¿Debemos prepararnos para una gran tormenta solar?

Por El Navegante, el 18 octubre, 2016. Categoría(s): Astronomía
Fuente: NASA

Con fecha de 13 de octubre de 2016, la Casa Blanca hacía pública una orden ejecutiva del presidente Barack Obama donde instaba a los diversos organismos del país a preparar a la nación para contrarrestar los efectos de los «eventos de clima espacial». Erupciones solares, partículas energéticas solares, y perturbaciones geomagnéticas, concreta la nota. ¿Nos hallamos ante una inminente gran tormenta solar? Rotundamente no. Este anuncio no se debe, en absoluto, a que nadie haya previsto que suceda nada anormal en el Sol en fechas próximas.

El  20 de enero de 2017, es decir, dentro de 3 meses, será investido el próximo presidente USA. Nos hallamos ante el típico ejemplo de presidente de los Estados Unidos tratando de pasar a la historia en la recta final de su mandato. ¿Quiere esto decir que no es pertinente tomar medidas que nos protejan de una gran eyección solar? Claro que es pertinente. Y debieran hacerlo todos los países. Un gran evento solar va a suceder, sí o sí. Es cuestión de tiempo. Haremos bien si tomamos medidas preventivas. Hay referencias históricas de este tipo de acontecimientos. La tormenta solar más potente de la que tenemos noticia tuvo lugar en septiembre de 1859 y se conoce con el nombre de evento Carrington, debido a que al astrónomo inglés Richard Carrington dibujaba un gran grupo de manchas solares cuando vio, a través de su telescopio, una de las dos eyecciones que se encadenaron. Hablamos de ello en Cerca del máximo solar.

Hemos encontrado por ahí un listado de las tormentas solares registradas desde 1859. Afortunadamente, ninguna ha alcanzado la magnitud de aquella de 1859. De hecho, hay estudios del registro de hielo que apuntan a que nada parecido ha sucedido en los últimos 500 años. Quizá asuste ver una lista tan larga, pero eso no debe inducirnos temor, sino respeto. Ninguna ha tenido efectos que puedan ser considerados graves a nivel global. Y tampoco es sencillo que suceda. Por un lado, la eyección de masa solar tiene que producirse en dirección a la Tierra. Por otro lado, en el evento Carringtong se produjeron no una, sino dos eyecciones solares. La primera deformó nuestro campo magnético, por lo que la segunda tuvo el camino libre para alcanzar la Tierra.

Quizá el anuncio de Obama nos haga pensar que nos hallamos ante una inminente tormenta solar de grandes dimensiones. En realidad, no. La posibilidad de que tal cosa suceda en fechas próximas es prácticamente cero. El Sol tiene un ciclo de actividad de unos 11 años. Dejamos ya atrás el máximo del actual ciclo, el número 24 desde que comenzó el estudio telescópico de nuestra estrella, por lo que sería algo realmente raro que se produjera en este momento una gran eyección solar. Las potencialmente peligrosas tienen lugar alrededor de los máximos de actividad. Además, resulta que el actual ciclo solar ha sido muy, muy modesto. «Enano» si lo comparamos con el anterior. Aquí un gráfico actualizado a fecha de 3 de octubre:

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En el gráfico se recogen el numero de manchas solares observadas, número directamente relacionado con la actividad solar. El que sigue es uno de los últimos grupos de manchas interesante, capturado por Agustín Sánchez Lavega, del Grupo de Ciencias Planetarias de la UPV/EHU.

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El Sol está ya muy tranquilo, sin apenas manchas. La actividad solar va seguir decayendo hasta aproximadamente 2020. Luego irá remontando. O no, porque el anterior mínimo solar fue más largo de lo «normal». Total, que hasta al menos 2024/2025 no se espera alcanzar el próximo máximo solar. Hasta entonces, podemos estar tranquilos. Y a partir de ahí, puede que también. Aunque seguimos teniendo mucho por aprender acerca de la actividad solar y sus ciclos, es posible que estos ciclos de 11 años tengan una envolvente secular llamada ciclo de Gleissberg. De ser así, los próximos máximos podrían ser no muy activos. Aunque aquí entramos ya en el terreno de la especulación.

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Sea como fuere, todos los estados debieran tomar medidas que minimicen los efectos que un evento como el de Carrington pueda producir en una civilización que, cada vez más, depende tanto de la tecnología. Porque, como dijimos al principio, tarde o temprano, sucederá.

Se trata tan solo de ficción pero Jose A. Pérez Ledo (@mimesacojea) ha especulado sobre el tema en «El Gran apagón», podcast que, desde aquí, os recomendamos.



Por El Navegante, publicado el 18 octubre, 2016
Categoría(s): Astronomía