Educación: cuando el modelo suplanta a la realidad

Por aberron, el 4 diciembre, 2012. Categoría(s): Divulgación

El pasado 24 de noviembre, poco antes de recibir el premio Prismas, tuvimos el privilegio de escuchar la charla de Ramón Núñez (reconocido con el premio especial del jurado por sus 25 años trabajando por la ciencia). Entre las cosas que dijo durante aquella hora en la que nos mantuvo absortos y en la que explicó «Por qué me enamoré de la Ciencia» (puedes escucharlo completo aquí) hubo una anécdota que me gustaría transcribir para vosotros. Creo que es un ejemplo de por qué la mayoría de las veces estamos enfocando mal el problema de la educación y confundimos cuál es la prioridad. Lean y, si lo desean, dejen su opinión en los comentarios:

Un día fue para mí histórico. Fue en el planetario, al principio, una de las primeras sesiones para escolares y yo les estaba enseñando a mirar el cielo: el carro, la osa mayor, la estrella polar… «¿Os acordáis de que antes se veía Orión?», les decía. «Pues ahora no se ve por el horizonte». Les enseñaba las constelaciones, lo que pasa a lo largo de una noche, éste es Mercurio y éste es Venus, y éste es Júpiter… Y un día se me levanta un niño y me dice «¿Y la Tierra dónde está?… Aquello me sonó como una bofetada enorme. ¿Y la Tierra donde está? Tengo que reconocer que le di un grito. Y le dije: ¡Debajo de tus pies! ¡Y cuida de que no deje de estarlo nunca!

Pero es que… aquello era brutal, ¿qué había hecho la escuela con aquel crío? Había conseguido la usurpación de la realidad por el modelo. O sea, ¿qué era el sistema solar? El sistema solar era un dibujo de su libro en donde estaban Mercurio, Venus, Marte, Júpiter… y la Tierra… Entonces, allá donde estén Marte, Júpiter y tal, tiene que estar la Tierra. Y esta realidad del modelo se había impuesto de tal manera a la mente de aquel crío que ya la realidad cósmica había pasado a ser una ficción. Y empiezas a preguntarte, bueno vamos a ver, ¿cuántas de las cosas que le hemos enseñado a este crío, a estos críos, tienen sentido para ellos? ¿Cuántas le sirven para pensar, para razonar, para pasar una noche bonita mirando a las estrellas, para saber lo que es un planeta…? […]

¿Quién dijo que lo que había que saberse era un modelo cuando los modelos sirven para explicar realidades y la realidad se desconoce? Concho, yo el modelo no lo necesito. Deje usted que yo haga modelos para interpretar las realidades que conozco. Enséñeme los modelos que vaya creando, enséñeme usted a crear modelos, pero no me enseñe los modelos, ni el de Copérnico, ni el de Tolomeo… ¡Ninguno! Primero la realidad, después que venga lo otro.

Enlace:  Cómo me enamoré de la ciencia (Audio-1 hora)



Por aberron, publicado el 4 diciembre, 2012
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