¿Cuál será el avance o descubrimiento de la ciencia que más va a cambiar el mundo en los próximos años?
En este año próximo se hará más patente que la tecnología de las plantas transgénicas, después de 17 años de salir al campo, está alcanzando su plena madurez. Hasta ahora las variedades que están en el mercado solo presentaban un beneficio para el agricultor, pero pronto veremos las que su beneficio es patente para el consumidor, entre ellas el zumo de tomate púrpura.
En el centro John Innes de Gran Bretaña, dirigidos por Cathie Martin y Jonathan Jones (y con la participación en algunas fases del proyecto de Antonio Granell y Diego Orzaez, del IBMCP de valencia) han desarrollado una variedad de tomate que contiene dos genes de la flor Boca de Dragón (Antirrhinum majus). Esto le permite acumular en gran cantidad un antioxidante llamado antocianina, lo que le aporta un color púrpura característico.
La acumulación masiva de antioxidante tiene varios beneficios. Para empezar aumenta su vida útil de 21 a 48 días, esto permite cogerlos más cerca del punto de maduración y por tanto cuando hayan desarrollado todo su sabor. Por otra parte es más resistente a patógenos como Botrytis cinerea y el más importante esa acumulación de antioxidantes genera un beneficio para la salud, puesto que su consumo ayuda a prevenir el cáncer y enfermedades cardiovasculares como se ha demostrado en ensayos en animales de laboratorio. Ahora mismo se estan desarrollando los estudios clínicos para ver si esa ventaja observada en animales es extrapolable a humanos. A pesar de lo que han informado algunos medios de comunicación, las antocianinas no tienen ningún efecto a nivel de sabor, por lo que la coloración es diferente, pero el sabor es idéntico al de un zumo de tomate convencional.
Por lo demás este es otro triste ejemplo de cómo la política Europea lastra la investigación científica y nos perjudica a todos. El proyecto se ha desarrollado con fondos públicos de la UE, pero la legislación Europea impide su comercialización y la experimentación en campo, por lo que se ha tenido que hacer en Estados Unidos y Canadá. Cuando salga al mercado (en dos o tres años) lo comercializarán empresas americanas. Nuestros mejores cerebros beneficiando a la economía estadounidense. Gracias Greenpeace.
Catedrático de biotecnología (área de bioquímica y biología molecular) en la Universidad Politécnica de Valencia, Director del Máster de Biotecnología Molecular y Celular de Plantas (CSIC-UPV) e investigador en el Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (IBMCP) un instituto mixto que depende del CSIC y de la UPV. Divulgador de temas relacionados con la biotecnología y la alimentación. Autor de la columna «Ciencia sin ficción» en El País Semanal y de libros como «Comer sin Miedo» y «Medicina sin Engaños» (Destino). Su último libro es «Ecologismo real»