La pregunta Naukas 2014 – Arturo Quirantes

Por Arturo Quirantes, el 18 febrero, 2014. Categoría(s): Naukas

La pregunta Naukas 2014

¿Cuál será el avance o descubrimiento de la ciencia que más va a cambiar el mundo en los próximos años?

Comunicaciones superlumínicas.

En la actualidad, y tras un siglo de pruebas experimentales, la Teoría de la Relatividad General de Einstein es una de las más ampliamente aceptadas en ciencia. Uno de sus postulados afirma, según la creencia popular, que nada puede viajar más rápido que la luz.

Esto no es enteramente cierto. Según Douglas Adams (escritor de la Guía del Autoestopista Galáctico), las malas noticias pueden viajar aún más rápido. Bromas aparte, en determinadas circunstancias la velocidad de fase de un paquete de ondas luminosas puede viajar a mayor velocidad que la luz en el vacío; y los experimentos sobre entrelazamiento cuántico muestran que una partícula puede influir sobre otra a velocidades aparentemente superlumínicas.

En realidad, lo que afirma la Teoría de la Relatividad es que la información no puede viajar más aprisa que la luz. Hasta ahora, jugar con partículas entrelazadas no viola ese principio. Como resultado, las ondas de radio siguen siendo el método más rápido para transmitir información. Una señal enviada desde la nave Voyager 1 tardaría más de 16 horas en alcanzar la Tierra.

Sin embargo, las dos ramas más exitosas de la Física Moderna (la Teoría de la Relatividad y la Mecánica Cuántica) no se llevan bien entre ellas. Si intentamos aplicar ambas teorías al mismo sistema, tendremos problemas. Einstein intentó resolver el problema; no lo consiguió, y la teoría cuántica de la gravedad que buscó con ahínco los últimos años de su vida continua eludiendo a los físicos.

¿Es posible que una teoría cuántica de la gravedad pueda darnos comunicaciones más veloces que la luz? Nadie lo sabe, pero las consecuencias serían impresionantes. Un transmisor de ondas funcionando a velocidades superiores a la de la luz nos permitiría contactar con las sondas espaciales en tiempo real. Podríamos tener un rover en Marte manejado desde la Tierra. Los sucesores de las Voyager nos podrían contar lo que sucede en el Cosmos en el momento en que capten la información.

En cuanto a las aplicaciones prácticas, sólo hay que usar la imaginación. En una sociedad donde impera el «ya mismo,» podríamos acceder a audio y video desde cualquier lugar del mundo, sin latencia y esperas. Las transacciones bancarias y de bolsa, que ahora corren a la velocidad de la luz por los cables de fibra óptica, serían instantáneas. Imaginen si las comunicaciones superlumínicas se basasen en un principio insensible a las interferencias, sería una revolución para la telefonía civil… y las comunicaciones militares. ¿Cómo se las apañará la NSA para espiar los nuevos canales? ¿Cómo evitarlo? Y la pregunta más importante para el ciudadano medio, ¿qué me importa, con tal de que haya fútbol este finde?

No sé qué se podrá sacar de todo ello, pero eso tan sólo se debe a mi pobre imaginación. Hace años nadie daba un céntimo por las aplicaciones civiles del GPS o de Internet. Puede que las comunicaciones superlumínicas sigan el mismo camino, o puede que no. Eso sí, como acierte no pienso dejar que nadie lo olvide. Voy a quedar como todo un señor gurú. Recuerden, lo dije yo antes que nadie. En Naukas.



Por Arturo Quirantes, publicado el 18 febrero, 2014
Categoría(s): Naukas