Hace unos días que los investigadores de este país leímos una carta en la que la ministra Garmendia decía que merecíamos mucho pero no a cualquier precio. Que debíamos estar situados al frente de la sociedad pero no por encima. Pedía que nos apretáramos el cinturón y que nos comprometiésemos con la ciencia, que se necesita nuestro compromiso con el futuro de España.

Pero lo de recibir lo que merecemos está muy lejos en un país que no lo ofrecía ni siquiera antes de los recortes. Que no queremos estar por encima del resto de los trabajadores de este país, nos conformamos con estar al mismo nivel, porque no lo estamos. Porque firmaríamos ya mismo tener las mismas condiciones que un trabajador privado o público.

Como parece que muchos se han olvidado de la situación de la investigación, os pido que me mandéis todas las historias de precariedad que podáis. Mientras tenga las colgaré en un artículo semanal. La realidad con nombre y apellidos de personas que no se pueden apretar más el cinturón. De trabajadores que no cobran. De investigadores que se fueron al extranjero y no son insolidarios sino supervivientes. Los que quieren volver y no pueden. Los que han vuelto y no tienen donde caerse muertos. Hablaremos de falta de seguridad en el trabajo. De lo que queráis que refresque la memoria de que aquí tenemos un problema muy grave. Y que vamos a peor.

Para leer más sobre la iniciativa pasaros por el blog de Sonicando.

También está funcionando el hashtag #científicosmendigando en twitter. Para desahogarse un poquito. Para darle publicidad. Para lo que queráis vosotros.