Si Gessler hubiera ordenado a Guillermo Tell que acertase a hacer blanco en un átomo de hidrógeno situado sobre la cabeza de su hijo valiéndose de una partícula alfa y proporcionándole los mejores instrumentos de laboratorio del mundo en lugar de una ballesta, toda la destreza de Tell no le hubiera servido de nada. Aceptar o errar el tiro habría sido cuestión de azar.
Ingeniero industrial. Editor del blog «Historias de la Ciencia» en el que une Historia y Ciencia publicando pasajes y anécdotas sobre técnicos, científicos y curiosidades.