El virus Crimea-Congo en España

Por Ignacio López-Goñi, el 1 septiembre, 2016. Categoría(s): Actualidad • Biología • Divulgación • Medicina

Así se titula uno de los capítulos del libro Virus y pandemias, publicado en diciembre del año pasado y que ya va por su segunda reimpresión.

Con la confirmación en España de los dos primeros casos de fiebres hemorrágicas por el virus Crimea-Congo, me parece interesante transcribir aquí y ahora parte de ese capítulo.

“A finales de 2010 un grupo de investigadores españoles descubrieron la presencia de un tipo de virus hemorrágico muy peligroso en garrapatas capturadas de ciervos procedentes de fincas de caza mayor de Cáceres, una provincia española limítrofe con Portugal. Las garrapatas, lo mismo que los mosquitos, son artrópodos que pueden transportar un gran número de virus diferentes. Uno de ellos es el virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo. El hallazgo de este virus en garrapatas en España ha supuesto una señal de alerta y ha activado los sistemas de vigilancia epidemiológica.

La primera vez que se describió este virus fue en un brote de fiebres hemorrágicas que afectó a tropas soviéticas en la península de Crimea en 1944. En 1969 se demostró que el agente de la fiebre de Crimea era el mismo que un virus aislado en el Congo. Desde entonces se le denomina virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo. El virus produce una enfermedad en humanos que puede llegar a ser muy grave, con tasas de mortalidad de hasta el 40%. El virus se transmite principalmente por la picadura de una garrapata. Se ha aislado en al menos 30 especies distintas de garrapatas, pero lo más frecuente es la garrapata del género Hyalomma. En la naturaleza el virus circula en un ciclo garrapata–animal-garrapata. Así, el virus se encuentra en cantidad de animales domésticos (vacas, caballos, cabras, ovejas, cerdos, etc.) y en animales silvestres (ciervos, liebres, jabalíes, ratones, etc.). En animales no suele causar enfermedad, pero el ser humano es el único huésped en el que se desarrolla la enfermedad. Tras un período de incubación de unos días con los síntomas habituales de una infección viral, comienza un período con manifestaciones hemorrágicas que pueden llegar a ser mortales. No hay tratamiento específico pero existen algunas vacunas para personas con mayor riesgo de infectarse: personas que manipulan animales, veterinarios, cazadores, etc. Las personas se puede infectar por la picadura de las garrapatas infectadas o por el contacto directo con sangre o tejidos de animales infectados.

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Garrapata del género Hyalomma.

La enfermedad se ha descrito en más de 30 países de África, Asia, Europa y Oriente Medio. En la última década se han producido algunos brotes en Turquía, Grecia, Bulgaria, Albania, Kosovo, Ucrania y en algunas regiones del sudoeste de Rusia. La re-emergencia de esta enfermedad en el sur y este de Europa se atribuye a cambios climáticos y ecológicos, además de otros factores como el cambio en el uso de la tierra, las prácticas agrícolas, la caza y los desplazamientos de ganado, que pueden tener un impacto en la población de garrapatas y sus huéspedes. Por ejemplo, el aumento de la población de liebres como consecuencia del abandono de la caza y la aparición de maleza en el campo por reducirse la actividad agrícola, pueden tener relación con un aumento en la población de garrapatas, con el consiguiente aumento de las posibilidades de infección con el virus. Sin garrapatas no hay virus. Los cambios en la temperatura, las precipitaciones o la humedad afectan a la biología y ecología de estos vectores y de los animales que les sirven de intermediarios o reservorio. Las garrapatas que potencialmente pueden transportar este virus se han aislado en el sur de Europa, y se han detectado esporádicamente en Alemania, Holanda y Reino Unido. Se sabe también que este tipo de artrópodos pueden ser transportados de una región a otra del continente a través de las aves migratorias.

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Ciclo ecológico del virus Crimea-Congo (Fuente: CDC).

 Hay que dejar bien claro que en España no se ha detectado ningún caso humano de fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, pero por su situación geográfica de proximidad a África, por ser lugar de tránsito obligado de aves migratorias, y por las condiciones climáticas, le hacen ser un país con riesgo potencial de aparición de casos. La probabilidad de infección en humanos es muy baja, pero no puede descartarse. Por esta razón, la detección del virus en garrapatas “españolas” es una señal de alerta. Es posible que garrapatas, virus y enfermedad se extiendan por la zona Mediterránea en los próximos años. Por eso, es importante seguir con la vigilancia epidemiológica de esta enfermedad.”

Hasta aquí lo que escribí hace más de un año en “Virus y pandemias”.

¿Cuáles son los síntomas?

Después de dos o tres días de incubación, comienza como muchas infecciones virales, con síntomas parecidos a la gripe: fiebre, dolor muscular, cansancio, sensibilidad la luz. En el 25% de los casos se pasa sin más problemas al cabo de una semana. Pero en el 75%, pueden aparecer síntomas hemorrágicos que se pueden ir agravando: sarpullidos, vómitos, sangrado de la nariz y en heces, dolor en hígado, coagulación sanguínea diseminada, fallo agudo renal y respiratorio, … Entre un 10-40% de los casos puede ser mortal, en dos o tres semanas.

¿Cómo se transmite?

Lo normal es a través de la picadura ocasional de garrapatas de los géneros Haemaphysalis y Hyalomma, pero el humano no es el huésped preferido de estas garrapatas. Los casos suelen aparecer en agricultores, ganaderos o veterinarios que tratan con animales domésticos o silvestres y los brotes suelen estar asociados a trabajadores sanitarios o de mataderos que se infectan por la exposición a sangre o fluidos de animales o personas infectadas.

¿Cómo se trata?

No existe un tratamiento específico. Se ha recomendado el uso del antiviral ribavirina, y de inmunoglobulinas de pacientes curados (suero terapia), pero son necesarios más estudios para confirmar sus beneficios. No existe ninguna vacuna para humanos comercial aprobada de forma oficial, aunque en algunos países se ha empleado alguna en fase experimental.

¿Tiene que cundir la alarma?

Por supuesto que no. A pesar de ser una infección peligrosa las posibilidades de que se extienda entre la población son mínimas. Sólo se transmite por garrapatas (y nos somos su huésped preferido) o por contacto con sangre y fluidos de animales o personas infectadas.

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Mapa de la distribución mundial del virus Crimea-Congo (Fuente: CDC).

Por cierto, no es la primera vez que ocurre en Europa, como se ha dicho en algún medio de comunicación. No es frecuente, pero en Europa (y alrededores) ha habido casos de infección humana en Bulgaria, Kosovo, Serbia, en Grecia (en 2008) y también en Albania, Armenia, Rusia, Turquía, Ucrania, Kazahastán, Tajikistán y Uzbekistán. En 2014 se informó de 8 casos humanos en Bulgaria y de uno en Reino Unido (probablemente importado).

Si todavía no has leído el libro Virus y pandemias, ¡ya está tardando!

Más información:

– Para saber más sobre el virus Crimea-Congo.

European Centre for Disease Prevention and Control (ECDC).

Página del CDC.

Informe de situación y evaluación del riesgo de transmisión de fiebre hemorrágica de Crimea-Congo en España (octubre 2011).

 



Por Ignacio López-Goñi, publicado el 1 septiembre, 2016
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