Informe Pelícano: Reticare y la luz tóxica

Por Arturo Quirantes, el 23 diciembre, 2013. Categoría(s): Alerta Magufo • Medicina

CensAcabo de recibir la noticia de que una empresa llamada Reticare está intentando censurar un artículo que le molesta. Esto ya es de por sí malo; y empeora conforme vamos profundizando en el tema. En mi opinión, esto da para un Informe Pelícano en toda regla. Pero no voy a escribirlo. El motivo es simple: ya lo han hecho otros, y no quiero cansarles con un exceso de información. Me limitaré aquí a recopilar la información disponible hasta ahora, sazonándola con algunos granitos de mi propia cosecha.

Antes de nada, presentaciones. Reticare es una empresa que fabrica protectores para dispositivos como tablets y móviles. Parten de la idea de que las nuevas luces LED son perjudiciales para el ojo humano. Armados con un buen arsenal de artículos científicos de la Universidad Complutense de Madrid, afirman que la llamada «luz tóxica» emitida por los LED es muy mala, y para bloquearla han desarrollado un conjunto de filtros que, por unos 10-15 euros, le protegerá contra esas malas influencias.

¿Realmente es así? Yo me alegro de que haya estudios científicos disponibles y claros, pero hay que comprobar las cosas bien para estar seguro, que hay estudios y estudios. Ya me encontré hace tiempo con un estudio sobre las neuronas del caracol de jardín que acabó desembocando en un remedio contra la fibromialgia y el estrés, así que no voy a arriesgarme. Tampoco lo han hecho otros. La web La Mentira Está Ahí Fuera hizo todo un análisis que le recomiendo a usted, porque apunta a graves fallos metodológicos en al menos uno de los estudios en los que se basa Reticare, al tiempo que sugiere un posible conflicto de intereses.

No soy médico ni biólogo, así que cualquier revisión bibliográfica que yo pueda hacer resultará poco fiable. Aun así, sé sumar y leer una gráfica, y por supuesto sé algo de números. Lo primero que me llamó la atención fue una gráfica que supuestamente ilustra el peligro de lo que ellos llaman «luz tóxica.» Por si acaso, no incluiré la gráfica aquí (temo problemas de propiedad intelectual), pero pueden verla aquí. En ella, un equipo de la Universidad Complutense de Madrid mide los niveles de emisión correspondiente a un LED, una pantalla CRT y una hoja de papel bajo luz natural. La conclusión de Reticare es que

«se puede observar cómo los dispositivos móviles emiten mucha mayor intensidad de longitudes de onda dañinas en comparación con la luz natural reflejada en un papel, en interior y en un día soleado»

En efecto, la luz LED presenta un fuerte pico en longitudes de onda corta (azul, violeta), que es lo que Reticare llama «luz tóxica.» El problema es que la gráfica no tiene pies ni cabeza. Las unidades de medida indican simplemente «Intensidad (cuentas).» Incluso suponiendo que las tres fuentes de luz fueron medidas con la misma intensidad y con los mismos instrumentos, ¿cuál es la intensidad absoluta? ¿Qué potencia inicial tiene el LED? ¿Se midieron todas en las mismas condiciones? ¿A qué distancia? ¿Influye el tamaño de la fuente? Yo, al menos, creo que no folio A4 y un pequeño dispositivo LED tienen tamaños distintos, lo que puede repercutir en la medición.

No podemos conocer los detalles de la medición porque Reticare no los incluye, ya que se ha limitado a mostrar la gráfica. Y lo más delictivo de todo: el eje X, que supuestamente muestra las longitudes de onda, ¡no tiene unidades! Eso es algo que no les tolero ni a mis alumnos de primero de carrera. No sabemos si la gráfica abarca toda la luz visible, solamente una parte, o también incluyen longitudes de onda no visible. Solamente podemos fiarnos de la palabra de Reticare, que no incluye más información… aunque sí se ha preocupado de eliminar todos los metadatos de la gráfica.

No comenzamos bien. Continué buscando información en la web de Reticare, sección Fundamento Científico. Hay artículos sobre experimentación in vitro y en animales, pero sólo un estudio en humanos. Se trata de un ensayo clínico publicado en la tesis doctoral de Eva Chamorro Gutiérrez, en la Universidad Europea de Madrid. La directora de tesis fue Celia Sánchez Ramos, investigadora de la Universidad Complutense de Madrid, y un nombre que aparece por doquier en los estudios de Reticare. He confirmado en la base de datos Teseo que esa tesis existe (fue leída en julio de 2012), y aunque no he podido acceder a ella tenemos (cortesía de Reticare) un extracto de 12 páginas. Hubiera preferido la tesis completa, pero menos da una piedra.

Según lo que he leído, la tesis («Influencia de las lentes intraoculares amarillas en el daño fototóxico retiniano. Valoración del espesor macular mediante Tomografía de Coherencia Óptica«) tiene como uno de sus objetivos el estudio del efecto de las lentes intraoculares. Midieron el espesor macular y concluyeron que disminuye con los filtros transparentes, en tanto que los filtros amarillos no presentaban esta disminución. La conclusión: los filtros amarillos son mejores para prevenir la degeneración macular asociada a la edad (DMAE).

Como he dicho antes, no soy médico, pero sé de números. Una de las cosas que les digo a mis alumnos de prácticas es que lo más importante en el laboratorio no es el número en sí, sino el error asociado. Si quiero demostrar que una cantidad es igual a 10 y en el laboratorio obtengo 5±20, no he demostrado que sale 10 pero al menos puede serlo; por otro lado, 5±1 ya me pondría en mala situación. Una valoración política que deje a Mariano con una nota de 5,1 frente a Alfredo y su 4,9 podría hacernos creer que Mariano está feliz y contento, y puede que así sea; a no ser que tengamos un error de ±1, en cuyo caso no podemos concluir nada significativo.

Para evaluar la efectividad de las lentes intraoculares, la investigadora utilizó una cantidad llamada MeanMac, que da idea del espesor macular promedio de la retina. En los datos a corto plazo (dos años), Chamorro halló una variación del valor MeanMac de -1 ± 6 μm. Ella lo califica de «no significativo,» y yo estoy de acuerdo. Ahora bien, la cosa cambia cuando presenta los datos del estudio a largo plazo (cinco años):

Filtro transparente:   – 5 ± 8 μm       «disminución estadística significativa»

Filtro amarillo:          – 1 ± 10 μm     «no se apreciaron diferencias significativas»

¿Comorl? ¿Una variación de 5, con un error de 8, es «disminución estadísticamente significativa? No sé qué estadística han usado, pero un valor inferior a la cota de error no es estadísticamente significativo. Lo único que puede honradamente decirse es «puede que haya disminuido, pero no puedo apreciarlo.» Sin embargo, su conclusión (en negrita en el original) es: «los ojos con lente intraocular amarilla mantienen en espesor macular estable tras 5 años de seguimiento.»

Pues yo le digo a la señora Chamorro: no, no lo hacen. Al menos, usted no ha podido demostrarlo. «Significativo» tiene un significado concreto en estadística, no es un sinónimo de «bueno, yo creo que más o menos parece que es posible que…»

De nuevo nos topamos con el «efecto caracol» que ya encontré en el caso de Azenta Salud: partimos de un resultado estadísticamente endeble y de aplicaciones inciertas fuera de su estudio original, y saltamos a una venta de productos milagro supuestamente avalados por estudios científicos y gentes de bata blanca.

No voy a continuar examinando los artículos de Reticare, porque con lo visto ya tengo suficiente para dudar; quien quiera seguir examinando la evidencia científica que presentan, aquí la tiene. Yo los dejo como ejercicio para el lector, ya que me he lanzado a escribir este artículo por otros motivos. Para empezar, el artículo de Ocularis que mostraba las dudas sobre los productos Reticare ha irritado a la empresa hasta el punto de presionar al autor para que lo retire. Sí, amigos, si lo que el autor afirma es cierto Reticare intenta censurar su entrada en el blog.

Y a nosotros no nos gusta la censura, provenga de donde provenga, así que ante la duda, efecto Streisand. Ya lo hemos hecho otra veces (y dale, y dale, y dale), así que aquí va un ejemplo más. Esto es independiente de la validez o seriedad científica de los productos de Reticare. Si vas de matón por Internet, nos vamos a llevar mal, punto.

El segundo motivo me asusta aún más. Hoy he abierto la aplicación de prensa de mi tablet, y en dos lugares distintos me he encontrado con una nota de prensa de Europa Press titulada «la exposición continuada a las pantallas de móviles o tablets pueden acelerar la desaparición de células de la mácula». En ella, nos advierten de que la degeneración macular asociada a la edad es la principal causa de ceguera, y que por tanto aconsejan «que todos los grupos de edad protejan la retina de la luz nociva, desde niños hasta mayores. En este sentido, recuerdan que actualmente en España existen las denominadas Lentes CSR (Certificado de Seguridad Retiniana), patentada por la Universidad Complutense de Madrid, que bloquea la luz dañina absorbiéndola para que no dañe el ojo humano.»

Lo primero que nos debe hacer sospechar de la nota de prensa de Europa Press es que proviene de parte interesadas. Ya estoy cansado de oír esas noticias de «estudios» que acaban siendo algo del tipo «según los fabricantes de hamburguesas, comer hamburguesas es bueno.» En este caso, los creadores de la nota de prensa es algo llamado Instituto Federópticos, una institución dependiente de Federópticos Gestión SLU. Habrán visto sus anuncios en los medios de comunicación. Un vendedor de productos para los ojos nos intenta convencer de que hay que consumir más productos para los ojos. Legal, quizá incluso ético, pero indudablemente parcial. Pueden apostar a que los receptores de la nota no habrán caído en esos pequeños detalles.

Curiosamente, en la nota de prensa no se nombra para nada a Reticare, pero los datos que incluyen son suficientes. Menciona patentes de la Universidad Complutense de Madrid, y casualmente la investigadora de muchos de los trabajos de Reticare es de esa Universidad. Se trata de Celia Sánchez Ramos, a quien hemos mencionado antes. También se alude a la necesidad de usar las denominadas lentes CSR (Certificado de Seguridad Retiniana). ¿Y quién tiene la patente de esas lentes? Según la web certificadocsr.com, «Las lentes con CSR, son las únicas lentes patentadas y certificadas por la Dra. Celia Sánchez-Ramos de la Universidad Complutense, que protegen la retina del usuario de los efectos nocivos de la luz» ¡Oh, sorpresa!

No me malinterpreten, no vayan a creer que estoy resentido y vuelco mi bilis por envidia cochina. Los investigadores científicos tienen todo el derecho de rentabilizar económicamente sus descubrimientos, y de hecho las Universidades lo fomentan puesto que es un indicativo de la calidad, por no hablar de su impacto en la sociedad, creación de riqueza, puestos de trabajo, etc, etc. La doctora Sánchez tiene una web donde anuncia y vende cosas, y no veo ningún problema al respecto (si la mitad de lo que afirma es cierto, la señora es todo un crack).

Lo que no me gusta un pelo es la forma en que se está llevando a cabo todo esto. Usar términos como «luz tóxica» con el fin de asustar a la gente y alentarla a comprar tus productos no está bien. Llamar «resultados significativos» a algo que estadísticamente carece de base no está bien. Censurar a los que no piensen como tú, tengan razón o no, está mal. Jugar a las notas de prensa para encubrir una campaña de publicidad está mal.

Eso sí, es eficaz. La nota de Europa Press salió el domingo 23 de diciembre pasado. En el momento de escribir estas líneas no han pasado 24 horas, pero ya lo han copypasteado en La Razón, 20 minutos, Diario de Navarra, Diari de Tarragona. Apostaría pasta a que hoy lo sacan en el Telediario de TVE. Por supuesto, la culpa de la decadencia de la prensa tradicional la tenemos nosotros, pobres descreídos que nos negamos a beber de sus fuentes de sabiduría informativa. Vale.