Tsunami ácido

Por Manuel Collado, el 18 febrero, 2014. Categoría(s): Actualidad • Divulgación

Cuando en el 2006 el japonés Shinya Yamanaka publicó los resultados de su trabajo tratando de revertir el estado de diferenciación celular hasta convertir células de piel de ratón en células madre pluripotentes tras añadirles únicamente 4 genes, el mundo científico se lanzó calladamente a reproducir los experimentos descritos a lo largo de las 14 páginas de que consta su artículo en la revista Cell.

Eran muchos los que acogieron el anuncio con incredulidad puesto que el hallazgo implicaba un enorme cambio en la identidad celular mediante un mecanismo realmente simple, y eso suponía cuestionar nuestra visión sobre la estabilidad del estado de diferenciación de las células adultas. Ante anuncios tan espectaculares, y sobre todo si se realizan desde fuera de los más poderosos centros de investigación del mundo, tampoco faltan los que aseguran malintencionadamente que se trata de fraude o torpeza.

Al año siguiente sin embargo empezaron a surgir laboratorios que describían resultados similares y ampliaban los hallazgos con nuevos detalles, mayor información y, de manera decisiva, también para células humanas. Estos primeros trabajos de confirmación y su repetición con células humanas fueron llevados a cabo no solo ya por el grupo de Yamanaka, si no también por otros miembros de la «nobleza» científica. Desde entonces, una auténtica explosión de trabajos siguiendo la estela de ese primer artículo se sucedió por los centros de investigación de medio mundo en un esfuerzo colectivo no exento también de cierto grado de competitividad y guerra de egos.

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Conferencia científica sobre células madre, el lugar para la presentación y discusión de los últimos resultados

Así funciona la ciencia. Se deben reportar los resultados de la investigación tras el escrutinio de colegas anónimos que examinan tu trabajo guiados por editores que publicarán los mismos en sus revistas si los revisores los consideran aceptables. Es importante incluir todos los detalles metodológicos que permitan a cualquiera repetir tus experimentos para que se puedan comprobar tus conclusiones. Sólo cuando el resto de los laboratorios interesados en tu misma área son capaces de repetir tus experimentos y utilizan esos datos como base para aportar una contribución propia que suponga un avance respecto del punto donde lo dejaste tú, podrás decir que has puesto un granito de arena en el inmenso arenal del saber científico.

Algunas de las sorpresas que se han ido sucediendo en estos pocos años desde la descripción de este fenómeno de reprogramación a célula de pluripotencia inducida han causado de nuevo pequeñas erupciones de intensa actividad en pos de nuevas vías abiertas por anuncios sorprendentes o reveladores. Pocos sin embargo han causado el revuelo que ahora han protagonizado los autores del reciente artículo que describe la obtención de células de pluripotencia inducida por estrés transitorio causado por un corto baño en ácido (ver esta entrada anterior en Naukas). La aparente simplicidad del método descrito y las enormes posibilidades que abre han causado tal sensación que ha llevado a debates inauditos hasta hace muy poco.

Haruko Obokata explicando a la prensa sus experiencias con el ácido
Haruko Obokata explicando a la prensa sus experiencias con el ácido

Asistimos ahora a anuncios por parte de los mismos autores de nuevos datos relativos a la aplicación de la técnica a células humanas a través de la prensa, un canal poco habitual para la presentación de datos científicos novedosos, en lugar de en publicaciones científicas. Las discusiones sobre la veracidad o pulcritud experimentales se dirimen en Twitter o en Facebook y no en congresos científicos. La presentación de datos independientes generados en el intento de reproducir los originales se hace en blogs y las consultas técnicas se resuelven vía Reddit. Hasta tenemos votaciones online para analizar si los científicos “creen “en estas células.

Un conocido blog sobre células madre invitó a sus seguidores a aportar los resultados de sus propios intentos reproduciendo lo publicado. La información allí depositada deja en la mayoría de los casos mucho que desear y se actualiza constantemente. Pero ya se sabe, los que tienen algo malo que decir son los primeros y más escandalosos en sus juicios, mientras que todos aquellos que ya estén obteniendo resultados positivos (les aseguro que los hay que así lo creen) callan y siguen trabajando. El escrutinio de resultados anteriores de los mismos autores se hace con lupa y hasta ha surgido alguna sospecha de posible manipulación en trabajos publicados por alguno de estos mismo autores que se ha publicado en PubPeer. La propia revista Nature, en donde se publicaron los resultados, recoge ahora la polémica (ver esta noticia aparecida ayer mismo). Sorprendente, si tenemos en cuenta que ellos mismos podían haberse asegurado bastante fácilmente al menos que el dato crucial que inició toda la historia era cierto.

El blog www.ips.com invita a enviar los resultados de los intentos de repetición del artículo del ácido
El blog www.ipscell.com invita a enviar los resultados de los intentos de repetición del artículo del ácido

Los rumores en el mundillo son constantes y el que más y el que menos manda emails, hace llamadas, se comunica por Skype, rastrea vía Google o en Twitter a ver qué dicen los demás. Son muchos los que esperan pacientemente un muy poco habitual reactivo imprescindible según el artículo original que parece haber desaparecido de las «estanterías» de las compañías suministradoras de reactivos de investigación. Más de una empresa se debe estar rascando la cabeza sorprendida, pensando qué les habrá pasado a los chiflados científicos.

En fin, el signo de los tiempos. Cuestionables quizás los canales y las formas en algunos casos, pero sin duda lo que debe prevalecer es esa indagación por parte de la comunidad científica, el único método que garantiza la autocorrección y la credibilidad de los datos que debemos utilizar en nuestras investigaciones si queremos poder realizar nuestra propia contribución en la tarea común.



Por Manuel Collado, publicado el 18 febrero, 2014
Categoría(s): Actualidad • Divulgación