Hitos en la red #46

Por César Tomé López, el 14 diciembre, 2014. Categoría(s): Enlace Recomendado

7567681846_b3e25cd5a0_z

La imagen que abre esta crónica es espectacular, por lo hermosa y por lo que implica. Es el resultado además de un proceso de amejoramiento, una tendencia en el tratamiento de los datos experimentales que se ha revelado fundamental para el avance de las ciencias a lo largo de la historia. Esta imagen y muchas otras se pueden encontrar siguiendo las indicaciones de Javier Peláez en ¿Se pueden mejorar las imágenes de Cassini?

Esta tendencia, esta obsesión por mejorar la calidad de los datos es permanente y, como apuntábamos, ha permitido a los largo de la historia descartar hipótesis y descubrir áreas inexploradas en las ciencias. Llegando incluso a paradojas como, por ejemplo, que una constante sea variable, o que la incertidumbre de una medida experimental sea menor que la de un cálculo teórico. Francisco R. Villatoro presenta ambas en La evolución de la constante de acoplamiento fuerte.

Íntimamente relacionada con la tendencia al amejoramiento de los datos experimentales está el espíritu olímpico, Citius, altius, fortius (más rápido, más alto, más fuerte), esa carrera permanente por intentar ir más allá, por traspasar límites, por establecer récords. Aparte del ego de los investigadores, que algo participará, este afán de superación suele llevar aparejados avances tecnológicos y, en bastantes ocasiones también nueva ciencia. Un ejemplo tan reciente que aún no está publicado en una revista (ni admitido siquiera) es Posible récord de temperatura crítica para un superconductor a muy alta presión por Francis.

Pero, sin duda, lo que mejor representa el espíritu olímpico en las ciencias es el afán de exploración. Esta semana Daniel Marín nos ofrece dos relatos fascinantes y paradigmáticos: El gran lago del cráter Gale (bitácora de Curiosity 42) y No, el agua de los océanos de la Tierra no viene de los cometas (o eso dice Rosetta) (Bitácora de Rosetta 12).

En este afán de explorar nuevos territorios, de mejorar lo que ya tenemos, de ir más allá, no hace falta siquiera salir del laboratorio, como es sabido; a veces ni siquiera de la mesa de despacho. Basta con idear nuevas teorías que permitan seguir avanzando: Los materiales de los LEDs del futuro se diseñan con química cuántica.

Ocurre a veces que cuando son tantos los que exploran se origina un caos en los datos. Por eso son tan importantes las reviews, porque ponen algo de orden en una cacofonía de publicaciones. De hecho, hay personas que dedican su vida a ordenar y al hacerlo encuentran perlas olvidadas, como el matemático Nicolas Bourbaki. Sí, hombre, Nicolas Bourbaki, el matemático que nunca existió por Marta Macho.

Y es que, como explica Ana Ribera, La ciencia es pasión, asombro y curiosidad. Con todo, sigue siendo necesaria la agitación y propaganda para que el conjunto de la sociedad sepa que existe algo así, aunque la cultura científica sea responsabilidad del sistema formativo, como argumenta Juan Ignacio Pérez Iglesias en Órbita Laika: agit-prop científico en televisión. Porque esa curiosidad innata y el afán de amejoramiento asociado pueden verse sepultados por intereses espurios si no es una demanda ciudadana. Y así nos encontramos con casos como esta Vergüenza europea, por JM Mulet.

 



Por César Tomé López, publicado el 14 diciembre, 2014
Categoría(s): Enlace Recomendado