Los invisibles sargazos de plástico

Por Txema Campillo, el 15 enero, 2014. Categoría(s): Medio Ambiente

Por encima de nosotros flotaban cuerpos de todo origen, amontonados en medio de las hierbas oscuras, troncos de árboles arrancados a los Andes o a las montañas Rocosas y transportados por el Amazonas o el Mississippi, numerosos restos de naufragios, de quillas y carenas, tablones desgajados y tan sobrecargados de conchas y de percebes que no podían remontar a la superficie del océano.

Jules Verne. «20.000 leguas de viaje submarino»

Con esas palabras describía el profesor Aronnax el paso del «Nautilus» a través del Mar de los Sargazos. Algo parecido debió sentir Charles Moore cuando en el año 2002 se encontró, entre Hawaii y Los Ángeles, una línea de un metro de anchura, con una longitud indeterminada, de residuos plásticos.

Moore descubrió, hace ya 17 años, la existencia de una enorme mancha de plástico en el Océano Pacífico que descargaba en las playas de Hawaii. Aunque es un fenómeno que ha sido avistado por varios biólogos y oceanógrafos muchas personas se muestran escépticas al ver que no es detectado por imágenes de satélite pero todo parte de un malentendido.

Los medios de comunicación usan para denorminarlo los términos «isla de plástico», «isla de basura» o «mar de plástico» lo que da una idea de algo sólido, como la descripción verniana del mar de los Sargazos. En realidad es más bien una acumulación de trocitos de plástico en suspensión de no más de 5 mm de diámetro con una densidad que varía  entre las 10.000 y las 40.000 piezas por km2. En muchas zonas es indetectable a simple vista. Podrías navegar a través de ella y no percatarte de la acumulación de plástico que tienes alrededor. Llamarlo «sopa de plástico» sería mucho más adecuado.

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Simulación de la distribución de plásticos en 10 años. Fuente: ICPR 2008

Estudiar estas manchas (se calcula que hay 5 grandes acumulaciones) es terriblemente complicado debido a su heterogeneidad y a que las corrientes y los vientos las hacen continuamente variar en extensión y concentración. La mayor parte de los residuos proceden de aparejos de pesca y de pellets (bolitas de plástico usadas para fabricar otros objetos) aunque es posible encontrar otros tipos como latas, botellas, televisores…

Esto, por supuesto, está afectando a la vida marina más allá de los peces atrapados en el plástico del pack de las latas de refresco. Aunque, a día de hoy, hay pocos estudios al respecto, la bióloga marina Miriam Goldstein ya ha podido determinar que el 33 % de los percebes próximos a la mancha presentan partículas en su tracto digestivo aunque no encontraron ningún caso de obstrucción.

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Hembra de Halobates sericeus. Imagen de Anthony Smits bajo licencia JJ

Más preocupante resulta la facilidad que le otorga al Halobates sericus (una especie de zapatero de agua salada) para depositar sus huevos y aumentar de esta forma su población y la de sus predadores aunque aún es pronto para encontrar una relación directa entre esto y un posible impacto.

No obstante, la situación más problemática no se da en la superficie marina sino en los cañones oceánicos donde el plástico que no flota, gracias al filtro UV natural que supone el agua y las bajas temperaturas, no se destruye, alterando de este modo el fondo marino. Esa situación ya ha sido observada por buceadores en el cañón de Marsella, donde desembocan las aguas de escorrentía de la ciudad.

La prevención de estas acumulaciones es un problema difícil de atajar. Para empezar, está en aguas internacionales, así que no es preocupación de ningún país (ay, la tragedia de los comunes) y proceden de numerosas fuentes imposibles de controlar: vertidos directos al mar de residuos por flotas pesqueras o en zonas de costa recreativas, vertido accidental de «pellets», transporte de vertidos por viento o por ríos durante las tormentas…

Si me preguntaran a mí por donde comenzar a atajar el problema pondría el ojo en los «pellets» que no solo causan contaminación física sino que son una causa importante de erosión de fondos y corales.

El problema está ahí, y negarlo como hacen algunos, gobiernos incluidos, solo va a agravarlo.

Mas información:

Informe PNUMA sobre fragmentos plásticos en el mar (2011)

The garbage patch in the oceans: the problem and posible solutions. Marzia Sesini

Scales of spatial heterogeneity of marine debris in the Northeast Pacific Ocean. Goldstein et al. PLOS One 2013



Por Txema Campillo, publicado el 15 enero, 2014
Categoría(s): Medio Ambiente