Hitos en la red #50

Por César Tomé López, el 11 enero, 2015. Categoría(s): Enlace Recomendado

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Cuando empezaron las emisiones de las televisiones privadas en España este cronista estudiaba en la Universidad de Granada y en el piso de estudiante que compartía no había televisión. Por eso cuando en vacaciones volvía a casa lo que más le llamaba la atención era que parecía que lo único novedoso que aportaban estos nuevos medios eran señoritas ligeras de ropa, al estilo del Carnaval de Río, llamadas “las mamachicho”. Esta presencia hacía que el resto de las emisiones de esta emisora en concreto quedasen marcadas y minusvaloradas y/o eclipsadas. Pues bien, esta semana ha ocurrido esto mismo con textos interesantes, como puede apreciarse en los comentarios en Menéame, donde la anécdota eclipsa el contenido: Sobre el colapso dinámico de la función de onda cuántica por Francisco R Villatoro. (Nótese que este comentario es autosimilar).

Y es que conseguir mantener la atención es algo muy difícil. Casi imposible si aparece un estímulo visual que apela a un instinto básico que tiene que competir con un texto sobre algo abstracto. Algo análogo les ocurre a los cubits, que cualquier cosa provoca decoherencia. Por eso es noticia la existencia de Cubits de estado sólido con una vida media de seis horas, de Francis.

Los buenos publicistas, expertos en atraer y mantener la atención el tiempo suficiente, saben que la clave está en apelar a algo que afecte personalmente, de una forma u otra, a la persona objetivo de la publicidad. Por eso hay publicidad que nos es indiferente, porque no somos el objetivo de la misma: así, por ejemplo, si no tenemos pensamiento de comprar un coche, prestaremos mucha menos atención a los anuncios de coche que si pensamos comprarnos uno dentro de poco y, en este caso, nos llamarán más la atención aquellos que mencionen el aspecto del vehículo que más nos afecte (practicidad, coste, deportividad, exclusividad). Este mismo efecto se encuentra cuando hablamos de exoplanetas, que sí, que muy bien, pero si hablamos de exotierras, y de la posibilidad de vida asociada, aparece la noticia por todas partes. Menos mal que tenemos a Daniel Marín para poner todo en contexto: Los mil planetas de Kepler y dos nuevos candidatos a exotierras.

Los humanos somos seres básicamente visuales, nuestra atención, que no es más que un recurso limitado como nuestra consciencia, está dominada por la vista. Por eso tiene mucho mérito un programa de radio que consiga mantener tu atención todo el tiempo: Catástrofe Ultravioleta #08 – Huesos por Javier Peláez y Antonio Martínez Ron.

Con todo, el sonido puede distraer y mucho; en definitiva es el sentido que nos alerta de la presencia de algo que no vemos y que, potencialmente, puede ser peligroso. Este cronista pertenece a ese subconjunto de humanos para los que el exceso de ruido es poco tolerable (no lo busquéis en un bar español; de hecho, escribe esta crónica en absoluto silencio ambiente). A este respecto llama la atención que los propietarios de establecimientos de ocio y sus arquitectos hagan caso omiso de La fórmula para una fiesta ‘acústicamente’ perfecta, por Marta Macho. Una sugerencia es usar Las plantas como aislantes acústicos.

Mencionábamos antes de pasada que nuestros instintos más básicos son capaces de condicionar nuestra atención. Una consecuencia es que lo hacen de tal manera que nos llevan al cherry-picking, esto es, a recoger la información que nos interesa porque confirma nuestras ideas preconcebidas en cada momento. Esto de nuevo lo aprovechan los publicistas de los productos financieros, quienes, si bien presentan por ley toda la información, saben resaltar la que oscurecerá los riesgos que se asumen con la contratación del producto. En la economía globalizada, por ejemplo, muchos inversores de depósitos sin experiencia están buscando rentabilidad en fondos de inversión sin tener asumida realmente La criticalidad de los mercados financieros y la posible aparición de Cisnes negros para 2015 por Javier San Martín (aunque se abuse del término; un cisne negro es, por definición, un acontecimiento impredecible; si es un riego predecible se pueden adoptar medidas para cubrirlo, eso son las pólizas de seguro de todo tipo).

Dominar nuestra propia atención no es cosa fácil, aunque podamos pensar que sí. Y esto lo saben muy bien los diseñadores de los grandes almacenes, que durante tu estancia en ellos tienen más control sobre ella que tu mismo. Esto es porque conozcan, quizás intuitivamente, que el dominio de lo biológicamente posible está muy limitado por lo que es dinámicamente estable, algo íntimamente relacionado con la simetría y su rotura.

Y es que el atractivo de la simetría para los humanos es innegable a la hora de atraer la atención. Se da incluso en el atractivo de las preguntas. Con tres ejemplos bastará: ¿Beben agua de mar las serpientes marinas?, por Juan Ignacio Pérez, es poco simétrica por lo que su atractivo es puramente intelectual, apela a la curiosidad; ¿Por qué sabe diferente cocido que a la parrilla?, de Javier Armentia y Joaquín Sevilla, incluye conscientemente un principio de simetría, una disyuntiva, aunque en el texto aparezcan más alternativas; y después está la pregunta hipersimétrica y autorreferente: ¿el culo de Kardashian o el de Rihanna?



Por César Tomé López, publicado el 11 enero, 2015
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