La pregunta Naukas 2015 – Sergio L. Palacios

Por Sergio L. Palacios, el 21 febrero, 2015. Categoría(s): Naukas
La pregunta Naukas 2015
La pregunta Naukas 2015

¿Qué avance o descubrimiento de la ciencia moderna ha hecho progresar más a la Humanidad?

Entendemos como ciencia moderna desde Copérnico hasta nuestros días.

Una pregunta como la que aquí se plantea podría tener miles de respuestas y todas igualmente válidas. Así que cuando los Señores Oscuros de Naukas me propusieron la cuestión, inmediatamente me lo tomé como una forma de sembrar discordia y provocar al personal. Y la verdad es que no me llevó mucho tiempo decidirme por lo que a continuación me dispongo a contarles. Por supuesto, también lo defenderé ante quien sea menester. Eso sí, no me tomen demasiado en serio porque puede que mis argumentos no me los crea ni yo mismo. ¿Discordia y provocación, recuerdan?

Bien, ¿qué avance o descubrimiento científico ha generado mayor progreso a la Humanidad? Les propondré uno de cada, aunque estrechamente relacionados y dependiente el uno del otro, para que no haya quejas. Pero antes de nada, permítanme que les distraiga un tanto a modo de introducción.

Verán, a poco que mediten y reflexionen acerca del mundo que les rodea a diario, se podrán dar cuenta de que están inmersos en un torbellino de tecnología. Supongo que no les costará excesivamente reconocer que la tecnología no existiría sin un profundo conocimiento científico. ¿Cómo hemos llegado a este nivel de desarrollo tecnológico que tanto nos maravilla, aunque no tengamos ni la más remota idea de cómo funcionan en realidad todos cuantos dispositivos usamos de forma habitual? ¿Qué es lo que más ha contribuido a que el conocimiento científico y, con él, el desarrollo tecnológico, ambos de la mano, nos hayan traído hasta hoy, el siglo XXI? ¿A qué debemos un mundo cada vez mejor comunicado y, por tanto, en el que el conocimiento se transfiere a gran velocidad, quizá la razón más poderosa y fundamental para que la Humanidad avance a pasos agigantados? ¿Cómo ha sido posible duplicar la esperanza de vida en tan sólo unos pocos siglos, si no mediante el diagnóstico precoz y exacto de enfermedades potencialmente mortales, que luego pudiesen ser tratadas de la forma precisa? Dejenme que se lo desvele.

El 18 de diciembre de 1856 nacía en Manchester un tal J. J. Thomson. Basándose en estudios previos y durante el transcurso de unos experimentos llevados a cabo en el año 1897 descubrió que los denominados “rayos catódicos” estaban formados por unas partículas materiales diminutas, extraordinariamente ligeras y que poseían carga eléctrica negativa. Llegó a la conclusión de que estas partículas eran los constituyentes fundamentales y únicos del átomo. En 1891 G. Johnstone Stoney acuñó el término “electrón” para referirse a ellas.

Los electrones eran fácilmente controlables y manipulables mediante el empleo de campos eléctricos y magnéticos, lo cual permitía la creación de corrientes eléctricas, así como la generación de ondas electromagnéticas que podían usarse para transmitir información a la velocidad de la luz. Asimismo, los electrones provocaban incandescencia al hacerlos pasar por un gas o un filamento de carbono, tungsteno, etc. Cada una de estas maravillosas propiedades de los electrones permitieron el desarrollo de enormes avances tecnológicos: telégrafo, teléfono, radio, televisión, bombilla, etc.

Cuando los electrones se frenan pueden emitir rayos X. Este prodigio se ha utilizado tanto para diagnóstico médico (patologías óseas y, en menor medida, de ciertos tejidos blandos) como para el mismísimo discernimiento de la estructura cristalina de la materia, entre otras aplicaciones.

El primigenio tubo de rayos catódicos inspiró, más tarde, la válvula de vacío (que se emplearía profusamente en las primeras máquinas calculadoras) y ésta, a su vez, daría lugar a la invención del transistor en el año 1947.

¿Se imaginan ustedes el mundo actual y nuestras vidas si no existiesen la radio, la TV, los superconductores, la microelectrónica, los rayos X, las telecomunicaciones, las bombillas, los ordenadores? ¿Acaso no es la vertiginosa velocidad a la que se transmiten la información y el conocimiento de un extremo al otro del globo terrestre lo que ha provocado el mayor progreso de la Humanidad? Pues la culpa de todo ello es de una misteriosa y fascinante entidad, mitad onda y mitad partícula (tal y como sabemos hoy en día) cuyo comportamiento aún seguimos desentrañando y que recibe el nombre de ELECTRÓN. Seguiremos teniendo noticias suyas en el futuro, se lo puedo asegurar.



Por Sergio L. Palacios, publicado el 21 febrero, 2015
Categoría(s): Naukas