Hitos en la red #65

Por César Tomé López, el 26 abril, 2015. Categoría(s): Enlace Recomendado

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Para los que ya vamos teniendo una edad encontrar patrones en las noticias es cada vez más fácil. Esto que se presenta como novedad o revolucionario te recuerda a algo que conociste hace tiempo y a revoluciones que no pasaron del titular. Aún así leemos y exploramos y, de vez en cuando, nos encontramos con auténticas joyas.

Otra cosa es lo que parece que cada vez es más frecuente en el mundo digital, donde el titular hace y deshace en menos de un segundo porque llegar a la entradilla es una concesión de tiempo precioso que podría estar dedicado al último vídeo de gatitos o asimilado, y donde no es la idea sino la palabra concreta la que elimina la posibilidad de lectura para un amplio grupo de potenciales destinatarios. Efectivamente, la aparición de determinadas palabras atraerá o repelerá indefectiblemente a hordas de lectores, que automáticamente inferirán de ella “de qué va” el contenido porque, asumen, no hay novedad real posible. Por ello amigo lector, si quieres tener éxito como periodista o bloguero, aprende a titular y define qué clase de titularizador quieres ser. Desde el punto de vistas de los “likes” y “shares” lo que escribas después importa, pero no tanto.

Esta semana tenemos un surtido de titulares con palabras desactivadoras, provocativos, descriptivos (la mayoría en ciencia, en pura teoría) e indolentes (como los autores). Vayamos por partes.

Descriptivos puros, es decir, dan lo que dicen, son por ejemplo:

Venenos animales de Juan Ignacio Pérez

Cómo ilustrar el movimiento armónico simple usando las manchas solares de Francisco R. Villatoro

Los planes de Rusia en el espacio para la próxima década de Daniel Marín

Catástrofe Ultravioleta #10 – Hipnosis el fabuloso podcast de Javier Peláez y Antonio Martínez Ron, en esta ocasión con Eparquio Delgado

 

Descriptivos, dan lo que dicen pero adornándose, lo que conlleva algunos riesgos. Así:

En El estribo más completo del registro neandertal , siendo en su literalidad perfectamente correcto, hay un sutil juego de palabras que puede pasar desapercibido para la mayoría y defraudar a algún lector atraído por él.

En Un supervacío explica la gran mancha fría en el fondo cósmico de microondas de Francis, hay un sutil juicio de valor en la elección del modo gramatical del verbo. Imagine el lector la misma frase con “explicaría”.

En Adiós a la irisina, la supuesta hormona del adelgazamiento tras el ejercicio físico también de Francis, jugamos con un equívoco. ¿Cuál? Pues que la irisina sigue existiendo, lo que ocurre es que ni es una hormona (su concentración en sangre es tan baja que es poco probable que pueda tener algún efecto fisiológico relevante) ni los estudios sobre ella se han basado en métodos apropiados.

En Un recuerdo sobre Fidel Pagés, descubridor de la anestesia epidural de Alejandro Polanco, llámenme retorcido, se eleva la categoría del personaje por la elección del verbo: un “descubridor” se percibe como más importante que un “inventor”; y los procedimientos anestésicos se inventan.

En Blanche Descartes y la cuadratura del cuadrado de Raúl Ibáñez, se juega con un significado de cuadratura un pelín forzado.

 

Indolentes, esto es, que no llegan ni a descriptivos: son puramente indiciarios y le toca al lector decidir si quiere explorar más allá en base a algo que no sea el estímulo del titular.

En Gráficos se encierra el origen del uso de las representaciones gráficas de datos numéricos en la historia de la ciencia. Premio para quien lo haya deducido de esa sola palabra.

En El discreto guardián de nuestra salud de Mariajo Moreno, invito al lector a que le ponga nombre y apellido al tal guargián sin leer el artículo. ¿Quién será?¿El médico de familia?¿La leche tibia?¿Los baños de asiento? El Actimel no, que eso es solo mercadotecnia.

En ¿En qué se parece una bengala a una estrella? de Javier Armentia y Joaquín Sevilla. Las dos brillan, esto es así. Queda a la curiosidad del lector averiguar si hay algo más que lo evidente. Y lo hay (por si acaso). También es evidente que a las dos jotas les habría venido bien un café antes de grabar el vídeo.

 

– Con palabra desactivadora encontramos un magnífico escrito de Fernando Frías, La percepción social de la homeopatía (y un curso para mejorarla). Lo mejor del asunto es que el texto es oro molido sociológico, pero la palabra desactivadora hace que no se “lea» el conjunto del titular. La palabra en cuestión es “homeopatía”: para el que sepa lo que es, de verdad, no le resultará interesante (“otra vez más de lo mismo”) y para el que crea en la sublimación del efecto placebo no tendrá demasiado interés (“otro cientificista cerrado de mente”).

 

– Y finalmente, provocativo: Glifosato, Mentiras y blogs ecologistas de JM Mulet



Por César Tomé López, publicado el 26 abril, 2015
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