Otra vez proteínas y fósforo… y medias verdades embutidas y mal atadas

Por Juan Revenga, el 29 abril, 2015. Categoría(s): Divulgación

Proteínas y fósforo

La deficiencia de fósforo es infrecuente […]

Como el fósforo está distribuido tan ampliamente en los alimentos, incluyendo los alimentos procesados y los refrescos con gas, hay poca probabilidad de una inadecuación dietética.

Así se expresa, textualmente, uno de los manuales de referencia (por no decir el más) sobre dietética y dietoterapia hoy en día al respecto de la deficiencia en fósforo. Se trata de Krause dietoterapia. No forma parte de la biblioteca habitual de la población general, está claro… y quizá por eso el equipo de marketing de Campofrío ha decidido poner en alza sus salchichas de Frankfurt, un producto altamente procesado, con este tipo de ampulosas y cientifistas alegaciones: “no son salchichas, son proteínas y fósforo”.

Supongo que porque suena bien, erudito, importante… y porque también supongo que con él se puede llegar a engañar  confundir a la gente haciéndoles pensar que el consumo de  este tipo de producto aporta un valor añadido a su dieta.

Aunque meridianamente claro, me gustaría explicar aun más si cabe lo que dice el texto de Krause dietoterapia para que no se malinterprete y para que sí se entienda en el marco adecuado la campaña de Campofrío cuando ensalza unas salchichas de Frankfurt:

El manual viene a decir que no hay forma humana de encontrar en nuestro medio una persona con deficiencia de fósforo. Da igual que alguien siga una alimentación de mierda, caracterizada a partir de aperitivos industriales dulces y salados, “refrescos” y bollería industrial… ni tan siquiera esas personas corren el riesgo de incurrir en la deficiencia de fósforo.

Por tanto, habida cuenta que ni a nadie le viene bien ni necesita más fósforo, no sé dónde puede estar el valor añadido o el beneficio para la salud en eso de anunciar un derivado cárnico procesado como fuente de fósforo.

Si el tema del fósforo es divertido, veamos el de las proteínas:

la ingesta de proteína en España alcanza el 173% de las recomendaciones en varones de 20 a 39 años, y el 228% en mujeres.

Estos datos son los que se observaron en 2008 en el estudio Valoración de la dieta española de acuerdo con el panel de consumo alimentario. Pero espera, que hay datos aun más recientes, según la Encuesta Nacional de Ingesta Dietética ENIDE 2011:

la ingesta media de proteína en los hombres es de 109,36 g/día y en mujeres de 88 g/d

Es decir, acorde con este último dato y en relación al consumo de proteínas, si lo que en la actualidad comemos estuviera ajustado a las recomendaciones mínimas de proteínas (es decir 0,8g de proteínas por kilogramo de peso corporal y día), el peso medio de los varones habría de ser 131,7 kg y el de las mujeres 106 kg. Dicho de otra forma: Estamos hasta las trancas de proteínas y no necesitamos más… y mucho menos que se promocione un derivado cárnico con estos argumentos siendo que en base al estudio ya mencionado nuestro patrón de consumo de este tipo de alimentos es bastante superior a las recomendaciones.

Y… sí, es lo que estás pensando… como en tantas otras ocasiones si se cacarean publicitariamente hablando tantas tonterías virtudes innecesarias, es porque lo que se callan en la realidad del producto es más importante que aquello con lo que se trata de impresionar a los consumidores.

El producto, según su propio etiquetado, aporta 18g de grasas/100g de producto, y es que no será por casualidad, este resultado es fácilmente explicable a partir de sus ingredientes… toma nota:

Carne separada mecánicamente de pollo y de pavo, grasa y corteza de cerdo. Grasa de pollo con piel. Agua. Fécula. Sal. Azúcar. Antioxidante (E-316). Estabilizantes (E-412, E-415, E-451). Especias. Aroma de humo. Conservador (E-250).

Pues sí, como primer ingrediente figura un item que a mi juicio merecería ser explicado con mayor detalle. Bajo el mismo concepto y sin hacer distinción el ingrediente principal es: “Carne separada mecánicamente de pollo y de pavo, grasa y corteza de cerdo”… y el segundo “grasa de pollo con su piel”… Es decir, cuando en la promoción de un alimento solo se utiliza el recurso de que es fuente de proteínas y fósforo es que se trata de un alimento muy, muy, triste nutricionalmente hablando.

Por tanto, resulta más que significativo que para publicitar un producto que se encuentra entre los menos recomendables al observarlo bajo la lupa de no importa qué guía de alimentación saludable se usen declaraciones nutricionales que ni vienen ni van… proteínas y fósforo. Ole.

Come proteínas y fósforo, es una moda elegante

Todo esto no quita para que, de nuevo y como viene siendo habitual en estas circunstancias, la acción publicitaria sea brillante: sabe aprovechar las lagunas de la población general para contando un hecho verdadero a tenor de la legalidad vigente (el producto puede realmente decirse fuente de proteínas y fósforo) hacer creer que es un argumento válido para consumir el producto en cuestión. Aunque, eso sí, esa riqueza sea absurda e innecesaria (juegan con la ventaja de que la población general lo desconoce) al tiempo que se calla  como una… como solo ella se calla, otras realidades al respecto del verdadero interés nutricional del producto, como por ejemplo su contenido en grasa, azúcares, sal…

En relación a las salchichas originales, creo interesante comparar una ración de 47g de este producto (dos salchichas según sugiere el fabricante) con otra alternativa… otra cena típica de un niño, hoy ya casi en el olvido salvo honrosas excepciones, me refiero por ejemplo a un huevo pasado por agua. Veamos qué nos ofrece esta comparación en virtud de algunos nutrientes característicos:

Tabla huevo vs salchichas
(*) Datos obtenidos de la página web de Campofrío (**) USDA Nutrient Database, 56g de porción comestible de huevo (1) Dato inferido de los valores por 100g y no de la información por ración, ya que según este último, 47g de salchichas contenían 20g de sal (2) Según precio de mercado

En resumen: Un huevo pasado por agua ofrece más proteínas (37% más) y más fósforo (más del doble) a la par que menos grasas totales (38% menos), menos grasas saturadas (40% menos), menos hidratos de carbono (una décima parte), menos azúcares (64% menos), menos sal (77% menos) y menos calorías (28% menos) que una ración de las consabidas salchichas. Y todo ello, el huevo, a un precio entre un 50 y un 25% más barato que la ración de salchichas.


Echando un vistazo a las elegantes alegaciones salchicheras

Desde una perspectiva más general, recordemos que Campofrío, es una de las veintitantas empresas que están adheridas al plan HAVISA, ese glorioso plan que de la mano de la administración sanitaria vela, día a día, anuncio a anuncio, por realizar una promoción de hábitos de vida saludable a través de la alimentación (encontrarás más detalles en este post). Como no podía ser de otra forma Campofrío también forma parte de la Fundación Alimentum, una organización privada y sin ánimo de lucro cuya misión…

Es mejorar la calidad de vida y el bienestar social, a través de la promoción de iniciativas que respondan a los retos e inquietudes que la sociedad demanda en relación con la Alimentación.

Puedes contrastar todos los patronos de esta organización “sin ánimo” de lucro en este enlace. En fin…

Consejo final: come comida… es decir, come aquellos alimentos que no necesitan de la publicidad para contarnos su “maravilloso” contenido nutricional.

Señores publicitarios, como decía Berto, sois muy grandes. Señores de Campofrío, como dietista-nutricionista, no me gustan ni un pelo estas estrategias.

———————————

Nota: Puedes abundar más en el caso de las salchichas de las proteínas y fósforo de Campofrío en otros post, como por ejemplo este Vicente Baos titulado “Las salchichas y la mamá resabiada”, o este de Lucía Martínez “¿Necesita el mundo proteínas y fósforo? Campofrio abriendo bocas.