Primer paso para hacer de este día algo innecesario

Por Rosa García-Verdugo, el 13 febrero, 2017. Categoría(s): Divulgación
Día internacional de la mujer y la niña en la Ciencia
Día internacional de la mujer y la niña en la Ciencia

El pasado fin de semana se celebró el Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Por este motivo me gustaría traer algunos datos que justifican la necesidad de celebrar este día.

No voy a hablar sobre las múltiples estadísticas que muestran que hay un techo de cristal que frena la carrera científica de las mujeres, ni de la diferencia entre mujeres estudiantes o predoctorales con la de jefes de grupo y/o catedráticos. Yo voy a centrarme en comentar los prejuicios con los que nos encontramos prácticamente a diario en nuestras carreras científicas las mujeres.

Hace unos años se publicó un estudio sobre las actitudes discriminatorias en la ciencia cuyas conclusiones fueron realmente sonadas: idéntico currículo pero perteneciente a una mujer era juzgado de manera mucho más desfavorable que si el firmante era un hombre. Y lo triste es que entre los jefes de grupo evaluadores de este currículo no se daban diferencias entre hombres y mujeres, lo que muestra que el prejuicio está tan establecido que hasta las propias mujeres tendemos a ser mucho más duras con nuestras congéneres que con ellos.

Si este estudio te parece sólo una anécdota, te cuento que recientemente otro estudio ha demostrado que a la hora de elegir los potenciales revisores preferidos para sus artículos científicos, también parece que los hombres ganan.

Por si no sabes muy bien cómo funciona el negocio de la publicación científica, te cuento que los investigadores, cuando tienen un trabajo terminado lo mandan a una revista más o menos especializada y de más o menos renombre para que sus resultados sean reconocidos, primero por revisores especializados (peer-review) y después por el resto. En los últimos tiempos, es posible recomendar un par de revisores preferidos para que comenten estos trabajos, normalmente se eligen en base a su especialización y a si son amigos/enemigos del grupo de investigación que manda el artículo para publicar. Bien, pues un estudio realizado sobre las bases de datos de publicaciones realizadas entre 2012-2015 en al menos 20 revistas científicas publicadas por la Unión Americana de Geofísica muestra que tanto autores como editores hombres sugerían mujeres revisoras entre el 15-17% de ocasiones, mientras que si autores/editores eran mujeres el porcentaje subía ligeramente hasta 21-22%. ¿El resultado? ni siquiera un tercio (20%) de los revisores eran mujeres.

Habrá quien piense que esto no es realmente importante, en el fondo actuar de revisor es una tarea que lleva tiempo y conlleva responsibilidad…pero realmente, el formar parte del peer-review significa reconocimiento, puesto que sirve como reconocimiento a colaboradores o cientíticos a los que se respeta o admira. Por supuesto, esa experiencia como revisor es de vital importancia a nivel curricular, por lo tanto privar a las mujeres de estas oportunidades significa limitar sus posibilidades de escalar posiciones en la pirámide de “poder”.

Por supuesto, este estudio no hace referencia a la cantidad de veces que en realidad son mujeres quien realizan la revisión de facto pero cuyo nombre no aparece reflejado porque simplemente hubieron de hacerse cargo de la revisión a nombre de sus jefes, normalmente hombres.

Por otro lado este trabajo si demostró algo positivo en cuanto a los resultados de las mujeres en el proceso de publicación, y es que aunque las mujeres sean primeros autores mucho menos a menudo que los hombres, y su tasa de entrega de artículos para publicación sea también menor sus artículos fueron aceptados para publicación más a menudo que los de los hombres (61% vs 57%). Para mí estos resultados no muestran una victoria, o más bien una victoria pírrica primero porque la diferencia no es grande, y segundo, porque las cuentas siguen sin salir comparables.

Para solucionar un problema, lo primero es ser consciente del mismo, y con ciencia, esto es con números y estadísticas podemos salir de la abstracción y empezar a poner los medios necesarios para conseguir el cambio. Para conseguir que no sea necesario un Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia.



Por Rosa García-Verdugo, publicado el 13 febrero, 2017
Categoría(s): Divulgación