Un fascinante juego de piedra, papel o tijera en la Naturaleza

Por Colaborador Invitado, el 7 julio, 2015. Categoría(s): Biología • Divulgación

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Piedra, papel o tijera. Squirtle, bulbasaur y charmander. Una tríada perfectamente equilibrada, un conflicto eterno sin vencedores absolutos. Elegidas al azar, cualquiera de las opciones tiene un 33% de posibilidades de vencer, un 33% de posibilidades de empatar y un 33% de posibilidades de perder.

Existe un ejemplo en la naturaleza de este equilibrio de victorias y derrotas infinitas. Se trata de la humilde lagartija de costado manchado común (Uta stansburiana), a la cual me voy a referir cómo Uta, para evitar usar constantemente el largo nombre común.

Uta se encuentra en las costas del océano pacífico de Norte América, y pertenece a la familia de los frisonomátidos, grupo que a su vez es parte del sub-orden Iguania, que incluye a las iguanas, camaleones, agámidos y al resto de las lagartijas del nuevo mundo. Comparado con el resto de los iguánidos Uta se ve bastante aburrida y poco interesante, pero es en el ciclo reproductivo de esta lagartija en dónde podemos encontrar una de las maravillas de la naturaleza.

Existen tres variedades de macho de Uta que se diferencian por el color de sus gargantas. Los machos de color naranja son de gran tamaño y son muy violentos. Los machos de garganta azul son algo más pequeños y protegen con mucho celo a sus hembras. Finalmente, los machos de garganta amarilla son pequeños y relativamente débiles. Las diferencias entre estos tres tipos de machos parecen estar determinadas principalmente por un solo factor mendeliano con tres alelos.

Tres clases de Uta con tres colores diferentes
Tres clases de Uta con gargantas de diferentes colores

Los grandes naranjas de Uta poseen vastos territorios, y controlan a todas las hembras que viven en sus tierras. Ellos se pueden reproducir con cualquiera de sus hembras y son altamente territoriales y agresivos. Van a atacar a cualquier macho que intente aprovecharse de sus hembras o que entre en sus dominios. Los Uta naranjas incluso van a pelear con otros machos para robarles sus hembras y tierras.

La variedad azul de machos son más pequeños y débiles que los naranjas. También poseen tierras, pero menos extensas y con solo una o dos hembras. Estos machos protegen celosamente a sus hembras, de las cuáles no se alejan ni por un segundo. A pesar de su celo, nada pueden hacer contra los naranjas, que son más grandes y agresivos, por lo que estos roban fácilmente las hembras de los azules.

Naranja le gana a azul.

La tercera variedad de macho de Uta, los de garganta amarilla, es incluso más pequeña que los de garganta azul. Estos machos no son lo suficientemente fuertes para controlar tierras, y tampoco tienen hembras a su haber. No tienen ninguna posibilidad de enfrentar en combate y ganar contra los azules, y mucho menos contra los naranjas. Estos machos tienen sin embargo un as bajo la manga. Por su reducido tamaño y coloración, se parecen bastante a las hembras. Los amarillos intentan hacerse pasar por hembras para colarse en territorios ajenos para reproducirse con hembras reales. Ellos llegan incluso a imitar algunas de las conductas de las hembras. Usando el sigilo y el mimetismo, los machos de garganta amarilla se cuelan en los vastos dominios de los naranjos y se reproducen con las hembras de estos, yéndose después del acto tan sigilosamente cómo llegaron.

Amarillo le gana a naranja.

Los astutos amarillos tienen sin embargo una debilidad. Ellos pueden colarse sin problemas en los extensos terrenos de los naranjas, pero tienen muchos problemas para acercarse a los celosos machos de garganta azul. Cómo los azules manejan territorios más reducidos, y solo una o dos hembras, los amarillos no pueden realmente engañarlos con facilidad.

Azul le gana a amarillo.

Lo sorprendente del ciclo de victorias y derrotas es que afectan en gran medida a las poblaciones de esta lagartija. Si en una temporada reproductiva hay una mayor cantidad de machos naranjas, los azules tendrán muchos problemas para reproducirse, pero los amarillos serán muy exitosos. Esto hará que en la temporada siguiente los machos amarillos se hagan predominantes. En estas circunstancias, los azules son exitosos, ya que pueden defenderse con facilidad de los amarillos y no hay muchos naranjos que les quiten sus hembras. La siguiente temporada a esta habrá una mayor cantidad de machos de garganta azul, y ahora le tocará el turno a los naranjos de ser los ganadores. Sin machos amarillos que los engañen, y con muchos azules a los que quitarles hembras, los machos de garganta naranja se volverán los más numerosos en la temporada siguiente. Luego ganarán nuevamente los amarillos, y después los azules, para dar de nuevo hasta el dominio de los naranjos, y así sucesivamente hasta el infinito.

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Muchas veces a los investigadores nos preguntan, “¿Y para qué sirve lo que estás investigando?”, y en algunos casos no sabemos cómo responder esa pregunta con honestidad. Pero son los casos cómo el de Uta stansburiana y muchos otros en dónde podemos encontrar la respuesta. Que el azar evolutivo de la naturaleza haya formado un balance tan perfecto y dinámico es un verdadero milagro.

Lo que investigamos sirve, en muchos casos, para descubrir las maravillas escondidas en la naturaleza.

Este artículo nos lo envía Vicente Muñoz Walther. Ingeniero en Biotecnología Molecular de la Universidad de Chile, en Santiago de Chile. En la actualidad trabaja en el laboratorio de Virología Molecular de la Fundación Ciencia & Vida. Vicente también escribe cuentos cortos de fantasía y ciencia ficción, los cuáles podéis leer en cuentosdeltente.blogspot.com.

Referencias científicas y más información:

Sinervo, B.; C.M. Lively (1996). «The rock–paper–scissors game and the evolution of alternative male strategies». Nature 380 (6571): 240–243

Zamudio, Kelly R.; Barry Sinervo (2000). «Polygyny, mate-guarding, and posthumous fertilization as alternative male mating strategies». PNAS 97 (26): 14427–14432



Por Colaborador Invitado, publicado el 7 julio, 2015
Categoría(s): Biología • Divulgación