Feliz día del escepticismo

Por Proyecto sandia, el 20 diciembre, 2010. Categoría(s): Escepticismo

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Carl nunca quiso creer, él quería saber

Ann Druyan, esposa de Carl Sagan

A estas alturas no tiene sentido volver a decir que muchos de nosotros debemos nuestro interés por la Ciencia al genio de Carl Sagan. Desde la serie Cosmos, y seguido por muchos de sus libros ha logrado encantar a muchas generaciones con las maravillas del Universo y la curiosidad por lo desconocido.

Y cuando digo a muchas generaciones, lo hago con pleno conocimiento de causa, ya que a mis veinte años, me brota una lágrima cuando escucho Heaven & Hell de Vangelis. Se entremezclan recuerdos de muchas imágenes del espacio, la pacífica voz de Sagan con esos atuendos que nunca llegué a ver en la calle y los primeros recuerdos de mi padre poniendo uno de esos VHS en la videocasetera. Tal vez mi experiencia personal sobre Cosmos esté sesgada y se exacerbe con los nostálgicos recuerdos de mi niñez, pero sigo encontrando a esta serie maravillosa y totalmente atemporal; y veo que los más grandes hacen lo mismo.

Tenía sólo seis años cuando una neumonía le arrancó la vida al maestro Sagan, y realmente no lo recuerdo. Desconozco la tristeza que sentiría si me hubiera tocado vivirlo de más grande, pero por ejemplo, me sorprendió enterarme de que una de sus obras más importantes haya sido publicada en español de forma póstuma: El Mundo y Sus Demonios. Se trata del famoso libro donde nos explica (una vez más), la importancia de la Ciencia para el progreso de la Humanidad. Y pone especial atención en el Escepticismo Científico, explicando qué son las falacias lógicas, las pseudociencias, los prejuicios cognitivos, la navaja de Occam, y miles de herramientas fundamentales para evitar ser engañados por charlatanes y sobre todo, por nuestras propias mentes.

«El Mundo y sus Demonios: La ciencia como una luz en la oscuridad» fue publicado por primera vez en inglés a finales de 1995, y Carl apenas llegó a ver el éxito de su obra, ya que fallecería el 20 de diciembre de 1996.

El año pasado publiqué un breve post llamando a que conmemoremos cada 20 de diciembre como «Día del Escepticismo», para continuar la pacífica lucha que se le fue prohibida a Carl por una tonta enfermedad. Simplemente comentando en nuestros blogs, o el medio que tengamos a nuestra disposición, desde redes sociales a charlas con amigos: qué es el escepticismo científico, por qué es importante, qué es la ciencia, qué significa para el progreso de la humanidad, y cuanta cosa queramos. Un día para hablar un poco de historia, epistemología, astronomía y recordar al Maestro.

En 2009, la idea corrió como pólvora y más de cuarenta blogs se sumaron a la iniciativa, publicando interesantísimos artículos ese día y los siguientes.

En este 2010, probablemente no pase lo mismo, pero esta fecha fue elegida cuidadosamente por un grupo de jóvenes argentinos que venimos diagramando un Círculo Escéptico Argentino. Y es que en mi país no existe ninguna organización que realice eventos de divulgación de este tipo, charlas en colegios y provea un ámbito de encuentro para debatir y organizarse.

Así que lo hicimos. En el apenas nacido Círculo Escéptico Argentino vamos a publicar un podcast semanal sobre el tema. El episodio piloto está listo (no pude participar, pero lo haré en el próximo), y además de un par de páginas con información básica sobre lo que pensamos, están los contactos para acudir a las reuniones en las ciudades de Rosario y Buenos Aires. También vamos a participar en el próximo Suicidio Homeopático (en estos pagos también tenemos posgrados en homeopatía en una prestigiosa Universidad). Pusimos un foro para debatir temas del ramo, y comenzaremos a realizar ciclos de divulgación en colegios secundarios ni bien empiece el año lectivo austral.

Más allá de la propaganda del CEA, quería animar a todos los interesados en una sociedad más democrática, justa y racional a que busquen participar activamente en este tipo de organizaciones, y si no las hay, las creen. Hablar de estos temas con nuestros amigos y colegas es muy importante, discutir con charlatanes puede ser divertido (y desgastante), pero brindar las herramientas a jóvenes antes de que hayan perdido la llama de la curiosidad, es fundamental.

Cada país debe tener sus discusiones políticas internas, problemas sociales y económios propios, pero difícilmente podamos llegar a algo si no tenemos una base de conocimiento científico, lógico y racional. Y es por eso que debemos unirnos, organizarnos y hacer algo.

Este mensaje es mi humilde aporte para el segundo Día del Escepticismo. Espero que cada uno pueda aportar su grano de arena, y de a poco los cambios comenzarán a aparecer.