Tardígrados, esos “grandes” desconocidos

Por Colaborador Invitado, el 9 febrero, 2018. Categoría(s): Biología • Divulgación
Tardígrado. Fuente
Tardígrado. Fuente

Es algo común para el ser humano el estar rodeado de vida y no ser consciente de ello. Cada día nos encontramos con montones de seres vivos, pero no es algo a lo que solamos prestar atención, a pesar de que resulta que el número de organismos con los que interaccionamos es mayor de lo que creemos, y en ocasiones estos pueden tener vidas de lo más interesantes.

Es el caso de los tardígrados, también llamados osos de agua, que habitan sobre todo en los musgos y líquenes que podemos ver en la corteza de los árboles, y que son unos extremófilos del reino animal con capacidades tan sorprendentes que los han hecho poder vivir incluso en el espacio.

Son organismos generalmente microscópicos, aunque algunos pueden llegar a los 0,5 mm, que son capaces de perder casi toda el agua corporal, llegando a estados de desecación donde solo les queda el 3%, esto lo consiguen mediante la expresión de unas proteínas que hasta la fecha solo se han visto en ellos y que previenen que sus membranas celulares colapsen ante la falta de agua, además de encoger sus extremidades haciéndose una bola para reducir así su superficie y evitar que se siga perdiendo más agua. Pero no solo resisten una sequía extrema, también el frío extremo, llegando a sobrevivir incluso a temperaturas de 0 °K (-273 °C) el cero absoluto y de 151 °C. Pero aún hay más, también resisten a baños en etanol puro e incluso éter (sustancias que en contacto con la piel provocarían grandes daños tisulares al deshidratarlo a su paso), también resisten cantidades absurdas de presión (hasta 74019 atm) y radiación.

Con todo esto hay quien puede llegar a pensar que son inmortales, pero no, que sean capaces de entrar en un estado de dormancia relenteciendo su metabolismo, no para su reloj biológico, por lo que los individuos pueden resistir la sequía, pero tanto en estado de anhidrosis (sin agua prácticamente) como en estado hidratado, los organismos tendrán la misma longevidad. De hecho, la radiactividad tampoco acorta su tiempo de vida, parece que el secreto de la resistencia de los tardígrados consiste en un sistema que corrige muy bien y con detalle los problemas o daños que pueda haber en su material genético.

Todas estas características los hacía perfectos para hacer pruebas sobre los efectos que puede tener para un organismo el vivir en el espacio, ya que resistirían ese ambiente, encima son pequeños, con un número constante de células y un ciclo biológico relativamente pequeño.

Mola más ir por la calle sabiendo que te los puedes encontrar por todas partes, pequeños astronautas potenciales y que su historia es tan genial, aunque llegues tarde al trabajo.

 

Este artículo nos lo envía Ana Gómez, «una estudiante de Biología, una friki a tiempo parcial y una apasionada de la divulgación. Su principal campo de interés es la bioquímica, y empezó a divulgar por mi cuenta como forma de contar las diferentes historias que se podían encontrar a lo largo de una carrera tan diversa como Biología con un pequeño proyecto “In science we have to trust” a modo de prueba y que de momento parece que funciona».

Referencias científicas y más información:

Boothby, T., Tapia, H., Brozena, A., Piszkiewicz, S., Smith, A., Giovannini, I., Rebecchi, L., Pielak, G., Koshland, D. and Goldstein, B. (2017). Tardigrades Use Intrinsically Disordered Proteins to Survive Desiccation. Molecular Cell, 65(6), pp.975-984.e5.

Wełnicz, W., Grohme, M., Kaczmarek, Ł., Schill, R. and Frohme, M. (2011). Anhydrobiosis in tardigrades—The last decade. Journal of Insect Physiology, 57(5), pp.577-583.

Woodward, A. (2017). Genome clues to tardigrade powers. New Scientist, 235(3137), p.12.

Guidetti R, Rizzo AM, Altiero T, Rebecchi L. What can we learn from the toughest animals of the Earth? Water bears (tardigrades) as multicellular model organisms in order to perform scientific preparations for lunar exploration. Planet Space Sci. 2012;74(1):97–102.

 

 

 

 



Por Colaborador Invitado, publicado el 9 febrero, 2018
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