La nicotina es un veneno. Su presencia en la planta del tabaco (Nicotiana tabacum) no es para que el tabaco sepa mejor ni para que vayas con más frecuencia a comprar cigarrillos sino que es una forma que tiene la planta de defenderse de los animales que quieren infestar su organismo o de los que quieren comerse sus hojas. De hecho, la nicotina se ha usado durante mucho tiempo como un potente insecticida y algunos análogos, como los famosos neonicotinoides, se siguen usando para el control de plagas.
La nicotina es un alcaloide, sintetizado en las raíces de la planta y transportado a las hojas. Es uno de los compuestos químicos más adictivos que se conocen, superior a la heroína o la cocaína. Por eso es tan difícil dejar de fumar. Además, casi todos los consumidores de drogas ilegales son también fumadores. Nora Volkov ha encontrado que la nicotina inhibe unas enzimas que modifican la cromatina generando deacetilaciones de las histonas que acompañan al ADN. Este proceso incrementa la capacidad de la cocaína para generar una adicción.
La nicotina actúa sobre el cerebro causando efectos excitadores e inhibidores. Los primeros son producidos por la liberación de glucosa tras hidrólisis del glucógeno hepático y por la de adrenalina en las glándulas suprarrenales. En los efectos inhibidores genera calma y una reducción del apetito lo que explica también porqué muchas veces se sube de peso al dejar de fumar. La nicotina del tabaco también genera numerosos efectos psicoactivos incluyendo sensación de atención, de estar alerta, de mayor concentración, de mejor memoria. Por eso es muy difícil dejar de fumar en época de exámenes.
Los fumadores conocen de una forma empírica y a menudo inconsciente esos distintos efectos estimuladores y sedantes. Cuando quieren el efecto estimulante hay que tomar una decisión importante e inmediata, por ejemplo hacen muchas caladas cortas y rápidas. Eso genera niveles bajos de nicotina en sangre, estimula la transmisión nerviosa y el fumador siente que el cerebro está más ágil. Por el contrario, si quieren relajarse, hacen caladas lentas y profundas, elevan el nivel de nicotina en sangre, se incrementan los efectos de la serotonina y los opiáceos cerebrales y se produce un efecto sedante. Por tanto, la nicotina es única puesto que pasa de un efecto estimulante a uno calmante y analgésico al aumentar la dosis.
La dosis diaria de nicotina varía mucho en función del tabaco fumado, el peso corporal, el metabolismo o la dieta pero en general varía entre 10 y 80 mg. Los hombres metabolizamos la nicotina más rápido que las mujeres y los efectos cerebrales parecen ser mayores en ellas que en nosotros lo que explica que, a pesar de la fuerza de voluntad que nos demuestran todos los días, resulta más difícil dejar de fumar a las mujeres que a los hombres.
El tabaco es la principal causa de muertes evitables en los países desarrollados. Por ello, la nicotina tiene un uso médico que es fundamentalmente para ayudar a dejar de fumar. La terapia de reemplazo de nicotina implica el uso de productos que suministran dosis bajas de nicotina pero que no contienen las otras toxinas que se encuentran en el humo. El objetivo de la terapia es reducir los deseos vehementes de nicotina y calmar los síntomas de la abstinencia. Niveles controlados de este tóxico se administran a los pacientes a través de chicles, parches, grajeas, espráis nasales o ahora a través de los cigarrillos electrónicos.
En la actualidad observamos una explosión de las tiendas que venden cigarrillos electrónicos. Dentro de dicho artilugio se coloca un líquido que contiene agua, saborizantes , colorantes, aromatizadores y nicotina y que una resistencia calienta y vaporiza. Un artículo de Matt Richtel publicado en el New York Times el 23 de marzo de 2014 alerta sobre los peligros de los cigarrillos electrónicos. El nivel de nicotina en los líquidos que vaporizan estos aparatos varía entre 1,8 y 2,4%, una concentración que puede causar molestias a un niño pero raramente la muerte. Sin embargo, como sucede cada vez más en el ámbito de los medicamentos se venden por internet concentraciones que llegan al 10%. Este líquido es peligroso y con un potente efecto si es ingerido o absorbido por la piel. Una cantidad diminuta puede generar vómitos o ataques epilépticos.
Una cantidad mayor puede causar la muerte. Por tanto, los líquidos de relleno pueden ser peligrosos, especialmente para los niños que pueden ser atraídos por sus colores brillantes y por algunas de las fragancias incorporadas como cereza, chocolate o chicle. Informa Richtel que desde 2011, los informes de envenenamientos accidentales por cigarrillos electrónicos se han multiplicado. Los casos más graves son una muerte en Estados Unidos y un suicidio por inyección del líquido de los cigarrillos pero el número de casos menos graves es importante. En 2013 hubo 1.351 llamadas a centros de emergencia sobre envenenamientos, un aumento del 300% frente al año anterior, de los cuales 365 fueron enviados al hospital, también el triple que el año anterior. Los números de lo que llevamos de 2014 van a un ritmo que indica que se duplicarán a lo largo del año en curso.
Un tercio de los casos parecen afectar a niños menores de 4 años. Muchos de los problemas parecen ser debidos al poco cuidado –un envenenamiento fue debido a un cigarrillo que se rompió en la cama y la paciente lo absorbió por la piel- o al poco conocimiento sobre el peligro que hace que no se trate con el mismo cuidado que los productos tóxicos de la limpieza aunque sus riesgos sean comparables. En España se ha descrito un caso de neumonía lipoidea, un raro trastorno atribuido por los médicos al uso de glicerina, una sustancia necesaria para volatilizar la nicotina que incluyen los cartuchos de los e-cigarrillos.
El mundo del cigarrillo electrónico es una selva, sin apenas regulación legal y con unos enormes intereses económicos. Aunque uno de los argumentos para su venta es que ayudan a abandonar el hábito de fumar no está claro todavía que eso sea cierto. Tampoco sabemos los efectos a largo plazo de la inhalación de nicotina mediante el e-cigarrillo. Parece evidente la necesidad de regulaciones sanitarias, etiquetas adecuadas, botellas a prueba de niños, normas de calidad en la fabricación y una investigación rigurosa y contrastada, algo a lo que no quieren esperar los fabricantes, distribuidores y vendedores.
Las cifras comerciales indican que en los Estados Unidos se venderán este año de 1 a 2 millones de litros para recargar los cigarrillos. China es uno de los principales productores de cigarrillos electrónicos y de cartuchos de recarga aunque hay críticas sobre la pureza y exactitud de las composiciones de esas mezclas. Junto a eso hay una impresionante campaña comercial: el gasto en publicidad de los cigarrillos electrónicos en Estados Unidos pasó en 2011 de 6,4 millones de dólares a 18,3 en 2012. Otro estudio publicado en 2014 en el American Journal of Preventive Medicine analizaba los sitios web de las empresas vendedoras de e-cigarrillos: el 95% afirmaba que tenían beneficios para la salud, el 64% afirmaba que ayudaban a dejar de fumar, el 22% mostraba a médicos y otros profesionales sanitarios y el 76% indicaba que no producía fumadores pasivos.
Otras comparaciones incluían que los e-cigarrillos eran más limpios (95%) y más baratos (93%) que los cigarrillos “clásicos”. El 88% indicaba que se podía fumar en cualquier sitio y el 71% indicaba que permitía saltarse la normativa sobre consumo de tabaco en lugares cerrados. En la mayoría de los portales se ofrecían sabores a caramelo, fruta o café mientras que otras llamadas publicitarias apelaban a la juventud con mensajes sobre modernidad (73%), mayor estatus social (44%), incremento de la vida social (32%), amores (31%) y su empleo por famosos (22%). Entre sus detractores, se teme que los cigarrillos electrónicos fomenten la adicción a la nicotina. El estudio concluía que los mensajes sobre la salud y sobre el cese del tabaquismo, que no tienen de momento base científica, estaban ampliamente presentes en las webs de las empresas que venden cigarrillos electrónicos. Las afirmaciones infundadas sobre ventajas sanitarias, la presencia de personal sanitario en las web apoyando estos aparatos, el respaldo por famosos y el uso de sabores que pueden atraer a niños y jóvenes deberían ser prohibidos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha informado a los consumidores de que no considera que el cigarrillo electrónico sea un tratamiento legítimo para quienes estén tratando de dejar de fumar y que los distribuidores de cigarrillos electrónicos deben dejar de reivindicar efectos terapéuticos no demostrados o decir que están reconocidos por este organismo, debido a la carencia de estudios rigurosos que demuestren la efectividad del cigarro electrónico como terapia de remplazo o que aclaren sus niveles de toxicidad.
La OMS recomienda con contundencia no usarlos aunque no descarta su utilidad futura si se realizan estudios clínicos y toxicológicos en el marco reglamentario adecuado, algo que de momento no existe. Mientras tanto, la Agencia de Medicamentos y Alimentos (FDA) estadounidense, en un análisis a dos marcas líderes, encontró sustancias dañinas como el dietilenglicol, un anticongelante que es tóxico para los seres humanos, nitrosaminas derivadas del tabaco, sustancias capaces de causar cáncer y la presencia de nicotina en cartuchos que teóricamente estaban libre de esta molécula. La opción no debería ser entre cigarrillo tradicional y e-cigarrillo sino entre consumir un tóxico adictivo y no hacerlo.
Para leer más:
- Benowitz NL, Jacob P III (1984) Daily intake of nicotine during cigarette smoking. Clin Pharmacol Therapeutics (1984) 35: 499–504
- Grana RA, Ling PM (2014) «Smoking revolution»: a content analysis of electronic cigarette retail websites. Am J Prev Med 46(4):395-403.
- Richtel M (2014) Selling a Poison by the Barrel: Liquid Nicotine for E-Cigarettes. The New York Times 23 de marzo. http://www.nytimes.com/2014/03/24/business/selling-a-poison-by-the-barrel-liquid-nicotine-for-e-cigarettes.html?emc=edit_th_20140324&nl=todaysheadlines&nlid=60807250&_r=0
- Volkow ND (2011) Epigenetics of nicotine: another nail in the coughing. Sci Transl Med 3 (107): 107ps43.
José Ramón Alonso (Valladolid, 1962). Doctor en Neurobiología por la Universidad de Salamanca, donde es ahora Catedrático de Biología celular. Ha sido Rector de esta Universidad e investigador postdoctoral y profesor visitante en Alemania y Estados Unidos. Escribe en su blog sobre divulgación científica y el mundo universitario así como en prensa española e internacional.