Hitos en la red #80

Por César Tomé López, el 9 agosto, 2015. Categoría(s): Enlace Recomendado

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Esta semana encontramos en la red resultados de macroinstalaciones de investigación, materiales de propiedades interesantes, técnicas quirúrgicas en las que participan filólogos, exploraciones abstractas sorprendentes, todo ello con un poquito de sal y pimienta artística.

Dentro del primer grupo tenemos El exoplaneta rocoso más cercano de Daniel Marín, y IceCube observa el neutrino más energético, Primeros resultados de NOvA sobre oscilación de neutrinos, Límites de exclusión de IceCube para monopolos magnéticos de Francisco R. Villatoro. Estos son resultados, también hay trabajos teóricos previos a la puesta en marcha: Los agujeros negros binarios en cúmulos globulares y Advanced-LIGO.

La revolución que puso en marcha el grafeno, la de los materiales bidimensionales (o cosa similar), sigue imparable: véase si no Por primera vez se fabrica el estaneno y El gran futuro nanotecnológico del fosforeno o fósforo negro ambos de Francis.

¿Qué pinta un filólogo en un quirófano durante una neurocirugía friendo a preguntas a un paciente al que se mantiene despierto durante la intervención? Pues Adrià Rofes, filólogo, te lo cuenta en La neurocirugía con el paciente despierto.

En cuanto a exploraciones intelectuales abstractas, esas que suelen dar resultados sorprendentes, hemos tenido dos esta semana o, mejor, dicho una y el comienzo de otra. La primera: la descomposición de un guisante en piezas y la recomposición de éstas para dar lugar a otra esfera podría ser que ésta tuviese el tamaño del Sol; suena raro, lo sé, pero es un jodido teorema matemático: Marta Macho lo explica en El guisante y el Sol: una extraña equivalencia. Por otra parte, este cronista ha iniciado una aventura por entregas para descubrir La verdadera composición última del universo (I): Más allá del modelo estándar que, como adelanto en exclusiva para los lectores de Hitos, será sorprendente y hasta asqueante para algunos.

La diferencia entre los topillos de las Praderas (con mayúscula) del centro de los Estados Unidos (de ahí su nombre, topillo de la pradera – prairie vole; como la casita de Laura Ingalls) y los de los prados (de ahí su nombre, meadow vole), aparte de que al segundo le gusten los entornos más húmedos, es que el primero es monógamo, fiel y el macho ayuda en el cuidado de la prole y el segundo es un viva-la-virgen-aquí-te-pillo-aquí-te-mato y el macho si te ha visto, topilluela, no se acuerda. Resulta que la diferencia en el comportamiento, mire usted, no se debe a que el primero tenga un mayor sentido moral sino a la configuración de sus encéfalos. Nos lo cuenta Juan Ignacio Pérez en Topillos fieles y topillos promiscuos.

Y terminamos por hoy con una referencia a las artes. Por una parte Ambrosio Liceaga se pregunta sobre Las líneas rectas de la naturaleza y, por otra, Ana Ribera afirma cosas, con las que este cronista discrepa cordialmente, pero para eso están, para discutirlas y aprender en el proceso: La creatividad científica y el arte: La muerte de Sócrates.

 



Por César Tomé López, publicado el 9 agosto, 2015
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