Sandías sin semillas: ¡Transgénicas, fijo!

Por Colaborador Invitado, el 8 febrero, 2018. Categoría(s): Biología • Divulgación
Sandía sin semillas
Sandía sin semillas

Una planta transgénica se define como aquella a la cual se le ha introducido artificialmente un gen que le aporta una característica de interés, mediante la utilización de ingeniería genética. Este gen, denominado como transgén, debe pertenecer a una especie de planta con la cual no pueda reproducirse de forma natural la planta que se ha transformado, e incluso puede pertenecer a un organismo totalmente diferente evolutivamente, como puede ser un animal. En el caso de las sandías sin semillas, nada más lejos de la realidad, su obtención es mucho más sencilla y “artesanal”, y, por supuesto, nada tiene que ver con la transgénesis.

La sandía sin semillas, aunque no hace mucho tiempo que podemos adquirirla en nuestros mercados, fue desarrollada en Japón en el año 1939, resultado simplemente de un proceso de hibridación entre plantas con juegos de cromosomas incompatibles. En concreto se utiliza el polen de la flor masculina de una planta de sandía con dos juegos de cromosomas (2n) y se cruza artificialmente con la flor femenina de una sandía con cuatro juegos de cromosomas (4n).

Flores de petunias transgénicas
Flores de petunias transgénicas

En primer lugar, ¿cómo se obtiene una sandía tetraploide (4n), con el doble de juego de cromosomas de lo normal?. Para conseguirlo, se parte de una planta de sandía normal diploide (2n) a la cual se le aplica un compuesto químico denominado colchicina, el cual se extrae del azafrán silvestre (Colchicum autumnale). Este compuesto lo que hace es modificar la normal división celular, provocando la formación de semillas con el doble de cromosomas.

El cruce de una planta de sandía diploide (2n) con una tetraploide (4n) dará como resultado la formación de un fruto de sandía con semillas triploides (3n) (tres juegos de cromosomas), las cuales serán viables, pero incapaces de formar semillas que lleguen a madurar. Por lo tanto, se obtienen sandías incapaces de formar semillas en su interior.

Mula
Mula

Pero este tipo de tipo de cruces artificiales realizados por el hombre para obtener organismos de interés, también lo podemos observar en el reino animal e incluso entre especies totalmente diferentes. Este es el caso de la mula, un híbrido estéril resultado del cruce sexual entre una yegua y un asno. Es un animal muy útil en las labores de campo, debido a su gran fuerza y resistencia, mejorando las características individuales de sus progenitores por separado. Por otro lado, presenta una desventaja (ventaja en el caso de la sandía) y es que es un animal casi siempre estéril, incapaz de reproducirse, debido a que el genoma del caballo presenta 64 cromosomas y el del burro 62. Todos los mulos son estériles, pero puede haber hembras que lleguen a formar óvulos fértiles, aunque las crías resultantes presentarán problemas genéticos que harán que sean muy débiles de difícil crecimiento.

 

La ciencia que no es divulgada hacia la sociedad es como si no existiera

Este artículo nos lo envía Jorge Poveda Arias, Graduado en Biología y trabaja en una empresa dedicada a la cría a nivel industrial de insectos con fines de alimentación. Además, realiza una tesis doctoral en el estudio de las interacciones planta-microorganismo. Entre sus campos de interés, destacan la biotecnología, la agricultura, la alimentación, la microbiología, la entomología y la divulgación científica en general, dentro de los cuales presenta una variada formación, destacando un Máster Universitario en Agrobiotecnología, un Máster Europeo en Calidad y Seguridad Alimentaria, o diferentes Posgrados de Experto Universitario, en Biotecnología Alimentaria, Entomología Aplicada, Diagnóstico Molecular Ambiental y Divulgación Científica.

Podéis encontrar más artículos de Jorge Poveda en este enlace.

Referencias bibliográficas y más información:

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Por Colaborador Invitado, publicado el 8 febrero, 2018
Categoría(s): Biología • Divulgación