Trombosis de senos…

Por Azuquahe, el 9 enero, 2014. Categoría(s): Medicina • Neurociencia

Como ya diría el bueno de François Ribes* en 1825 tras realizar una rutinaria autopsia…

—Señora, su marido ha muerto de trombosis de senos.
—No, si ya sabía yo que me engañaba el muy sinvergüenza.

Cada cual, como ven, entiende lo que le interesa. Ya hemos hablado en varias ocasiones de lo que ocurre cuando a uno se le tapona una arteria de las del cerebro encéfalo. Ahora bien, qué pasa cuando eso ocurre en las venas… porque habrá venas en la cabeza, digo yo. ¿O no?

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Cuando el bueno de Herófilo de Calcedonia se proponía algo, tenía por costumbre conseguirlo. Ya desde bien joven se propuso ser el primer anatomista, con dos cojon… gónadas masculinas coproductoras de los espermatozoides y de las hormonas sexuales, que diría él.

—¡Mamá! ¡Mamá! Ya sé a qué quiero dedicar mi vida. Voy a ser… ¡el primer anatomista!

—Desde luego, tú con tal de pillar cacho lo que sea. A quién habrás salido…

—¡Abraza a este padre orgulloso, hijo mío!

Motivos al margen, el buen joven Herófilo se puso a ello y se convirtió en el primer individuo que realizó disecciones en público (¡Hola amigos! ¡Bienvenidos a “Disecciona con Herófilo”!). Y ya con cierta experiencia al respecto, dijo aquello de que la inteligencia estaba en el cerebro y no en el corazón, como decía Aristóteles, lo cual le granjeó la enemistad de todos los cardiólogos que han existido desde entonces, que han argumentado seriamente que “Eh, eh, eh, que el corazón late y tal”. A Herófilo poco le importó, como tampoco le importaron las críticas de grandes hombres de la iglesia como Celso, Tertuliano o San Agustín**, que le acusaron de ser un poco psicópata por querer estudiar la anatomía humana… en vivos.

—Herófilo, niño, hazme caso que yo de esto sé un rato. Eres un puto carnicero.

—Tertuliano, precisamente tú, precisamente tú… tenías que ser el que sabe de todo.

Según las malas lenguas (las de los propios religiosos), Herófilo no solo usaba cadáveres, también estudiaba anatomía en esclavos y presos vivos. Probablemente, sin embargo, era todo falso, que ya se sabe que donde haya un Tertuliano

Lo fuera o no, Herófilo se dedicó en especial al estudio del cerebro diferenciando cerebro de cerebelo y describiendo las meninges, los ventrículos y las venas del cerebro. De hecho, aun lo recuerdan los estudiantes de anatomía cuando entre seno longitudinal superior, inferior, seno recto, transversos, sigmoideos,… se encuentran con la prensa de Herófilo, que parece que debía ser un tonel, pero Avicena era abstemio.

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Trombosis del seno sagital superior (imagen)

—Señor Peláez, tiene usted una trombosis de senos
—¡Tómalo! A mí, mientras haya tet…
—¡Calla, coño, que estamos en Naukas!

Cada cual, repito, entiende lo que le interesa. Y claro, como diría un gran filósofo y médico que mantendremos en el economato, “los neurólogos, una vez hecho el diagnóstico qué, ¿le cantan una folía al enfermo?” Y es que, lamentablemente, en neurología se cura poco… pero no es este el caso.

De hecho, ya desde mediados del siglo pasado, los neurólogos son capaces de tratar y curar (¡CURAR!) a muchos de estos pacientes…

Antes y después. Las fotos de él, me las creo. Las de ella…
Antes y después. Las fotos de él, me las creo. Las de ella…

…usando medicación anticoagulante que consigue que se disuelva el trombo, lo cual ha permitido a su vez, si bien no exento de críticas, mejorar el pronóstico vital y funcional de muchos*** de estos pacientes. Si se lo hubieran dicho a Herófilo, a Fraçoise Ribes o a Henry Gray**** no les hubiera quedado más remedio que… cantar una folía.

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* Y lo describió en Des recherches faites sur la phlébite. Revue Médicale Française et Etrangère et Journal de Clinique de l’Hôtel-Dieu et de la Charité de Paris.

** Claro, estaba muerto para entonces…

*** Lamentablemente, no en todos los casos.

**** Las imágenes de los senos venosos son del famoso libro Anatomía de Gray, escrito por este buen joven inglés.



Por Azuquahe, publicado el 9 enero, 2014
Categoría(s): Medicina • Neurociencia