Ven al lado oscuro, a menudo es más interesante.

Eso no quiere decir que el otro no sea importante pero en el lado oscuro es donde ocurren cosas.

Este cronista, como muchos otros profesionales y aficionados a la ciencia, no puede dejar de sentirse fascinado por el misterio de la materia oscura y, casi con igual intensidad, por el ingenio que se despliega ante nuestros ojos para desentrañarlo. Francisco R. Villatoro ha dedicado esta semana a este tema y la lectura de estos tres textos ubica a cualquier lector en el estado de la cuestión a grandes rasgos: Mapa de la materia oscura en el universo, La interacción de la materia oscura en el cúmulo galáctico Abell 3827, Sobre el descubrimiento de la materia oscura en el LHC Run 2.

Hay cuestiones que, porque ocurrieron en un pasado tan remoto que no son comprobables con fiabilidad, son la esencia del lado oscuro. Para estas, como el origen de la vida en la Tierra, se admite prácticamente cualquier hipótesis, como ¿Y si la vida en la Tierra vino de Encélado?, por Daniel Marín.

Otras cuestiones están dolorosamente en el lado oscuro, como la etiología (para entendernos, el origen último) del alzhéimer. Por eso los esfuerzos por sacarlas de ahí son especialmente bienvenidos, como las herramientas diagnósticas para la detección precoz (eso sí, lamentablemente la detección precoz en realidad solo sirve hoy día para mejorar las posibilidades de la investigación de la enfermedad, no para evitar su progresión; en esto es peor que los cánceres): Háblame y te digo si tienes alzhéimer.

También hay casos en los que los medios de comunicación quieren llevar al otro lado los nuevos datos de una investigación ya de por sí compleja y sujeta a muchas hipótesis y matices, como es la del posible pasado habitable de Marte. En esas ocasiones se hace necesario una intervención para mantener los datos oscuros, sí, pero rigurosos. Como la de Dani en Las salmueras nocturnas de Marte o por qué Curiosity NO ha encontrado agua líquida en el planeta rojo (Bitácora de Curiosity 45).

Parte de la atracción del lado oscuro son los personajes fascinantes que atesora. Véase si no La increíble (y desconocida) vida de Robert McCormick, el naturalista oficial del Beagle por Javier Peláez, o Sophie Germain en el espejo de Eduardo Galeano por Marta Macho, o Laennec y El estetoscopio, el símbolo de la medicina moderna.

Pero al igual que pasa con los infinitos, que no todos son iguales, también hay que distinguir entre el lado oscuro genuino y lo que simplemente es ausencia de luz: hay gente que opta por esto último, como la que decide Vivir sin humanidades por Ana Ribera.

Finalmente, si tanta oscuridad te agobia, al menos combátela de forma original: Un punto cuántico emite luz blanca gracias a la aspirina.

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