¿Qué prefieres: Humanos en Marte o descubrir vida extraterrestre?

Por Pere Estupinyà, el 14 enero, 2015. Categoría(s): Astronomía • Ingeniería

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Imagina ser el director de la NASA o de un consorcio científico internacional, o un político encargado de tomar decisiones, o un ciudadano al que le consultan en qué gastar sus impuestos, y te dicen “mira; resulta que en temas de exploración espacial hay dos proyectos apasionantes, fabulosos, inspiradores… pero también complejísimos y carísimos. En los próximos 15 años sólo podemos impulsar uno de ellos.

Entre estas dos opciones:

a) Construir todo lo necesario para que un humano pise Marte, o

b) Construir un nuevo telescopio espacial que detecte signos de vida en atmósferas de planetas extrasolares.

¿Cual prefieres?

Si ya lo tienes claro, vota aquí:

La reflexión -en realidad muy realista- la originó este artículo que publiqué el pasado lunes en Scientific American. Ocurre que en el mundo de la exploración espacial hay dos grandes retos sobre la mesa. Uno es enviar humanos a Marte y el otro detectar vida extraterrestre fuera del sistema solar. Con la tecnología actual, no se puede hacer una cosa ni la otra. Pero hay propuestas viables planteadas:

Respecto encontrar vida extrasolar, el telescopio espacial Kepler está descubriendo infinidad de planetas lejanos, algunos de los cuales podrían ser habitables. Sin poder afinar muchísimo en sus características, la gran aportación científica del Kepler ha sido confirmar que el Universo está pobladísimo de planetas. El siguiente paso lo dará el telescopio James Webb, que siendo más sofisticado que el Kepler, cuando se lance al espacio en 2018 permitirá identificar infinidad de planetas similares a la Tierra y orbitando a distancias de su estrella que permitan presencia de agua líquida. Podrá incluso confirmar si tienen atmósfera. Pero sus instrumentos no serán tan precisos como para analizar los componentes químicos de dichas atmósferas y ver por ejemplo si hay ozono, moléculas orgánicas complejas, o cualquier indicador indirecto de la existencia de vida. Para ello hará falta construir un telescopio espacial muchísimo más grande, complejo y caro, como por ejemplo el ATLAST. El cacharrito no está presupuestado todavía, pero podría llegar a costar entre 10 y 20 mil millones de dólares. Su gran premio: detectar por primera vez en la historia de la humanidad vida extraterrestre. Posiblemente el mayor descubrimiento científico de la historia.

Respecto el viaje tripulado a Marte, hay todavía incertidumbres técnicas, fisiológicas y éticas. Se discuten aspectos como si debería ser un viaje de ida o vuelta o sólo de ida (traer astronautas de regreso es lo más complejo y caro), y si el cuerpo y mente de los viajeros aguantarían los más de seis meses por trayecto. Pero todo indica que es técnicamente factible, y con un costo que podría fluctuar entre los 40 y 100 mil millones de dólares se podría conseguir otro de los grandes hitos de la humanidad: lograr que una persona pise el suelo de Marte.

Ambos proyectos son apasionantes, y sin duda se pueden llevar a cabo con una decidida cooperación internacional. Aún y así, requieren una enorme concentración de recursos técnicos, económicos y humanos, más de una década de trabajo, y es muy difícil imaginar que vayan a ser impulsados en paralelo. Lo más lógico es que se priorice uno, y el otro se retrase un buen período de tiempo. ¿Cuál merece ser el primero? La decisión debe ser tomada en los próximos años y anunciarse en la Decadal Survey de 2020.

El debate en el seno de las agencias espaciales es más intenso y complejo de lo que imagináis, lobbies e intereses políticos y económicos incluidos. Pero la opinión pública es tremendamente valiosa, y me atrevo a plantear la siguiente pregunta: Descartando las opciones “ambas” o “ninguno”, y asumiendo que nos falta más información, a priori si de vosotros dependiera… ¿en qué preferirías que se invirtieran vuestros impuestos; ¿en descubrir vida extraterrestre o en colocar un humano en Marte?

Por supuesto, además de votar en la encuesta podéis usar los comentarios para más matices y diálogo…

 



Por Pere Estupinyà, publicado el 14 enero, 2015
Categoría(s): Astronomía • Ingeniería