El primer empujón

Por Sergio Pérez Acebrón, el 25 noviembre, 2013. Categoría(s): #sinCiencia no hay futuro
Imagen | Steve Snodgrass
Imagen | Steve Snodgrass

Si solo seleccionamos a aquellos estudiantes que ya han destacado ¿No nos estamos dejando llevar por la inercia de un movimiento que no sabemos cómo empezó?

Con bastante frecuencia tengo que revisar solicitudes de estudiantes de master o doctorado que desean trabajar en nuestro laboratorio en Heidelberg. La elección entre los mejores candidatos suele ser reñida y casi siempre depende de la entrevista. Sin embargo la preselección suele ser muy clara: casi siempre hay un abismo entre los que se consideran buenos candidatos y los que no.

Un ejemplo basado en candidatos reales: cuatro estudiantes de último año de master. Tres de ellos han realizado estancias o prácticas consecutivas en varios laboratorios ¡de continentes distintos! Tienen, por tanto, buenas referencias provenientes de investigadores de centros de la talla de la Clínica Mayo, MIT o Sloan Kettering Memorial. El cuarto solo ha realizado unas prácticas en la universidad en la que se graduaba y podría no pasar la preselección.

Siguiendo ese criterio yo no me habría seleccionado a mí mismo.

Una estudiante viene con una buena recomendación de su anterior estancia, laseleccionamos, realiza un trabajo satisfactorio y le escribimos una carta de recomendación para el siguiente escalón. Raramente se piensa en las circunstancias que rodearon la primera recomendación. ¿Recibió una beca para poder realizar su primera estancia en Nueva York? ¿Quizás se pudo permitir ir sin cobrar? Honestamente,¿Tenía el candidato no preseleccionado la posibilidad deacceder a una ayuda económica para poder realizar una estancia en un laboratorio de élite?

En términos generales no es raro ver que unos estudiantes entran en una dinámica en la que cada peldaño es más fácil que el anterior mientras que a otros les ocurre exactamente lo contrario. Este fenómeno es conocido en sociología como el Efecto Mateo por la parábola recurrente del Nuevo Testamento “al que más tiene más se le dará” normalmente acompañada de “y al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene”.En un contexto como el actual, en el que los estudiantes españoles no pueden hacer frente a los gastos universitarios mientras el número y cuantía de becas se reduce dramáticamente ¿Cómo podrán competir estos estudiantes con otros europeos que disponen de dichas ayudas? ¿Cómo podrán competir con aquellos que no necesiten una ayuda económica para su movilidad y formación?

Tengamos en cuenta las circunstancias que rodean a un estudiante en los procesos de selección. De lo contrario somos nosotros los que hacemos el trabajo sucio a quienes han decidido que el futuro no debe tener las mismas puertas para todos.



Por Sergio Pérez Acebrón, publicado el 25 noviembre, 2013
Categoría(s): #sinCiencia no hay futuro