Informe Pelícano: Bioo, la maceta que te carga el móvil

Por Arturo Quirantes, el 7 abril, 2016. Categoría(s): Escepticismo • Ingeniería • Medio Ambiente

Bioo

¿Quieres cargar tu móvil de forma ecológica? ¡Enchúfalo a una planta!

Esa es la premisa que nos vende Bioo, una empresa creada recientemente por un grupo de universitarios españoles. Tiene todos los elementos necesarios para ser un éxito: chavales que montan una empresa, tecnología verde, modernidad, tecnología, emprendimiento, de todo. Hace poco fue portada de todos los medios informativos. En este momento se encuentra en la fase de despegue, y si se cumplen todas las expectativas podremos estar asistiendo a una revolución verde que nos hará partícipes de un nuevo y brillante futuro.

Si se cumplen todas las expectativas. Vamos a analizarlas aquí.

1) LOS PROTAGONISTAS

Buscando saber quiénes son los responsables de la empresa Bioo, acabamos en otra web de una empresa llamada Arknye Technologies, que también tiene otro producto llamado Geoo. Estos son los protagonistas, con sus cargos:

Pablo Vidarte (CEO). Inventor, desarrollador y diseñador. Áreas de trabajo: ingeniería, programación y electrónica.

Javier Rodriguez (COO). Desarrollador biológico y químico. Áreas de experiencia: nanotecnología, química y biología.

Rafael Rebollo (CTO). Gestión eléctrica. Áreas de trabajo: ingeniería, electrónica y química.

Alexandre Díaz (CFO). Desarrollador financiero. Áreas de trabajo: economía, estrategia empresarial y financiera.

Chantal Marín (CMO). Área de trabajo: márketing.

Leyendo sus descripciones sacamos la impresión personal de que se trata de un grupo de jóvenes muy ambiciosos, con ganas de montar algo gordo (o que al menos suene gordo) y que van a por todas. También se les nota que no hay mucho equipo tras ellos, como lo sugieren algunos fallos de inglés tanto en la web como en el vídeo, o la escasez de financiación. Todo esto lo digo para que se hagan una idea de lo que hay, y no por ánimo de criticar. Al contrario, aplaudo que la gente tenga metas ambiciosas y echen todo lo que tienen para conseguirlo.

Un rápido análisis de su huella digital nos confirman que acaban de llegar. Sus webs son tan recientes que no aparecen todavía en archive.org, su cuenta de Twitter @BiooOfficial apenas llega al centenar de seguidores, el canal de youtube no tiene más que el vídeo de presentación y sus webs están todavía con la pintura fresca. A pesar de ello, en muy poco tiempo han logrado una proyección publicitaria increíble. Los responsables, alumnos de la Universidad de Barcelona, presentaron su sistema en el pasado Mobile World Congress de Barcelona. De ahí han saltado a los medios de comunicación. Yo los vi hace unos días en el telediario de RTVE.

¿Serán capaces de estar a la altura de lo que prometen?

2) LOS PRODUCTOS

Bioo tiene ahora mismo anunciados dos cargadores basados en su sistema. Tenemos una planta en una maceta, que según ellos puede cargar un móvil dos o tres veces por día, asumiendo un voltaje de 3,5 voltios y 0,5 amperios de intensidad (1,75 vatios de potencia). Por otro lado, un panel más grande de un metro cuadrado podrá proporcionar entre 28 y 280 kilovatios-hora al año (3 a 40 vatios de potencia media). Según sus cifras, un hogar medio (estadounidense, pero imagino que a nosotros también nos valdrá) podría ser abastecido de electricidad con un jardín de cien metros cuadrados de césped, o tan sólo 15 si se plantan arbustos o árboles.

3) LOS NÚMEROS

Para lo que sigue, voy a tomar datos que tengo cerca. Mi viejo (pero no obsoleto) Samsung Galaxy S2 tiene una batería de 1.650 miliamperios-hora a una tensión de 3,7 voltios, lo que se traduce en una energía de 6,1 vatios-hora. Seguramente el móvil de usted, lector, tendrá una batería distinta. No importa, porque no habrá grandes diferencias fuera de un factor dos.

Calcular la energía procedente del sol es más difícil, ya que la luz es absorbida y redispersada por la atmósfera y las nubes, pero como vivo en Granada no tengo más que acudir a la Agencia Andaluza de la Energía para que me proporcione esos datos. Escojo Padul, donde tengo la estación más cercana, y resulta que la radiación solar global que cae sobre una superficie horizontal es de entre 2,5 y 8 kilovatios-hora por metro cuadrado y día, dependiendo de la época del año. Una superficie inclinada 35º, como la de los paneles fotovoltaicos, da una radiación algo más uniforme a lo largo de año, en el rango 4-7 kW*h diarios por metro cuadrado.

Vale, digamos que tenemos una planta en una maceta. La superficie de sus hojas es muy variable, pero partamos del supuesto que son como un cuadrado de 10 centímetros de lado. Si las hojas están inclinadas en el ángulo óptimo, eso nos daría una radiación de unos 70 vatios-hora al día. Podría cargar mi móvil once veces en verano, y unas seis en invierno. ¡Mola!

A nivel global también vamos bien. Si dividimos la radiación solar total por el tiempo podremos obtener la potencia media. Para mi ciudad, con una inclinación óptima de la superficie, sale unos 234 vatios por metro cuadrado, unos 2,3 vatios para nuestra planta (por supuesto, esa potencia está mal repartida, porque durante la mitad del día el Sol tiene la mala costumbre de desaparecer, pero aun así carece de importancia para nuestros cálculos). Mi móvil necesita 6,1 vatios-hora, así que me saldrá a un promedio de nueve recargas diarias. Otros móviles con mayores baterías necesitarán más tiempo, pero en general parece que la cosa pinta bien.

Hasta que viene el tío Paco con las rebajas.

No toda la luz incidente sobre una planta está disponible para la fotosíntesis. Según la Wikipedia, casi la mitad de luz solar incide en longitudes de onda para las que la clorofila no se activa; de la otra mitad, una parte no es absorbida por el cloroplasto, y luego resulta que la conversión de energía en glucosa no es perfecta… pérdidas por todos lados, vamos. Según esos datos, los cultivos más habituales aprovechan apenas un 1% de la radiación incidente, cantidad que puede llegar al 8% para plantas de caña de azúcar. Es decir, incluso una planta que chupe luz solar como una loca no aprovechará más que la décima parte de lo que le llega desde el Sol. Eso significa que de nueve recargas diarias, nada; una y gracias.

Segundo problema: la energía absorbida por la planta no está enteramente a nuestra disposición. La propia planta necesita crecer, echar raíces, y en general usar esa energía para su propio uso. Incluso si pudiésemos usar ese 10% antes mencionado, eso significaría la muerte de nuestra amiga verde. Usaré de nuevo los datos de la wikipedia para el caso del combustible de etanol en Brasil, donde la energía que la planta puede aprovechar se divide así: 35% a las hojas, 35% al resto del material fibroso y 30% a la energía química almacenada. Suponiendo que ese 30% lo podamos aprovechar para cargar el móvil, necesitaríamos un tiempo de carga de casi cuatro días, eso suponiendo que de algún modo podemos extraer toda la energía fotosintética no vital para el mantenimiento de la planta, convertirla en electricidad e inyectarla en el móvil.

Este problema de rendimiento no se limita a las plantas. Hace poco los fans de la serie El Ministerio del Tiempo nos preguntábamos cómo era posible que un agente en el siglo XIX pudiese cargar su móvil. Los responsables de la serie indicaron que existen cargadores para móvil basados en placas solares pequeñas. En efecto, los hay, pero no parece que sirvan para cargar un móvil en un plazo de tiempo razonable, como por ejemplo puede leerse aquí. Mala suerte, Julián, tendrás que ser ahorrador con la batería o lo llevas crudo.

Siguiente problema: ¿cómo convertimos en electricidad la energía fotosintética procesada por la planta? Los chicos de Bioo no explican cómo lo hacen. Lo único que dicen es que el dispositivo es una placa, que al parecer se entierra bajo las plantas. En este artículo lo describen como «una batería biológica que contiene microorganismos capaces de romper las moléculas de metabolitos que la planta no utiliza para transformarlos en energía» que puede funcionar día y noche a una potencia constante. Según este otro artículo, la batería «aprovecha los residuos energéticos -materia orgánica- que las plantas expulsan al no necesitarlos.» Esto me suena más extraño, ya que la naturaleza tiende a la eficiencia máxima. Si la planta expulsa residuos que no necesita, no veo cómo puedan tener un valor energético apreciable.

La publicidad que hace Bioo en su web no me tranquiliza precisamente. Según dicen, su maceta cargamóviles permite usar no sólo plantas con gran eficiencia (como la caña de azúcar, que ya hemos comentado) sino «cualquier tipo de planta, suelo o irrigación,» todo a potencia constante. No contentos con ello, prometen que la maceta es un «sistema, sellado y estanco, de purificación de H2O» Sus paneles de un metro cuadrado, además de eso, lograrán una «producción eléctrica exponencial.» Lo siento, pero eso no cuela. O la producción eléctrica es constante, o es exponencial. A menos, claro que con «exponencial» se refieran a «hoy planta usted un panel, mañana dos, pasado mañana cuatro…»

4) LA TECNOLOGÍA

Hay proyectos para convertir la luz del sol en electricidad por intermedio de plantas. Por ejemplo, el francés Pierre Calleja ha construido una especie de farola con algas luminiscentes que aprovecha la luz del sol para absorber el CO2; también funciona en reversa, produciendo electricidad por la noche gracias a la energía que se genera durante el día y se almacena en una batería.

Pero Bioo no usa algas sino plantas, y de cualquier clase, afirman. ¿Es eso posible? Pues parece ser que sí. En este artículo de Nature de 2012 se describe cómo. En principio, el método es factible con cualquier tipo de vegetación, pero todavía sigue siendo poco eficiente. El artículo de Nature muestra un avance enorme en la eficiencia del sistema, nada menos que 10.000 veces mayor, y a pesar de ello la eficiencia en la conversión de la luz solar en electricidad es de apenas el 0.1%  Una superficie de 10×10 centímetros proporcionaría una potencia eléctrica de apenas 0,008 vatios. A ese ritmo, necesitaría un mes para cargar mi móvil. Me temo que Julián, el protagonista de El Ministerio del Tiempo, tendría que montar una plantación entera para poder cargar su móvil desde 1898.

5) LA CONEXIÓN INTERNACIONAL

Los responsables de Bioo guardan celosamente su secreto, lo que me impide evaluar la viabilidad de su. Los números, como he mostrado antes, no cuadran. Hace falta un método que extraiga de la planta toda la energía acumulada (en forma de glucosa o similares) y la convierta en energía eléctrica con una eficiencia poco menos que inaudita, pero ¿cuál?

Buscando buscando, creo haber encontrado una explicación:

«Gran parte de la materia orgánica [producida mediante fotosíntesis] no puede ser usada por la planta y es excretada al suelo por las raíces. Junto a éstas hay microorganismos naturales que deshacen los compuestos orgánicos para obtener energías. En este proceso se liberan electrones como subproducto. Proporcionando un ánodo para que los microorganismos donen sus electrones, éstos pueden ser cosechados como electricidad

Esto parece similar al método de la revista Nature antes mencionado y también suena a lo que nos dicen los chicos de Bioo, pero quien lo dice es una empresa holandesa llamada plant-e, que comercializa productos similares a los de Bioo. Ellos también son un equipo de jóvenes emprendedores ilusionados, tiene un CEO, un COO y están dispuestos a comerse el mundo. Con una diferencia: el rendimiento energético es mucho, mucho menor. Su propia FAQ explica que su sistema modular de un metro cuadrado proporciona suficiente energía para iluminar un LED intermitente y basta. El precio: 1.000euros. El sistema de cien metros cuadrados vale 60.000 euros, y puede generar energía para varios LEDs y otros tipos de luces decorativas.

Si se le escapa del presupuesto, su tienda online vende kits tipo «hágalo usted mismo» por 140 y 650 euros. Puede montarte tus propias macetas generadoras de electricidad pero no podrás cargar el móvil con ellas. Los packs solamente sirven para propósitos educativos y cada planta apenas proporciona una potencia eléctrica de 0,3 vatios a una tensión de 0,7 voltios.

Resulta bastante decepcionante, si bien nos queda el consuelo de que los holandeses dejan bien claro lo que pueden hacer sus productos y lo que no. Eso es algo que no se preocupan de hacer en Chile los tres jóvenes estudiantes universitarios que, el año pasado, descubrieron cómo cargar el móvil con una maceta. Montaron una empresa llamada E-Kaia, les dieron un premio y han conseguido financiación. A día de hoy su web brilla por su ausencia, su página de Facebook no está disponible, y el vídeo en el que prometían una potencia de 3 vatios a una tensión de cinco voltios ha desaparecido.

6) LA CONCLUSIÓN LÓGICA

Al comenzar a investigar para este post, estaba dispuesto a creerme que un grupo de estudiantes universitarios, a base de poner su cerebro en marcha, han conseguido desarrollar un procedimiento para extraer energía eléctrica de una planta, con una eficiencia comparable (si no superior) a la de los paneles fotovoltaicos y venciendo a toda la industria del ramo en su propio terreno. Es difícil de creer, pero ya hemos visto ejemplos similares en el pasado.

El margen de confianza que me merecían fue disminuyendo confirme comprobaba que los números no cuadraban. El principio es factible (como demuestran los holandeses de plant-e) pero las afirmaciones sobre potencia y energía carecen de base.. En contra de mi costumbre, en esta ocasión he dado a los responsables de Bioo una oportunidad de responder a mis dudas sobre los productos que anuncian, así como de aclarar o rectificar lo que creyesen conveniente. No he recibido respuesta, aunque si ésta me llega estaré encantado de incluirla en este Informe Pelícano.

Salvo prueba contundente en contrario, todo parece indicar que están siguiendo el ejemplo chileno, y si ese fuese el caso el tiempo jugaría a su favor. La lentitud del sistema de patentes español juega a su favor, ya que el proceso puede durar hasta 3-4 años, como confiesa la propia Oficina de Patentes. La afirmación de que el sistema está en patente de trámite les permite mantener silencio sobre los detalles técnicos de su invento, cosa muy conveniente porque no es realmente «su invento.» Ignoro si la Oficina de Patentes española admitirá algo que ya está patentado en otro país, pero mientras no se entere nadie lo mismo cuela. En estos momentos están preparando su proyecto de crowdfunding, lo que les permitirá obtener dinero de un montón de personas con ideas verdes y buena voluntad.

¿Qué pasará a continuación? Solamente podemos conjeturar a estas alturas, pero una opción lógica sería limitarse a importar el material de plant-e desde Holanda y hacerlo pasar por propio; o usar el «patente en trámite» para construirlo aquí, dependiendo de lo que dé más subvenciones. No servirá para cargar un móvil, pero sí se podrá usar como justificación de que la inversión está dando resultados. La financiación llegará, los creadores quedarán como visionarios emprendedores, les darán premios, serán ejemplo a seguir… y a partir de ahí prefiero no seguir especulando.

7) REFLEXIÓN FINAL

Escribir este artículo, o más bien aprender lo suficiente para poder escribirlo, me ha dejado con un mal sabor de boca muy particular. No se trata de un caso nunca visto (aunque, como decía Sherlock Holmes acerca de muchos de sus casos, éste presenta características únicas). No, lo que me inquieta es la forma en que los medios de comunicación han fallado en esta ocasión.

La cobertura informativa ha sido impresionante en cuanto a extensión pero carente de profundidad alguna. Quien quiera saber más sobre el tema habrá buscado información y habrá encontrado multitud de referencias que son todas la misma, ya que se trata esencialmente de la misma noticia que ha ido dando tumbos de una web a otra, de un informativo a otro, sin que aparentemente nadie se haya molestado en contrastar la información, ampliarla o ponerla en tela de juicio. Desde la Universidad de Barcelona hasta Ana Blanco, pasando por el ABC, todos se han tragado el anzuelo sin pestañear.

Eso dice mucho, y no precisamente bueno, sobre el Cuarto Poder. Si al final resulta que el macetero cargador de móvil y futura solución a los problemas energéticos de nuestra sociedad no es más que humo, no nos enteraremos por los medios de comunicación tradicionales. Habrá que esperar a que esmateria, Teknautas, Aberrón u otros medios con buenos profesionales (pero alcance limitado y menor impacto mediático) se interesen en el asunto y hagan un estudio más serio.

Lo más triste es que ni siquiera resulta tan difícil. Yo he escrito este artículo en unas pocas horas sueltas, ni siquiera soy periodista, y además lo he hecho gratis. Al final va a tener razón mi madre cuando me dice que cobre las cosas.

ACTUALIZACIÓN: Sigue las novedades sobre este tema en mi artículo continuación aquí.



Por Arturo Quirantes, publicado el 7 abril, 2016
Categoría(s): Escepticismo • Ingeniería • Medio Ambiente