La pregunta Naukas 2018 – Francis Villatoro

Por Francisco R. Villatoro, el 21 febrero, 2018. Categoría(s): Naukas
La pregunta Naukas 2018
La pregunta Naukas 2018

¿Qué persona o hecho marcó tu carrera, tu interés por la ciencia o tu investigación? 

Cuando yo era niño la única fuente de divulgación científica en mi casa era la televisión. Y la gran estrella de la divulgación era Félix Rodríguez de la Fuente. Su serie documental «El Hombre y la Tierra» era una puerta a un universo fascinante que estaba ahí afuera, tan cerca y tan lejos al mismo tiempo. Como muchos niños de mi época, yo quería ser naturalista como Félix.

Recuerdo haber comprado cada semana los fascículos de los ocho tomos de la Enciclopedia de la Fauna Ibérica y Europea de Félix Rodríguez de la Fuente editada por Salvat. Aún conservo dichos tomos, uno de mis tesoros antes de mi adolescencia. También recuerdo haber completado algún albúm de cromos de fauna y flora, y haber coleccionado las fichas sobre fauna que se adquirían por correo postal «Safari. Conocer y amar a los animales», otro de mis tesoros; gracias a ellas memoricé una buena parte de la clasificación taxonómica de los animales (la verdad sea dicha, ahora no recuerdo casi nada). Las maravillosas ilustraciones a todo a color contrastaban con mi pobre televisión en blanco y negro.

Estudiar la etología animal parecía la mejor profesión del mundo. Además de Félix tuve muchos otros referentes, como Jacques Cousteau y su «Mundo Submarino», David Attenborough y sus «Vida en la Tierra» y «Vida salvaje», y David Bellamy y sus «El safari doméstico» y «El safari marino», entre otros. Recuerdo con añoranza la hipnótica música de Joël Fajerman para «La aventura de las plantas». Yo quería entender el mundo con los ojos de la biología. Por supuesto, Carl Sagan y su «Cosmos» también me fascinaron; pero sus imágenes astronómicas me resultaban artificiales comparadas con las imágenes de la Naturaleza de los grandes naturalistas.

El primer libro que me regalaron, con ocho años, fue una historia ilustrada del automóvil. Pero los primeros libros que compré poco después fueron sobre plantas y animales (aparte de los libros que eran lectura obligatoria en el colegio). Mi gran descubrimiento fue la pequeña biblioteca pública de mi ciudad. El préstamo de libros me permitió ser sistemático. Disfruté de todo el contenido de la sección de ciencias naturales y de parte del contenido de otras secciones. Me fascinaron muchos autores, pero recuerdo con cariño dos autores en particular, Konrad Lorenz y Desmond Morris. De hecho, durante gran parte de mi adolescencia me sentía como un etólogo humano, que observaba el mundo con los ojos de «El mono desnudo» y del «Zoo humano».

La adolescencia es una época convulsa y propensa a los cambios de rumbo. Olvidé la etología y la biología derivando hacia la tecnología. La electrónica, primero, y la informática, después. Ya bien entrada la adolescencia, tras una época mística y pseudocientífica, que prefiero olvidar, retorné a las ciencias; primero me acerqué a la química cuántica, para descubrir que lo que me gustaba eran las matemáticas y la física teórica.

Compré los dos primeros tomos del Curso Abreviado de Física Teórica de Landau y Lifshiz, traducido al español por la Editorial Mir (no conseguí copia del tercer tomo). Los estudié con pasión. Objetivo cumplido, el siguiente paso era adentrarme en el Curso de Física Teórica de Landau y Lifshitz, traducido al español por la editorial Reverté. El esfuerzo era titánico; parecía imposible resolver los problemas (sin mirar la solución que aparecía en el propio libro). Quizás tenía que haber solicitado ayuda a mis profesores, pero cual Quijote tenía que combatir a mis propios gigantes.

El Curso de Landau y Lifshitz logró vencerme. Solo llegué hasta la mitad de la primera parte del cuarto volumen. Abandoné el esfuerzo sin atreverme con el resto de los volúmenes. Siempre me he arrepentido de ello, pero decidí que la Física era una carrera demasiado difícil para mí. Así que tomé el camino fácil, estudiar Informática. Pero me aburrió tanto la carrera que más tarde me matriculé en Física (a distancia). La carrera de Física me resultó un paseo. Gracias a Landau y Lifshitz, la carrera parecía trivial; en solo dos años, en paralelo con el segundo ciclo de Informática, superé los cinco cursos de Física.

Por ello, a la pregunta sobre qué científico ha dejado una marca más profunda en mí, sin lugar a dudas mi respuesta es Lev Davídovich Landau (aunque falleció antes de que yo naciera). Gracias, maestro.



Por Francisco R. Villatoro, publicado el 21 febrero, 2018
Categoría(s): Naukas