Ya veis, los astrónomos empeñados en encontrar trazas de metano u otros biomarcadores en exoplanetas lejanos, como forma de búsqueda de razas alienígenas, y al final podrían existir otras evidencias «industriales» que tal vez desvelaran su presencia de forma más sencilla.
Según creen Duncan Forgan de la Universidad de Edimburgo y Martin Elvis del Centro Smithsonian para Atrofísica de Harvard, buscar explotaciones mineras en los cinturones de asteroides que rodean a otras estrellas podría ser la clave para encontrar a ET.
La idea es que estos seres inteligentes y tecnófilos se habrán quedado sin recursos – como nos pasará a nosotros – en algún momento de su historia, por lo que habrán tenido que empezar a buscar metales y otros materiales indispensables para su economía y tecnología fuera de su planeta local. ¿Y dónde mejor que en un cinturón de asteroides?
Según Forgan y Elvis, se podrían buscar señales de vida en los distantes cinturones de asteroides con nuestra tecnología actual y especialmente, con nuestros telescopios futuros. Las actividades mineras deberían de producir tres tipos de huellas detectables desde la Tierra:
La primera, sabemos que los cinturones de escombros contienen ciertos porcentajes de elementos, así que utilizando espectroscopia podríamos buscar áreas en los anillos de asteroides donde escaseasen esos elementos.
La segunda cosa que buscar en detalle serían los asteroides grandes, dado que sería lógico pensar que los extraterrestres comenzarían a explotar los más grandes. Si la norma se cumple podríamos monitorizar los asteroides más voluminosos en busca de rastros artificiales.
La tercera huella de actividad minera vendría del polvo desprendido en las explotaciones asteroidales, ya que se cree que estas partículas absorberían calor de su estrella cercana produciendo un rastro térmico identificable.
Encontrar los tres indicadores a la vez en la misma zona no necesariamente implicará estar frente a una mina alienígena. De hecho, ambos científicos están de acuerdo en que estos indicadores se pueden dar de forma natural, por lo que esta prueba queda lejos de ser un método «infalible» de detección de extraterrestres. Pero podría ser una buena forma de filtrar sistemas solares merecedores de una segunda miradita más detallada.
Luego solo habría que confiar en nuestros avances tecnológicos, y a esperar a que los fabricantes de telescopios nos concedan un «ojo» potente con el que escudriñar esos otros sistemas.
¿Quién sabe? A lo mejor la segunda Tierra podría surgir después de que a un astrónomo le diese por jugar al «buscaminas».
Puedes consultar el trabajo de Forgan y Elvis en este PDF.
Miguel A. Artime Menéndez (Avilés 1971). Estudió informática en la Universidad de Oviedo. En 2002 comienza a publicar traducciones en el germen de lo que luego sería Astroseti, web que con el tiempo se convertiría en la web astronómica más visitada en lengua hispana. En Astroseti coordina la sección del Instituto de Astrobiología de la NASA (NAI). En 2005 la agencia espacial estadounidense le invita (junto al creador de la web Emilio González) a San Francisco para la conferencia AbSciCon. Comienza su experiencia con los blogs abriendo una bitácora en Barrapunto en 2005. En noviembre de 2006 funda su blog Maikelnai’s Blog. En 2009 recibe en Sevilla el premio Bitácoras al mejor blog cultural. En junio de 2010 comienza a colaborar con Yahoo! abriendo el blog Cuadernos de Ciencia junto a Javier Peláez.