Agua, aceite y fuego

Por Pablo Rodríguez, el 18 mayo, 2015. Categoría(s): Curiosidades • Química

Seguramente te ha pasado alguna vez. Estás cocinando, más concretamente friendo, y de pronto el aceite empieza a arder. Si tienes nervios de acero, retirarás la sartén y seguirás cocinando como si nada. Si no, lo más probable es que acabes retirando la sartén tras unos momentos de pánico y vacilación (los gritos son opcionales).

Ahora… si se te ocurre intentar apagar el pequeño incendio con agua, es posible que cometas un error realmente peligroso. Si crees que exagero, haz click en la imagen:

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Para comprender lo que ha sucedido tenemos que entender lo que es una combustión. Las combustiones son reacciones químicas exotérmicas (esto es, que liberan energía en forma de calor e incluso luz) entre un combustible (en este caso, el aceite) y un comburente (el oxígeno presente en la atmósfera).

Para que dicha reacción se produzca, suele ser necesario un aporte energético inicial. En este caso, elevar la temperatura del aceite por encima de una temperatura crítica. Una vez que se inicia la combustión se libera más energía calorífica, que a su vez se reinvierte en la reacción de más y más moléculas dando lugar a una reacción en cadena.

La combustión se produce, además, en la zona de contacto entre el aceite y el aire. Y es aquí donde entra el efecto del agua. La totalidad del aceite está muy por encima de la temperatura de combustión y, si no arde, es solo porque no está en contacto con el aire más que una pequeña parte de él. Al arrojar agua, esta se mezcla con el aceite y se calienta muy rápidamente, formando vapor, expandiéndose y lanzando en todas direcciones montones de gotitas de aceite hirviendo que, ahora sí, tienen contacto con el oxígeno del exterior.

La próxima vez que os pregunten para qué sirve la ciencia, recordad que os puede salvar de perder las cejas.



Por Pablo Rodríguez, publicado el 18 mayo, 2015
Categoría(s): Curiosidades • Química