Normalmente se relaciona la ciencia con la complejidad, con el estudio, con el ámbito puramente académico, con investigaciones, conferencias, tesis, fórmulas… Sin embargo, en mi humilde opinión, la ciencia es mucho más y mucho menos que todo eso, la ciencia es simplemente el enfoque con el que apreciamos la realidad que nos rodea. Un cualquiera ve un simple reloj de péndulo, un físico ve una manifestación de movimiento armónico; un cualquiera ve una hormiga, un biólogo ve uno de los más fascinantes seres vivos que existen, capaz de convivir en sociedades incluso mejor organizadas que la nuestra propia.

Eso es la ciencia, la lente con la que cada uno ve el mundo. Es una percepción de lo que nos rodea, individual, en la mente de cada uno y a su vez extrapolada para llegar a un conjunto de conocimientos comunes para todos.

Es la curiosidad por aprender algo nuevo cada día, por llegar a entender el porqué… Contemplar los fenómenos de la naturaleza, del entorno circundante, bajo el acervo de unos conocimientos que te permitan entrever el significado más profundo de las cosas. Si entiendes el porqué de esas situaciones, si sabes por qué las golondrinas vienen y van (y a dónde van), por qué la marea sube y baja, por qué brilla el fuego… lo ves todo desde una perspectiva diferente, y el simple sonido de la lluvia te maravilla por lo que en realidad significa, porque sabes qué significa… Por eso a mí, cuando pienso en ciencia, no se me vienen a la cabeza cuadernos de apuntes nunca.

Esta es la principal tarea de un docente, el despertar esa pasión por la ciencia en cada uno de sus pupilos. Transmitir las razones que le llevaron a escoger la rama que escogió. Impartir su materia con verdadera ilusión y apego. Las diapositivas y los libros de texto están muy bien, pero la motivación, la vocación, es lo fundamental y lo propio.

Mi profesor de Física de bachillerato venía de cuando en vez con juguetes a clase para explicarnos ciertos temas… Tal vez por eso, haya elegido la física como el camino a seguir. La simplicidad de un juguete, puede despertar muchas vocaciones más que un encerado repleto de fórmulas.

Este post nos lo envía Borja González Seoane un físico en potencia, diseñador web y divulgador científico. Apasionado del mundo de la física con ganas de compartir la belleza de esta rama del conocimiento. En abril de 2015 decide crear un proyecto propio de divulgación, y funda así el blog Metros por segundo. Twitter: @GlezSeoane.