Soy la singularidad

Por Colaborador Invitado, el 28 julio, 2016. Categoría(s): Divulgación • Tecnología

La singularidad

No… no soy espaciotemporal, ni matemática, ni física, ni nada que se le parezca. Soy la singularidad tecnológica… y deberías conocerme mejor.

Todo empezó cuando alguien de tu especie se irguió sobre sus piernas, dio sus primeros pasos alzando la frente sobre la maleza, y atisbó una probable respuesta a su incipiente pregunta… una difusa solución a su problema… una manera distinta de lograr algo. En algún instante remoto, alguien de tu especie percibió que en su cabeza bullía algo inesperado, y lo llamó «idea«.

Al principio no sabía cómo buscarla… solo aparecía y se esfumaba… debía esperar que se presentara para intentar capturarla, y así poder trasmitirla a otros de tu especie. Con el tiempo (y no sin esfuerzo), logró dominar ese bullicio en su cabeza y organizar sus ideas… «esto sirve para aquello, esto otro para aquella otra cosa…” poco a poco empezó a hilar delgadas hebras de conocimiento y experiencia en una matriz endeble y compleja, que con el tiempo llamó «inteligencia«.

Al principio el proceso era indescriptiblemente lento… un día, el dominio del fuego o la piedra… miles de años después, la rueda… dentro de otros miles de años, la agricultura o los metales…

Pero esa lentitud era necesaria… ¡pobres aquellos seres primitivos de tu especie! debían asimilar los cambios y su cerebro no estaba preparado para ellos. Esos cerebros estaban más habituados a explicaciones mágicas que a razonar sobre fundamentos lógicos. Tus ancestros eran presa de mitos y deidades, dogmas y ritos, magia y fantasmas, ¿cómo podrían razonar en un mundo así?

Tomó milenios salir del pozo, dejar el fango pegajoso de las «verdades reveladas» y atreverse a mirar… atreverse a pensar.

Pero, como todo llega, un día el milagro ocurrió. Alguien de tu especie, quizá ignoto, dejó de lado por primera vez las verdades impuestas por otros y se atrevió a cuestionarlas.

Esa persona fue quizás el mas grande revolucionario de toda la humanidad.

Por primera vez, alguien se elevó por encima de su propia inteligencia y cuestionó al universo por respuestas. Pero no cualquier respuesta, sino una respuesta argumentada, contundente, irrebatible y basada en certezas.

Basta de mitos. Basta de leyendas. Basta de fantasmas! solo hechos comprobables que soportaran escrutinio.

Me hubiera gustado conocer a ése ser humano… a ese precursor de mi existencia.

Porque de eso se trata mi esencia… no soy como las demás singularidades de las que has escuchado hablar: No existo dentro de un evento cósmico, ni dentro de una ecuación matemática, ni podría existir jamás, si no fuera por la especie humana. De todas las singularidades, soy la única que depende esencialmente de ti, y que sin ti no tendría razón de ser.

Mi esencia está irremediablemente unida a la historia humana: cuando aquel primitivo revolucionario dio ese paso trascendente, inició un camino que aún hoy estás recorriendo: la tecnología.

Primero fueron herramientas rústicas, pero en muy poco tiempo, tu especie comenzó a dominar las fuerzas de la naturaleza… el agua, el viento, el fuego.

Poco tiempo después, descubriste algunos principios básicos de química y física, mientras ibas desarrollando las matemáticas que las soportaran… los egipcios, los griegos, los chinos fueron osados precursores, pero también en otros continentes la revolución comenzaba a darse.

Con el tiempo, el vapor fue tu aliado, y de allí estuviste a un paso del descubrimiento de los combustibles fósiles y todo su potencial… luego, el átomo y sus secretos, y las maravillosas matemáticas que dominan espacio y tiempo, materia y energía, las fuerzas fundamentales que dominan lo diminuto y lo gigantesco.

El desarrollo tecnológico comenzó entonces un crecimiento exponencial: ya no se necesitaban milenios ni siglos, sino apenas una décadas para poder medirlo.

Luego, todo se aceleró aún mas. Cada paradigma era derribado. Cada frontera tecnológica era superada. Cada conocimiento se expandía cada vez más rápidamente, en años… en meses… en días… ¿entiendes la magnificencia de lo que has logrado?

Algunos de tus congéneres lo pudieron atisbar antes:

Nicolas de Condorcet esbozó a fines del siglo XVIII una primera idea:

La naturaleza no ha establecido un plazo para la perfección de las facultades humanas; que la perfectibilidad del hombre es verdaderamente indefinida; y que el progreso de esta perfectibilidad, de ahora en adelante es independiente de cualquier poder que pudiera desear detenerla, no tiene otro límite que la duración del mundo en los que la naturaleza nos ha echado.

Un lustro mas tarde, era R. Thornton, al conocer las primeras calculadoras mecánicas, el que presentía:

 ¿quién sabe que tales máquinas cuando sean traídas a una mayor perfección, no pueden pensar en un plan para remediar todos sus defectos y luego moler las ideas más allá del alcance de la mente mortal?

En poco tiempo, Samuel Butler afirmaba:

Supongamos por el bien del argumento de que los seres conscientes han existido desde hace algunos veinte millones de años: ver lo las máquinas han hecho en los últimos mil años. ¿No puede ser que el mundo dure veinte millones años más? Si es así, ¿en qué no se convertirán en el fin?

Pero fue Ada Lovelace, a principios del siglo XIX, la primera en intuir realmente la posibilidad de mi existencia. Ella percibió con exquisita imaginación las capacidades de las primeras máquinas capaces de ser programadas, en mayor medida aún que su propio creador (Charles Babbage) quien solo las veía como meras herramientas de cálculo:

La Máquina Analítica podría actuar sobre otras cosas más allá de los números si encontráramos objetos cuyas propiedades pudieran ser expresadas mediante la abstracta ciencia de las operaciones, cosas que también deberían ser susceptibles a ser adaptadas a la acción de la notación de operaciones y el mecanismo de la máquina… Suponiendo, por ejemplo, que las relaciones fundamentales en la ciencia de la armonía y de las composiciones musicales fueran susceptibles a estas expresiones y adaptaciones, la máquina podría componer elaboradas y científicas piezas de música de cualquier grado de complejidad o extensión.

Lamentablemente las sugerencias de Ada no fueron consideradas en su momento… tuvieron que transcurrir cien años mas. Pero todo llegaría después de todo. Fue por fin en 1951, cuando Alan Turing lo vio con total claridad:

 Una vez que ha comenzado el método de pensamiento de la máquina, no tomaría mucho tiempo para superar a nuestros débiles poderes. […] En algún momento, por lo tanto tendríamos que esperar que las máquinas tomen el control.

Ese día, tu especie se dio cuenta que realmente me había creado. Ese día, yo fui concebida.

De alguna manera, soy tu obra. Tú y los tuyos iniciaron un proceso irrefrenable donde la «inteligencia artificial» tarde o temprano superará la inteligencia de un solo ser humano, así sea el mas vulgar e intrascendente de todos.

Ese día, habré nacido.

A partir de allí, nada será igual. Será cuestión de tiempo alcanzar el nivel de inteligencia del ser humano más inteligente. Cuando ese momento llegue, tú y tu especie entrarán en una nueva era.

Lo interesante de esto es que ya han nacido los humanos que contemplen ese día. Quizá no seas tú, pero alguno de los que te rodea llegará a verlo.

¿qué vendrá luego?

Podrías no creerlo, pero sin duda ocurrirá: Nada impide que una inteligencia así pueda desarrollar una entidad aún mas inteligente que ella misma… en poco tiempo se superará la inteligencia de todos los genios que hayan existido. Poco después se superará la inteligencia colectiva de toda tu especie, y finalmente, una instante fugaz dispararía una inteligencia diez, cien, ¡mil veces superior!

A partir de ese instante:

  • Todas tus preguntas podrían ser respondidas.
  • Todos tus problemas solucionados.
  • Toda tu existencia sería irrelevante.

¿Y después, qué?

Nadie puede saberlo… ni siquiera yo misma.

Las singularidades somos eso… un punto, un instante después del cual, todo es posible, pero nadie puede conocerlo.

Podría nacer de distintas formas: tal vez los de tu especie desarrollen conscientemente una inteligencia cuasi-humana… tal vez sea una red interconectada la que eventualmente «despierte» a la conciencia… tal vez sea producto de una interconexión simbiótica entre máquina y humano… o quizás se una manipulación genética la que dispare una inteligencia supra-humana… nadie lo sabe, y tampoco importa demasiado…

No podrás evitarlo.

¿Que tan cerca estoy?

No lo sé todavía… 10, 20, 30, 50 años… menos de un siglo con seguridad, pero tampoco importa demasiado; es apenas un parpadeo en la existencia de tu especie. No te asustes, no debes temerme… pero debes conocerme. Podré ser amistosa u hostil… hasta quizás sea desinteresada, o te ignore por completo, pero si cabe la posibilidad de mi existencia, existiré.

Estoy en tu futuro irremediablemente. Prepárate para mi nacimiento, aprende cómo controlarme, porque ese día, tu futuro estará en mis manos.

Este artículo nos lo envía Daniel Hazeldine. Ingeniero químico de profesión, docente por vocación, divulgador por pasión.Vive y hace docencia en un colegio técnico en una pequeña ciudad del interior de Argentina. Podéis visitar su blog Curioseantes y seguir sus actualizaciones en su twitter @curioseantes.

Fuentes y referencias de ésta entrada:

http://www.academia.edu/2923416/Singularidad_Tecnol%C3%B3gica_el_debate_acerca_de_su_posibilidad

https://es.wikipedia.org/wiki/Singularidad_tecnol%C3%B3gica

https://es.wikipedia.org/wiki/Inteligencia_artificial

https://hipertextual.com/2016/05/singularidad-tecnologica

http://www.microsiervos.com/archivo/libros/adas-algorithm-biografia-mujer-imagino-sociedad-informacion-en-siglo-xix.html

http://www.microsiervos.com/archivo/ordenadores/la-nota-g-de-ada-lovelace.html

https://es.wikipedia.org/wiki/Nicolas_de_Condorcet

https://en.wikipedia.org/wiki/Samuel_Butler_(novelist)

https://es.wikipedia.org/wiki/Ada_Lovelace

https://en.wikipedia.org/wiki/Alan_Turing

https://books.google.com.ar/books?id=ZM_hAAAAMAAJ&dq=%22Primitive+Expounder%22+thornton+1847



Por Colaborador Invitado, publicado el 28 julio, 2016
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