Gracias a ciertas canciones, algunos términos médicos y científicos están arraigados en la cultura popular más de lo que cabría esperar. Puede que un gran ejemplo sea el caso de la bilirrubina, molécula que seguramente pasaría desapercibida a pie de calle si no fuese por la famosa canción de Juan Luis Guerra.
Este (me permito el lujo de decir “temazo”), relaciona durante más de 4 minutos este pigmento con aspectos afectivo-románticos, cosa que acaba salpicándonos al colectivo sanitario teniendo que responder en nuestro círculo cercano preguntas sobre el amor y la bilirrubina.
¿Por qué restringirse sólo a esa pregunta? La canción puede ser una mina divulgativa de errores y aciertos que vale la pena repasar. Empecemos a analizarla desde un punto de vista científico:
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=z-1dgiSAPVA[/youtube]
Oye, me dio una fiebre el otro día
Por causa de tu amor, cristiana
Que fui a parar a enfermería
Sin yo tener seguro en cama
Sobre el amor y el calor:
Existen varios estudios que han relacionado la temperatura del cuerpo con emociones. Un ejemplo es “Temperature-based metonymies for emotions in children and adults” publicado en la revista Psychological Reports, que nos dice que las personas asocian este sentimiento a una sensación de “calidez” o “calor”. Esta sensación es descrita literalmente como “nieve” o “hielo derritiéndose”
Descripción que es incluso compartida por niños y adolescentes, aunque sólo los adultos (al margen de promiscuidades) son capaces de diferenciar dos tipos de sensaciones dependiendo del tipo de amor que estemos hablando: Distinguiendo una sensación de “calidez” relativa al amor de la amistad, mientras que se alcanza un nivel de “calor” cuando se refieren al amor apasionado.
Sin embargo, poco probable parece que la fiebre de un sujeto pueda deberse a causa del amor, además, la propia definición de fiebre implica un evento fisiopatológico que la provoque. (Por ejemplo, tomar el sol o trabajar junto al horno de una pizzería no provoca “fiebre” como tal).
Nos encontramos por tanto ante la primera de varias mentiras que nos espera durante la letra de la canción, y es que seguramente esa fiebre esté provocada por una infección o una inflamación.
Y me inyectaron suero de colores,
¡Hey! Y me sacaron la radiografía
Y me diagnosticaron mal de amores,
¡Uh! Al ver mi corazón como latía
Sobre el suero:
Los sueros más utilizados en la práctica clínica son el suero fisiológico y el suero sanguíneo.
El suero fisiológico es una solución acuosa y electrolitos, a veces incluye otras moléculas fuentes de energía, dependiendo del fin de la disolución. Que por lo general se usa como vehículo de sustancias o como sustitutivo de la sangre. Este suero es transparente, no de colores.
Otra posibilidad es la utilización de suero sanguíneo (que es el remanente del plasma, sin algunos de sus factores bioquímicos). Sin embargo este plasma es amarillo-transparente, por lo que tampoco lo podemos considerar “de colores”. Parece por tanto que este apartado corresponde a la segunda mentira de la canción.
Sobre la radiografía:
Aunque actualmente hay máquinas de radiografía en movimiento, poco probable es usarla para el diagnóstico de un mar de amores o de un paciente que tenga fiebre. En el hipotético caso de que el facultativo hiciera una radiografía estándar, no se podría apreciar el movimiento, y por tanto descartamos la posibilidad de “al ver mi corazón como latía”. (3ª y 4ª mentira respectivamente).
Para ello sería necesario haber realizado pruebas como una ecocardiografía, o un electrocardiograma (aunque en este segundo caso no sería una “visión” de los latidos del corazón, sino de la actividad eléctrica.
Oye, y me trastearon hasta el alma
Con rayos X y cirugía
Y es que la ciencia no funciona
Sólo tus besos, vida mía
Sobre los rayos X:
Las pruebas de rayos X usan una radiación electromagnética que atraviesa cuerpos materiales, es una radiación ionizante, ya que interactúa con la materia produciendo iones (partículas con carga) y que luego podemos analizar para obtener las imágenes.
Teniendo en cuenta que el alma (en el caso de que existiera) es inmaterial, obviamente no puede ser “trasteada” como dice Juan Luis Guerra por rayos X. No aceptéis por tanto radiografías del alma (no vaya a ser que algún gurú magufo lo esté ofertando). 5ª trola.
Sobre la ciencia y el amor
El hecho de que la ciencia no funciona, creo que no merece comentario al respecto, salvo una consideración. El cantante nos dice “Sólo tus besos, vida mía” ¿Acaso no sería eso Ciencia?
Encontramos por tanto en la canción un acercamiento simplista de la Ciencia, alejado en este sentido de la Neurobiología.
Tal y como concluye el estudio “The Neurobiology of Love” los procesos relacionados con el amor y la sexualidad conllevan acciones hormonales en las que juegan un papel crucial las Endorfinas, Oxitocina, Vasopresina, Dopamina y Serotonina entre otras. Por tanto, el amor y el placer tienen un potencial considerable reduciendo el estrés y facilitando respuestas más beneficiosas en los procesos de curación o recuperación. ¿Funcionan los besos? Sí, pero también es ciencia, que funciona.
Ay negra, mira búscate un catéter, ¡Hey!
E inyéctame tu amor como insulina
Y dame vitamina de cariño, ¡Eh!
Que me ha subido la bilirrubina.
Sobre la insulina y los catéteres:
Los catéteres son los dispositivos que se introducen en los vasos sanguíneos para facilitar la administración de fármacos al paciente, también se pueden usar como acceso para otras funciones aunque esa es la principal. La insulina se suele administrar de manera subcutánea, tal y como hacen los diabéticos, y rara vez se hará a través de un catéter. Es un ejemplo bastante desafortunado.
Sobre las vitaminas y la curación:
La concepción de que las vitaminas son fuente de salud y vitalidad es una de las más extendidas a nivel poblacional, aún hoy se considera a estos micro-nutrientes como un “plus” o una ayuda ergogénica que aumentará nuestras capacidades.
Sin embargo, el Meta-Análisis «Antioxidant Supplements to Prevente mortality» no sólo desmentía esta creencia, sino que la suplementación en concreto de Beta-Carotenos, Vitamina A y E, se relacionaba con una mayor mortalidad, desaconsejando por tanto el uso de antioxidantes como medidas de prevención.
Sobre la bilirrubina:
La bilirrubina es un pigmento amarillo que se produce tras la degradación de la hemoglobina (famoso pigmento de nuestros glóbulos rojos). Su elevación en sangre (tal y como ocurre en la canción) se debe a que el Hígado no es capaz de completar correctamente su degradación (normalmente por una enfermedad hepática) y por tanto se acumula en los tejidos, produciendo hiperbilirrubinemia.
¿Puede una “vitamina de cariño” estar relacionada con la bilirrubina?
Pues aunque todo apunta a que Juan Luis Guerra acertó de chiripa, hay una posibilidad, muy remota.
Existe un caso clínico en el que la administración de una vitamina podría estar justificado, sería en el de una Anemia Megaloblástica. Este tipo de Anemia se produce cuando hay deficiencia de Vitamina B12, ácido fólico o ambos. Al faltar estas vitaminas los glóbulos rojos se crean de una manera defectuosa que suele producir una subida en la bilirrubina.
Por tanto, en el caso de que Juan Luis Guerra sea vegano, lleve por tanto muchos meses sin ingerir ninguna fuente de Vitamina B12, y haya agotado sus reservas… entonces podría ser conveniente su administración. Aquí tenemos un genial caso clínico a ritmo latino.
Me sube la bilirrubina (¡ay! me sube la bilirrubina)
Cuando te miro y no me miras (¡ay! cuando te miro y no me miras)
Y no lo quita la aspirina (¡no! ni un suero con penicilina)
Es un amor que contamina (¡ay! me sube la bilirrubina) (2x)
Sobre las causas de la hiperbilirrubinemia:
Como este aumento de bilirrubina se produce por una incapacidad del hígado a la hora de metabolizarla, las causas están ligadas a enfermedades hepáticas, siendo las más comunes Hepatitis, Cirrosis, Colestasis u otras obstrucciones de los conductos biliares.
Por tanto, un proceso somático como la percepción de no recibir una mirada a cambio, no puede producir esta subida de bilirrubina.
Razón tiene, y mucha, en que la aspirina no van a ayudar mucho a paliar la situación. De hecho la metabolización de la aspirina comparte transportadores y enzimas con la de la bilirrubina, flaco favor le haría por tanto al tratamiento. La penicilina, como antibiótico que es, poco papel tiene que jugar en esta afección, las hepatitis (en el caso de ser infectiva) se producen principalmente por virus, y la penicilina ataca únicamente a las bacterias.
Ay negra, mira búscate un catéter, hey
E inyéctame tu amor como insulina
Vestido tengo el rostro de amarillo, ¡eh!
Y me ha subido la bilirrubina
Sin volver a entrar en el caso del catéter y la insulina, aquí el autor nos habla de la ictericia.
La frase “vestido tengo el rostro de amarillo” hace referencia al aspecto llamativo que presentan las personas que tienen hiperbilirrubinemia. Al encontrarse en mayor concentración de la normal, otorga a quien la sufre una pigmentación amarilla, estado que se conoce como Ictericia.
De ahí que Juan Luis Guerra diga que sufre de un rostro amarillo Simpson, aunque en el videoclip no lo parezca.
Como veis, las canciones también nos pueden ser útiles a la hora de hacer un repaso científico a ciertas patologías o aspectos clínicos. Quién sabe… quizás el futuro de la divulgación es ponerse a cantar, al menos, el vídeo de “Stroke” y la prevención de estos episodios vasculares parece que está funcionando para acercar el mensaje.
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Este artículo nos lo envía Aitor Sánchez García, Doctorado en Nutrición Humana que actualmente está trabajando como becario predoctoral del Programa FPU en el Departamento de Nutrición y Bromatología de la Facultad de Farmacia en la Universidad de Granada. Además, Aitor es autor del blog “Mi dieta cojea“
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