Animales fantásticos y dónde encontrarlos. Parte I, el camarón mantis

Por Colaborador Invitado, el 29 noviembre, 2016. Categoría(s): Biología • Divulgación

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Aprovechando el estreno de la película “Animales fantásticos y dónde encontrarlos” de la saga de Harry Potter, haré esta pequeña serie de artículos sobre los animales fantásticos que existen en nuestro mundo. No son dragones ni duendes, pero son sorprendentes de formas insospechadas. Del humilde osito de agua a las bastante feas ratas topo denudas, cubriré algunas de las criaturas que más me han maravillado en mis extensos viajes por las series de la BBC y Wikipedia.

En esta primera parte de la serie, hablaré sobre el colorido camarón mantis. Estos fascinantes bicharracos, del orden Stomatopoda, clase Malacostraca, filo Crustacea, viven principalmente en aguas sub-tropicales del Océano Índico y Pacífico, entre África oriental y Hawaii. Suelen alcanzar tamaños alrededor de 10cm, sin embargo, algunas especies pueden alcanzar tamaños cercanos a los 40cm. A pesar de ser uno de los depredadores más importantes en aguas poco profundas, han sido relativamente poco estudiados debido a la costumbre que tienen de esconderse en agujeros y guaridas.

Camarón mantis de la especie Odontodactylus scyllarus.
Camarón mantis de la especie Odontodactylus scyllarus.

Una de las las características más inusuales de estos camarones son sus tenazas o garras, que han evolucionado para convertir a estos animalitos en maestros del combate cuerpo a cuerpo.  Estos apéndices dividen a los estomatópodos en dos grupos: Los perforadores y los trituradores.

Los perforadores, cómo su nombre lo indica, tienen afiladas estructuras similares a arpones o lanzas en sus tenazas que, junto con sus rapidísimos ataques, les permite empalar y rebanar a sus presas, que suelen ser peces u otros organismos de piel blanda.

Camarón mantis perforador de la especie Squilla mantis. Los apéndices que le permiten arponear a sus presas se ven en la imagen.
Camarón mantis perforador de la especie Squilla mantis. Los apéndices que le permiten arponear a sus presas se ven en la imagen.

Estos feroces animales pueden parecer aterradores, pero palidecen en comparación con los trituradores.

Los trituradores atacan a sus presas machacándolas al golpearlas, cómo un boxeador, con sus gruesas y pesadas garras. Los golpes que propinan son increíblemente veloces y devastadores, con una aceleración de 10.400 g y velocidades de 23m/s desde reposo. La fuerza de estos golpes se aproxima a los 1.500 newtons y son tan veloces que generan burbujas conocidas cómo cavitaciones al vaporizar el agua alrededor de la zona de impacto. Estas cavitaciones inmediatamente implosionan, generando un segundo impacto que puede alcanzar los 500 newtons de fuerza. Esto quiere decir que por cada puñetazo propinado por el camarón, su desdichada víctima recibe dos impactos. La energía liberada al colapsar las cavitaciones es tanta, que las implosiones generan temperaturas de alrededor de 5000°K, que son cercanas a la temperatura de la superficie del sol, y un efecto de sonoluminiscencia que aún no es entendido en su entereza.

Imágenes cuadro por cuadro de un martillazo de O. scyllarus a una concha de caracol. En D-G se puede observar la burbuja de cavitación.
Imágenes cuadro por cuadro de un martillazo de O. scyllarus a una concha de caracol. En D-G se puede observar la burbuja de cavitación.

La cegadora velocidad de estos golpes hace que posiblemente Odontodactylus scyllarus, una especie trituradora, sea poseedora de uno de los golpes apendiculares más rápidos del reino animal. En el siguiente video se puede apreciar cómo uno de estos animalitos destruye a golpes la concha de una almeja.

[youtube]https://www.youtube.com/watch?v=i-ahuZEvWH8[/youtube]

Los ejemplares de mayor tamaño pueden quebrar las murallas de vidrio de acuarios con facilidad, y la reputación de estos camarones cómo increíbles golpeadores ha hecho que la gente empiece a llamarlos rompe-pulgares, debido a las atroces heridas que el mal manejo de estos animalitos puede causar.

Por increíble que parezca, las sorpresas que este colorido pero pequeño camarón trae consigo no se limitan sólo a las letales garras que tiene, sino que también poseen los ojos más prodigiosos y complejos del reino animal.

Ojos de Odontodactylus scyllarus.
Ojos de Odontodactylus scyllarus.

Todo el espectro de colores que nosotros vemos, desde el violeta hasta el rojo del arcoíris, se debe a la acción de tres tipos de células foto receptoras en nuestras retinas llamadas conos. Cada uno de estos conos es activado cuando percibe luz de ciertas longitudes de onda, enviando una señal que nuestro cerebro interpreta como un color. Esto nos hace una especie tri-cromática, a diferencia de perros y gatos que son dicrómatas, es decir, que ven en dos colores.

Podemos parecer algo superiores en temas de detección de color, pero nuestros ojos se ven empequeñecidos muchísimo al compararlos con los ojos de los camarones mantis. Estos tienen dieciséis receptores de color, lo que les permite entre otras cosas ver luz ultravioleta de longitudes de onda muy corta. Los ojos de estos camarones pueden ver luz polarizada, y algunas especies incluso pueden ver luz polarizada circularmente. Cada uno de sus ojos está dividido en tres partes, lo que permite al camarón mantis observar objetos con tres partes del mismo ojo. En otras palabras, cada ojo tiene visión trinocular y por lo tanto percepción de profundidad, a diferencia de nosotros que necesitamos de nuestros dos ojos para esta tarea. Además de todo esto, los ojos se encuentran montados sobre pedúnculos que permiten el movimiento de estos de forma independiente. Se han propuestos diversas sugerencias, pero aún no se tiene muy claro por qué la evolución ha dotado a estos humildes camarones de estos ojos tan increíbles.

Los secretos fantásticos e increíbles que las distintas criaturas que pueblan este mundo esconden son innumerables, y sólo mediante al estudio de estas podemos comenzar a vislumbrarlos. Muchas veces nos olvidamos que nuestra realidad está llena de verdades ocultas y maravillas imposibles, pero si recordamos que mediante la observación concienzuda, analítica e inspirada de los fenómenos naturales, podremos llegar a verlas.

 

Este artículo nos lo envía Vicente Muñoz Walther. Ingeniero en Biotecnología Molecular de la Universidad de Chile, en Santiago de Chile. Vicente también escribe cuentos cortos de fantasía y ciencia ficción, los cuáles podéis leer en cuentosdeltente.blogspot.com. Vicente ya es un habitual colaborador de Naukas y ha escrito algunos artículos magníficos que podréis encontrar en este enlace.

Referencias y más información:

Marshall & J. Oberwinkler. (1999). The colourful world of the mantis shrimp, Nature 401, 873–874.

S.N. Patek y R.L. Caldwell. (2004). Deadly strike mechanism of a mantis shrimp, Jeb 381, 819–820.