España está que se sale: el meridiano y la hora oficial

Por Pablo Rodríguez, el 15 octubre, 2013. Categoría(s): Curiosidades • Divulgación

Cada poco tiempo resucita el debate sobre si la hora oficial de España es o no la más adecuada. El más reciente, a la fecha de escribir éste artículo, sucedió en Septiembre de 2013, dejándonos entre otras cosas el recuerdo duradero y lamentable de un ministro sin puñetera idea de la geografía de su propio país.

Los temas relativos al horario suelen levantar agrias polémicas a nivel de calle, y si no, esperad al próximo cambio de hora y su monográfico bianual en los telediarios.

Para que los temas horarios no nos pillen desprevenidos, nada mejor que hacerse preguntas: ¿qué diablos pasa con la hora oficial española?, ¿por qué hay quién sostiene que “es incorrecta”?, ¿cómo puede ser incorrecta una hora oficial? Intentaré explicarlo.

Todo se debe a que el concepto de hora atiende a dos necesidades que a veces no se reconcilian bien:

  1. Permitir coordinarse en el tiempo (coordinación global).
  2. Determinar la altura del Sol (fenómeno local).

El primer objetivo podría lograrse magníficamente utilizando una hora universal única, como la Greenwich Mean Time (GMT) o la Hora de Internet [1]. Pero tradicionalmente el hombre ha medido el tiempo usando la posición del sol, y queremos seguir haciéndolo. A todos nos resultaría chocante la posibilidad de que, por ejemplo, amaneciese a las 18:00, o anocheciese a las 2:00.El problema es que la altura del sol en un momento determinado es diferente en puntos diferentes de la Tierra… de modo que para no tener una hora diferente en cada ciudad y pueblo, es necesario adoptar una hora oficial para todo un territorio relativamente grande.

En resumen, en lugar de coordinar globalmente, se coordina localmente en áreas lo suficientemente grandes. Una solución de compromiso.

La manera de escoger ésta hora oficial para que no se aleje demasiado de la hora astronómica suele ser la siguiente:

Primero se divide la esfera terrestre en 24 husos horarios idénticos. La hora correspondiente a cada uno consigue poniendo los relojes a las 12:00 cuando el sol pasa por su punto más alto en el centro de cada huso. Después, las regiones así definidas se deforman para que se adapten a las fronteras políticas, permitiendo que cada país decida.

El mapa de zonas horarias resultante tiene en la actualidad el siguiente aspecto:

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En éste mapa se observan multitud de anomalías y curiosidades. Por ejemplo, pese a la enorme extensión de China, la hora oficial es única por motivos políticos. Por otro lado, si uno se molesta en contarlas, verá con sorpresa que aparecen bastante más de 24 zonas horarias oficiales.

Pero hagamos zoom para estudiar el caso español. En el siguiente mapa se muestra la zona horaria española y centroeuropea (CET) en verde y el huso horario correspondiente a esa zona horaria en verde transparente.

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Como puede verse, España (y también a Francia y el Benelux) encajaría de forma mucho más natural en el siguiente huso horario.

¿En qué se traduce esto?, veámoslo imaginando la llegada de la noche [2]:

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Como puede verse, la noche y el amanecer llegan a España unas dos horas después de que lo haga a Polonia… país con el que compartimos zona horaria.

Os propongo el juego/experimento del “cielo polaco”: intentad poneros en su lugar, esto es, salid a la ventana, mirad el cielo, e imaginad que vuestro reloj está adelantado dos horas. Ese es el cielo polaco, y el de muchos otros lugares cuya zona horaria está “bien colocada”.

De aquí que haya quien proponga que adoptemos la hora británica … o mejor dicho, que volvamos a adoptarla, pues es la que se utilizó en España y Francia hasta la segunda guerra mundial.

Y hasta aquí el fenómeno geográfico/astronómico. En cuanto a los posibles beneficios en cuanto a consumo de energía, horarios laborales y demás, no me pronuncio. ¿La razón?, que no he reflexionado lo suficiente sobre ello como para tener una opinión, y tanto cambiar la hora como dejarla como está me parecen opciones defendibles.


[1] Quizá algunos recuerden éste proyecto; cosechó un tímido éxito a principios de la década de los 2000, con el auge de Internet y su correspondiente empujón a las telecomunicaciones.

[2] Basado en simulaciones con Google Earth para un 21 de Marzo.



Por Pablo Rodríguez, publicado el 15 octubre, 2013
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