de limón (que contiene ácido cítrico). Esta mezcla provoca una reacción química cuyo resultado es el dióxido de cloro, un producto utilizado principalmente por la industria del papel para blanquear la pulpa, y que se emplea también para potabilizar el agua pero que, consumido por el ser humano en dosis como las que recomienda Jim Humble, puede causar efectos graves como náuseas, vómito, diarrea y deshidratación grave.

En este punto conviene recordar que grupos ecologistas como Greenpeace han lanzado intensas campañas contra el uso del Cloro como blanqueante y que muchos fabricantes de papel etiquetan sus productos como «libres de cloro». De hecho la baja del fundador de Greenpeace Patrick Moore fue debida a que en el marco de una campaña contra la guerra del cloro propusieron hacer campaña contra la cloración del agua potable… algo que ha salvado millones de vidas.

Pero Jim Humble dice que si usted siente náuseas o vomita, es señal de que se está curando, «echando fuera el mal«, se está «desintoxicando«. No piense usted que las náuseas y el vómito son la expresión normal de protesta del cuerpo cuando está sufriendo un envenenamiento.

Lo más alarmante es que las afirmaciones sobre las propiedades terapéuticas del dióxido de cloro no tienen ninguna base, ningún estudio, ya no digamos en seres humanos, tampoco en animales o en tejidos en un laboratorio (que es el primer paso para estudiar cualquier sustancia que esté destinada al consumo humano como medicamento). Todo, absolutamente todo el imperio que ha levantado Humble alrededor de su MMS está basado en las afirmaciones que hace él mismo y en algunos testimonios cuando menos dudosos.

De hecho, lo que la ciencia sabe es que no sólo el MMS no puede curar cáncer ni existe el mecanismo de funcionamiento que le atribuye Humble, hablando de que mágicamente «oxida» sólo organismos patógenos (el cáncer no está causado por organismos patógenos, por ejemplo) y no toca las células sanas, como si supiera diferenciarlas, sino que de hecho puede causar cáncer.

Y lo vende sin probar su seguridad, sin probar su eficacia. Algo que si lo hiciera una farmacéutica sería objeto de airadas y absolutamente justas protestas.

En 2010, ante una reacción que puso en peligro la vida de dos personas, Canadá decidió prohibir la venta de este producto como supuesta terapia. El mismo año, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE.UU. (FDA) emitió dos advertencias a los consumidores sobre los peligros que implica el consumo del dióxido de cloro. El gobierno español emitió también una advertencia y prohibió la venta de esta sustancia química como medicamento.

¿Qué hizo Jim Humble entonces?

En vez de demostrar con estudios, investigaciones y datos sólidos que el dióxido de cloro tiene alguna propiedad terapéutica, publicitó prontamente que estaba siendo objetivo de una conspiración (práctica estándar entre todos los charlatanes).

Lo que hace original a Humble entre todos los vendedores de pseudomedicinas y diversas ideologías esotéricas y preternaturales es que se le ocurrió una forma de darle la vuelta a las leyes que impiden que se le atribuyan propiedades curativas a este veneno: convirtió su negocio en una iglesia, «Génesis II», se autonombró «obispo» de la iglesia y promulgó sus «sacramentos», es decir, sus recomendaciones terapéuticas (generalmente de 3 gotas de MMS activado cada hora, 8 horas al día, durante 3 semanas) para todas las enfermedades imaginables. Como esos «sacramentos» son artículos de fe de la iglesia de Humble, su difusión no puede constituir delito. O eso asegura él. Por si las dudas, vive oculto en México, lejos de las autoridades estadounidenses que podrían estar en desacuerdo con él.

El contexto de todas estas acciones de Jim Humble es un complejo entramado de creencias a cual más extraña, como su convicción de que hay una estación extraterrestre en el lado oscuro de la Luna y de que somos víctimas de una conspiración mundial enorme.

¿Alguna explicación a este despropósito?

Cada botella milagrosa de MMS contiene clorito de sodio que cuesta 20 céntimos de euro. Se vende a 30 euros.

Quizá un 1.500% de beneficio económico explique mucho de toda esta historia.

De Humble a Kalcker

En Europa, la escena la domina Andreas Ludwig Kalcker, que según cuenta Jim Humble, es el fabricante del MMS en Europa (el sitio Web de su empresa está ahora desactivado pero en noviembre de 2010 tenía este aspecto).

Kalcker además afirma que se pueden hacer motores que funcionen con agua, dice que los egipcios no hicieron las pirámides y asegura que se puede obtener energía gratuita de la nada. Tiene además estrecha relación con una creencia marginal llamada «exopolítica»: las relaciones diplomáticas entre los seres humanos y los extraterrestres, algo que se toman totalmente en serio ciertos grupos.

Igualmente se anuncia como fundador de una ONG llamada «Earth Help Project» aunque el sitio Web desapareció hace tiempo (éste era su aspecto en febrero de 2011) de la cual no se pueden encontrar datos en Internet, y desde 2010 visita frecuentemente España para promover su producto y sus libros.

Kalcker encontró en España un público dispuesto en congresos esotéricos de «ciencia y espíritu» que organizan los mismos que hacen congresos de exopolítica y otras chifladuras, y ha visitado varias veces el país promoviendo el veneno de Jim Humble hasta que a finales de octubre fue detenido.

Las páginas web alternativistas (y «naturales» aunque el producto que comercializan Humble y Kalcker no tiene nada de natural) han asegurado que la detención de Kalcker se debe a que «difunde» los «beneficios» de esta sustancia, pintándolo como un caso de libre expresión, pero según el Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga de la Guardia Civil de Eivissa informó que las detenciones se realizaron cuando, acabada la «conferencia», Kalcker y dos cómplies holandeses procedieron a ofrecer en venta el MMS.

Completando el trío: Pamies

Quien está difundiendo la palabra de Kalcker en España y quien encabeza los esfuerzos para que al empresario y a su producto se les exceptúe de las leyes es nada menos que el ínclito Josep Pàmies, personaje con el que, dada su trayectoria, estaba claro que acabaría convergiendo y harían negocios juntos.

Josep Pàmies empezó sus andanzas como agricultor (bueno así es como se autodefine, aunque lo más cierto es que es viverista). En su momento se dedicó a protagonizar actos violentos en contra de los campos de transgénicos, en uno de los cuales tuvo un incidente con un Guardia Civil y dio con sus huesos en el calabozo.

En aquella época muchas de sus acciones rozaban lo cómico. Por ejemplo, durante una visita de periodistas extranjeros a un campo de maíz transgénico apareció con unos cuantos acólitos a reventar el acto diciendo que el tenía un campo de maíz ecológico que era más productivo, pero que no podía enseñarlo por que lo había segado la semana anterior. Luego se puso a leer un manifiesto, pero claro, los periodistas eran extranjeros y no lo entendían, así que pidió que alguien le tradujera, a lo que la organización del acto dijo, que si quería reventarlo, los traductores corren de su cuenta. La visita concluyó y a los periodistas extranjeros les quedó claro que en España también hay loquitos.

Hay que decir que Pàmies sabe hacer buen uso de su figura de la versión mediterránea del abuelo de Heidi con gorro de paja, y autodefinirse como víctima de las grandes empresas, que están conspirando en su contra. Que digo yo que tendrán otra cosa que hacer. Dado que la lucha antitransgénica tiene bastante poco recorrido económico, y más en su zona, donde la mayoría de agricultores han optado por el maíz transgénico, decidió cambiarse al mercado de las plantas medicinales, con lo que ahora ya no se presenta como víctima de Monsanto, sino de todo el lobby farmaceútico mundial, que es muy poderoso, pero con el por lo visto todavía no han podido, debe ser por el superpoder de su gorro de paja. Así, montó una organización llamada la dolça revolución/la dulce revolución que empezó distribuyendo Stevia rebaudiana, una planta que contiene un potente edulcorante, pero cuyo uso alimentario no está permitido en multitud de paises por contener moléculas con acción farmacológica como hipotensores.

Por supuesto la publicidad era engañosa, puesto que a la estevia la vendían como cura de la diabetes. Este tipo de reivindicaciones de ¿lo natural?, encontró eco en gente como Santi Santamaría, famoso chef que propugnaba el uso de alimentos naturales y supersticiones como la agricultura biodinámica consistentes en rellenar cuernos con estiércol y de preguntar a las cebollas por su signo del zodiaco, que le dieron gran propaganda gratuita. De hecho ambos organizaron una huelga de hambre en contra de los transgénicos, dijeron en voz alta que las industria nos intoxicaba con los aditivos y que teníamos que volver a comer ¿cosas naturales?. El propio Santi Santamaria dio la conferencia inagural de la feria alimentación y salud organizada, entre otros por Josep Pàmies , poco tiempo antes de su prematura muerte de un infarto a los 53 años.

Así, Pàmies saltó sutilmente de la alimentación ,siguiendo la pauta que marcaba el mercado, a la salud y, cómo no, acabó donde acaban todos los magufos de su calaña, diciendo que él curaba el cáncer con sus plantas.

Le han abierto varios expedientes por vender plantas para uso alimentario sin que estén autorizadas, aunque la mayoría han prescrito, fruto de la dejadez administrativa. Respecto al uso medicinal se escuda diciendo en que él tiene un negocio de plantas y que las vende para uso ornamental, aunque sólo hay que ver cualquier entrada de su blog para ver que no es más que la versión pseudomédica de la tarotista de la TDT de madrugada.

Eso sí, todas las críticas o comentarios negativos en su blog son convenientemente filtrados y eliminados. Actualmente se dedica a dar cancha a todo tipo de leyendas urbanas relacionadas con la medicina, en la línea de la intoxicante revista antimédica Discovery Dsalud, y en sus páginas podemos ver que los productos químicos del ambiente causan un montón de enfermedades indeterminadas incluyendo la hiperactividad infantil, que la hipnosis sustituye a la anestesia y muchas otras lindezas. Y no ha dudado en difundir este peligrosísimo mensaje en foros como el «Congreso de ciencia y espíritu».

El problema es que sigue siendo un icono entre los sectores más rancios del ecologismo anticientífico por su ridícula lucha antitransgénica y gracias a eso ha conseguido colar sus plantas curalotodo en universidades y foros presuntamente serios, escudado en actos de ecologismo y medio ambiente.

Uno de los autores de esta entrada tiene el honor de haber impedido que participara en una mesa redonda en su universidad, aunque la excusa que dio la organización es que sufre de angina de pecho y ya no viaja tanto. Como excusa me parece patética, puesto que si con la edad que tiene ya le han aparecido esos problemas, es que no ha llevado una alimentación sana o sus plantas no funcionan.

El problema es que hay gente que está dejando tratamientos válidos para enfermedades graves por hacer caso a este charlatán vendeplantas. Lo más gracioso es que tiene una empresa dedicada a la venta de productos hortícolas… que vende productos de agricultura convencional para restaurantes de alto standing. La producción ecológica ocupa solo una mínima parte del catálogo.

Curiosamente, a ojos de Pàmies y de sus aliados, esto es lo natural y sano: el MMS de las ideas no probadas de Jim Humble que vende su amigo Kalcker y al que le ha dedicado dos post consecutivos en su blog.

Es curioso como los ecologistas y los alternativistas hacen campaña en contra de la industria del cloro, en contra de los productos químicos, en contra de los fármacos artificiales, a favor de lo natural, menos cuando lo venden ellos y caiga quien caiga.