Hitos en la red #31

Por César Tomé López, el 24 agosto, 2014. Categoría(s): Enlace Recomendado

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Es habitual en los medios de comunicación no hacer un seguimiento de los acontecimientos a no ser que haya elementos noticiosos, naturales o artificiales. Sólo existen tres excepciones: las ruedas de prensa de políticos y futbolistas, el calor en verano y el frío en invierno. Ni las guerras de larga duración (véase Siria) ni los descubrimientos científicos que se prolongan en el tiempo (véase Curiosity o la actividad del LHC) aparecen salvo “que pase algo”: ni los muertos rutinarios ni hallazgos diarios de proyectos a largo plazo ameritan tanta atención como un político, las más de las veces incompetente, o un futbolista, las más de las veces huero. Paradójicamente, es con el seguimiento como se aprenden cosas de verdad. Dicho esto, vamos con el seguimiento de unas cuantas interesantes.

Habrá quien se acuerde que Rosetta está “orbitando” un cometa. Pues si no es por gente como Daniel Marín parecería que está aparcado por ahí haciendo tiempo sin hacer nada relevante. Hay que leer Bitácora de Rosetta 3: oteando el paisaje para darse cuenta de que no es así.

También habrá quien sepa que el LHC está en mantenimiento. Pero eso no significa que la gente esté ociosa. De momento están buscando la constitución de la materia oscura, La búsqueda de la partícula de materia oscura en el LHC del CERN, y preparando todo el armazón teórico para estudiar el campo de Higgs en el futuro El estudio del campo de Higgs en el futuro HL-LHC. Ambos por Francisco R Villatoro.

Otra cosa con la que algunos invocan a Santa Bárbara sólo cuando truena es el cambio climático. En De las glaciaciones ya se apunta que los cambios en el clima no son nada nuevo en la historia geológica. Pero de ahí también se deduce que los cambios son continuos aunque muy lentos, en general, a escala de una vida humana. Sin embargo, con el cambio climático antropogénico ya no es tan así y se están observando patrones en el tiempo de vida de una persona. A pesar de que a este cronista no le guste el titular por incorrecto*, es muy interesante ver este nueva posibilidad en acción en El papel de los océanos para suavizar los efectos del cambio climático, por Francis.

Por cierto, los peces de mar beberán ahora agua más caliente, salvo que migren. Porque Los peces de mar sí beben, por Juan Ignacio Pérez. Y habrá que ver que pasa con los Humedales, los oasis cotidianos, por Txema Campillo, sobre todo los de origen marino.

La forma en que se abordan en la actualidad los tratamientos de las enfermedades es cada vez más molecular, más inteligente, o, dicho en una sola palabra, más química (hay que reivindicar los aspectos positivos de la palabra; los negativos sólo aparecen cuando la usan ignorantes). Tenemos dos ejemplos estupendos: Daño cerebral por ictus o cuando un neurotransmisor se convierte en neurotoxina e Inteligencia contraterrorista contra el cáncer.

El problema del cambio climático antropogénico y lo que se hace para intentar ralentizarlo o, quizás (a muy largo plazo) revertirlo, y, en cualquier caso, para prepararse para lo que viene, tiene una componente política importante. Este cronista está leyendo estos días sobre la hambruna que en pleno siglo XIX redujo la población de Irlanda en más del 20% en apenas cinco años: un factor biológico agravado hasta rayar el genocidio por decisiones políticas. En este segundo caso se habló de castigo divino para justificar según qué acciones o inacciones; en el primero, siendo muy generosos, de miopía. Pensemos que hubo una época en que los dirigentes fueron Políticos y científicos; obviamente no en estos casos.

Pero acabemos con algo de belleza (aunque no exista objetivamente). Tecnológico-conceptual en Polvo de estrellas, por Javier San Martín, y matemático-literaria en Ejercicios (matemáticos) de estilo.

Ustedes lo pasen bien.

*El titular es antropocéntrico y cortoplacista: parece que los únicos efectos son los que tengan que ver con el medio en el que vive el hombre. El hecho de que la energía se acumule en los océanos supone cambios en los ecosistemas y, posiblemente, en las corrientes, con efectos graves sobre la química y la vida marinas y el clima terráqueo a medio y largo plazo. Por tanto, el que la temperatura del aire no aumente tan rápidamente es sólo un ralentización de una de las variables, pero el proceso del cambio climático, y sus efectos, siguen.