Conocer en persona a un astronauta que ha pisado la Luna no es algo que ocurra todos los días. Por eso, cuando hace unos meses se me presentó la ocasión de saludar a Neil Armstrong y Buzz Aldrin, durante la celebración en Tenerife del Festival Starmus, me acerqué a ellos, armado con libreta y bolígrafo, y les pedí un autógrafo…
El resultado, lamentablemente, fue negativo. “Lo siento, no firmamos autógrafos”, me respondieron. La razón la conocí más tarde, y es que cada una de sus firmas se cotiza muy alto en el mercado de los cazadores de autógrafos, una trastienda oculta en la que se llegan a pagar cifras realmente desorbitadas por apenas unos esbozos en papel de algunas celebridades.
Así comienza nuestro artículo de este mes en la Revista Quo.
Podéis leerlo completo en: ¿Por qué Armstrong no firma autógrafos?
Incluye además una fotogalería con las piezas científicas más cotizadas en subastas.