Reconozco que he hecho trampa esperando al último minuto para contestar a la pregunta diseñada por los responsables de NAUKAS… y la jugada me ha salido redonda. Ninguno de mis compañeros, ni siquiera mi gran amigo Javier Panadero que se ha acercado mucho, ha sabido contestar “correctamente” a la cuestión formulada por lo que voy hoy voy a dar la que, para mí, es la respuesta correcta.

Si la pregunta hubiera sido “¿cuál será el descubrimiento de la ciencia que más va a cambiar el mundo en los próximos años?” no podría contestarles. No tengo ni idea de lo que se va a descubrir en un futuro. Sin embargo, la pregunta incluye la palabra “avance”… y ahí tengo mucho que decir.

Sin duda alguna los avances que se van a producir en el campo de la nanotecnología seguirán revolucionando el mundo de la ciencia como lo vienen haciendo desde que, hace 55 años, el premio Nobel de Física Richard Feynman pronunciara en el Caltech de California su famoso discurso titulado “There’s Plenty of Room at the Bottom”. Pero no nos equivoquemos. Transcurridas más de cinco décadas del discurso de Feynman es absurdo hablar de la nanotecnología como un concepto estrictamente futurista ya que son muchas las aplicaciones que hoy en día se conocen del mundo “nano” en distintas áreas como la medicina, la ciencia de los materiales o la electrónica.

Sin embargo, y a pesar de las realidades nanotecnológicas que ya tenemos a nuestro alrededor, un elevado número de personas considera la nanotecnología una gran decepción científica ya que muchas de las esperanzas que se pusieron en esta tecnología no se han cumplido. ¿Es eso cierto? Sí… pero el hecho de que haya gente que haya exagerado en las expectativas de una tecnología no convierte a ésta en una decepción. Además, lo mejor de la nanotecnología está aún por llegar. Les cuento.

El gran problema que hasta ahora ha tenido la nanotecnología para asentarse definitivamente en muchos campos es la seguridad de las nanopartículas. La mayor reactividad que presentan los nanocompuestos, así como su gran facilidad para atravesar barreras fisiológicas llegando a regiones celulares donde no se conoce su posible toxicidad a corto o a largo plazo, hacen que la evaluación de riesgos sea complicada. Esto ha provocado que muchas de las expectativas creadas en campos como los nanofármacos o los nanoalimentos no hayan terminado de cumplirse, pero no porque fuesen irreales, sino porque hasta que no se esté seguro de que no se corre ningún riesgo con el uso de nanopartículas sería una irresponsabilidad que se lanzasen al mercado…. y es aquí donde entra en escena el gran avance científico de los próximos años.

Las investigaciones que se están produciendo actualmente en la seguridad de todo tipo de nanocompuestos permitirán a esta nueva tecnología dar el paso al frente que se espera desde hace mucho tiempo.

A diferencia de otros posibles descubrimientos en áreas muy concretas que brillantemente han descrito mis compañeros, el avance en la evaluación, identificación y prevención de riesgos nanotecnológicos revolucionará el panorama científico en su globalidad. No debemos olvidar que la gran ventaja de la nanotecnología es que es una herramienta cuyo uso no está restringido a un área concreta y puede ser aplicada a diferentes campos científicos como la física, la química, la medicina, la alimentación, la farmacología, las comunicaciones, la biotecnología, el medioambiente…

Seamos serios y tengamos paciencia. Dejemos trabajar a los científicos en aras de la seguridad de las nanopartículas y no tengan ninguna duda de que el mundo nano se impondrá. Lo dijo Feynman hace más de 50 años en el Caltech de California y hoy, en Naukas, lo digo yo.