¿La Tierra engorda o adelgaza?

Por maikelnai, el 28 noviembre, 2010. Categoría(s): Curiosidades • Divulgación

Interesante pregunta. Después de todo, uno puede pensar que cada vez que mandamos cacharros al espacio, hay que restar su peso del total del planeta. Por no hablar del vapor de agua atmosférico que también consigue abandonar la Tierra.

Aunque por otro lado, uno podría pensar que la siempre creciente humanidad cada vez pesa más aquí abajo, por no hablar de los meteoritos y del polvo espacial con los que el universo nos obsequia desde tiempos inmemoriales.

¿Entonces, si hacemos la cuenta, la Tierra engorda o adelgaza?

Bueno, la respuesta obviamente es que la Tierra engorda. La masa de nuestras naves y satélites orbitales es despreciable cuando se los compara con la estimación de la masa de la Tierra, que es de unos 6 x 10^24 kilogramos. El saldo total de esos pocos kilos de basura espacial que nos abandonan se compensa más que sobradamente con las entre 10.000 y 100.000 toneladas anuales de masa ganada gracias a los meteoritos y al polvo que caen al planeta desde el espacio.

Es cierto que algunas partículas de vapor atmosférico, que se mueven perpetuamente en todas direcciones, alcanzan las capas altas de la atmósfera (donde la gravedad es menor) y que consiguen abandonar el planeta, pero en términos generales las moléculas de vapor tienden a condensarse formando nubes y retornan al ciclo hidrológico. Además, esa poca agua que nos abandona se compensa con la que entra al sistema desde dentro del planeta a través de las erupciones volcánicas, por lo cual la cantidad total de H2O atmosférica permanece estable.

Y en cuanto a que cada vez seamos más aquí abajo, eso obviemente no influye en absoluto en la masa total del planeta, puesto que las nuevas células humanas que entran en el sistema, son simplemente una reorganización de compuestos que previamente ya existían en la Tierra (por ejemplo en esas patatas con pollo que «desparecen» cuanto te las ventilas).

Así pues, el veredicto es que la Tierra no se desinfla como un globo, de hecho ahora pesa unos cuantos millones de toneladas más que cuando tus bisabuelos cultivaban nabos y berzas en el pueblo.

Me documenté en Straighdope y en The naked scientist.



Por maikelnai, publicado el 28 noviembre, 2010
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