La pregunta Naukas 2016 – Mauricio-José Schwarz

Por El Nocturno, el 14 febrero, 2016. Categoría(s): Naukas
3ª edición de la Pregunta NAUKAS
3ª edición de la Pregunta NAUKAS

Si pudieses hacer una pregunta, solo una pregunta, a un extraterrestre de una civilización muy avanzada… ¿Cuál sería?

Parto de la base de que el “extraterrestre de una civilización muy avanzada” está aquí, en nuestro planeta, y que tiene la capacidad de entenderme. En tal caso preguntaría:

¿Cuáles son las bases teóricas y la aplicación tecnológica de las mismas que le han permitido viajar hasta aquí?

¿Qué pretendo obtener con la respuesta? En realidad, como escritor de ciencia ficción que también he sido, siempre me molestó la idea de que los extraterrestres vendrían en calidad de conquistadores, esa visión colonial postrenacentista traducida a niveles galácticos. Incluso Hawking ha hablado de que esos extraterrestres vendrían “a buscar recursos” y a esclavizarnos. Es una idea de la variedad de la Space Opera que no resiste ningún análisis serio aunque haga bonitas aventuras.

En realidad, basta pensarlo un poco, para hacer un viaje interestelar o intergaláctico, una sociedad debe tener acceso a una cantidad de energía absolutamente enorme y de modo no estorboso, no en forma de combustible que es pesado, y debe poder haber hallado atajos en las leyes de la física. Quien puede producir, manejar y controlar las cantidades de energía necesarias para un viaje así (por ejemplo, curvando el espacio, viejo truco de la ciencia ficción para salvar las abrumadoras distancias cósmicas pero que necesitaría energías asombrosas) no necesitaría los patéticos recursos de la Tierra, sus minerales, sus bosques, sus pececitos o a los primates que le saltamos encima haciendo cositas que nos hacen sentirnos importantes.

Una sociedad con energía infinita y los conocimientos que inevitablemente se desarrollan concomitantemente, no necesita esclavizar a unos impredecibles y poco avispados organismos de carbono pudiendo crear máquinas mucho más eficaces y fiables (la esclavitud es el robo de la fuerza de trabajo, de la energía de los esclavos, si tienes energía ilimitada para tus proyectos, ¿quién quiere el lío moral y administrativo de tener esclavos, mismos que, a la larga, van a acabar rebelándose y ahorcándote con sus cadenas como Leia a Jabba The Hut?).

Quien tiene energía sin límites puede crear elementos mediante transmutación o fusión o algún otro sistema no conocido, o en el peor de los casos puede encontrarlo seguramente a menos distancia de su planeta. Vamos, no tiene que ir al otro lado de la metagalaxia para encontrar níquel y luego transportarlo de vuelta a su galaxia… aunque tenga la energía para hacerlo, es una tontería. Puede terraformar cualquier planeta a su alcance para que produzca todas las especies animales y vegetales que quiera. (Y, dado su avance, previsiblemente, tendría conocimientos genéticos bastantes para hacer encaje de bolillo de ADN con métodos capaces de hacer que el CRISPR parezca hacha de mano del magdaleniense junto a un escalpelo láser, para hacer organismos a capricho y no depender de la evolución y sus imperfecciones).

Así, si el señor extraterrestre nos dice cómo consiguió la energía necesaria para llegar aquí salvando distancias inimaginables, nuestra capacidad de cambiar el mundo sería casi ilimitada. El principal problema que tenemos como especie es el de la energía, es un problema a niveles tales que a veces no lo aprehendemos en toda su importancia, sobre todo cuando tenemos enchufes eléctricos en casa. Con energía abundante y gratuita, se puede irrigar África, se pueden mover mercancías, se puede ir a Marte, se pueden producir bienes abundantes, se puede difundir el conocimiento, se pueden obtener materiales para producir a bajo coste satisfactores abundantes. Y de paso se puede controlar el calentamiento global, reducir la contaminación, desarrollar métodos mejores para obtener mejores cultivos con menos tierra… vamos, la energía gratis y abundante sería el máximo acontecimiento de la historia de la humanidad. Puede cambiarlo todo. Y, teniéndola, ya podemos ponernos a investigar todas las demás preguntas que nos gustaría hacerle al señor extraterrestre (por ejemplo: “¿Por qué no es usted verde o por qué es verde?”).

(Recomiendo, de paso, la lectura del cuento “Zapatos marrones” de Theodore Sturgeon, que aborda el problema de la energía de una manera brillante y es elemento de esta reflexión.)



Por El Nocturno, publicado el 14 febrero, 2016
Categoría(s): Naukas