Meridiano cero, medallones de Arago, Paris, Barcelona

Por El Navegante, el 18 abril, 2017. Categoría(s): Astronomía • Curiosidades

Quizá algunos recuerden estas impactantes declaraciones del por aquel entonces ministro de Industria, Jose Manuel Soria, en septiembre de 2013. Por contextualizar, el ministro hablaba sobre la conveniencia o no de que España adoptase el huso horario de Greenwich, una hora menos que la actual hora oficial peninsular española. Lo cual, pensaba Paulino Rivero, presidente del Gobierno de Canarias,  igualaría la hora peninsular y la canaria, para su disgusto . El «una hora menos en Canarias» es propaganda turística gratis. ¡A cada hora!

Las mentes de los políticos son insondables, pero es posible que este monumento al meridiano confundiera al ministro canario. Está situado en la isla canaria del Hierro, en punta Orchilla. Por donde una vez pasó el meridiano cero.

3-meridiano cero Hierro
Monumento al meridiano del Hierro en punta Orchilla (isla del Hierro)

Claudio Ptolomeo (90-168 dC) en su obra Geographia situó el origen de longitudes en la punta más al oeste de la isla de Hierro (Punta Orchilla), por ser la tierra más occidental conocida. Así, todas las tierras tendrían longitudes positivas. Al ser Ptolomeo referencia en materia geográfica durante largo tiempo, el de la isla de Hierro continuó siendo utilizado como meridiano cero a lo largo de 16 siglos.

4.-Mapamundi de Ptolomeo incluido en la edición de Roma de 1478
Mapamundi de Ptolomeo incluido en la edición de Roma de 1478. Fuente: valdeperrillos.com

En un principio el tema del meridiano era cosa sobre todo de mapas. Pero cuando comenzó la navegación trasatlántica, establecer la longitud se convirtió en un problema vital. Encontrar la latitud es sencillo. Te la da, por ejemplo, la altura del polo celeste. Y se puede deducir midiendo la altura del Sol a mediodía. Pero calcular la longitud es un problema mucho más complejo. Se barajaron dos soluciones finales: utilizar al posición de la Luna o utilizar relojes.

En 1667, Luis XIV de Francia funda el Observatorio de Paris, con amplias miras: mejorar el conocimiento sobre el Universo. En 1675  Carlos II de Inglaterra funda el Real Observatorio de Greenwich, más centrado en perfeccionar las técnicas de navegación. Asociados a estos observatorios surgen sus meridianos de referencia, que atraviesan el eje del observatorio. O, más concretamente, el instrumento desde el que se toman las medidas.

Fruto de los trabajos en el observatorio británico, el quinto astrónomo astrónomo real, Nevil Maskelyne publicó en 1767 el primer Nautical Almanac, que incluía efemérides astronómicas para ser empleadas por los marinos. El meridiano de referencia era, lógicamente, el de Greenwich. Pero como cada vez más países navegaban, fueron surgiendo nuevos meridianos. Para ordenar el panorama, en 1884 se celebró en Washington, DC la Conferencia Internacional Meridiano. Por aquel entonces, existían ya más de de una docena de meridianos, como muestra la siguiente tabla.

9-Clipboard02
Meridianos de referencia a fecha de la Conferencia Internacional Meridiano en 1884

El 65% del total de buques, que movían un volumen del 72% del comercio, se regía por el meridiano de Greenwich, mientras que el restante 28% se lo repartían más de una decena de meridianos. El resultado fue la adopción como meridiano 0 del meridiano de Greenwich. En la citada conferencia sucedieron dos hechos reseñables. Por un lado, el astrónomo escocés sir Sandford Fleming propuso dividir la Tierra en 24 husos horarios, de 15º cada uno. La propuesta fue rechazada en aquel momento, aunque sería aceptada más adelante. Por otra parte, los franceses trataron que los ingleses se comprometieran a adoptar el sistema internacional de medidas. Infructuosamente, como bien sabemos.

Los franceses, mientras tanto, tomaron otros derroteros. Siguiendo las ideas racionalistas de la Ilustración, en 1791 la Academia de Ciencias de París adoptó la resolución de idear un sistema de pesos y medidas que pusieran orden en el caos que imperaba en la época, donde prácticamente cada pueblo tenía los suyos. Se propuso una medida basada en la propia naturaleza y no una medida arbitraria. Así nació el metro, base del sistema, definido como la diezmillonésima parte de la distancia que separa el polo de la línea del ecuador. Es decir, desde el polo norte al ecuador, hay exactamente 10.000 km.

12-Kilometre_definition
Definición del metro. «Eso» son 10.000 km

 

Pero claro, para saber cuanto era un metro, había que medir un meridiano. El elegido fue, como no, el que pasa por el Observatorio de Paris, el meridiano 0 francés. Ante la imposibilidad de medirlo entero, se decidió medir el arco comprendido entre Dunkerque (Norte de Francia), y Barcelona con una medida de arco próxima a los 9.5º. El 30 de marzo de 1791, Luis XVI encargó a los geodestas Pierre Méchain y Jean Baptiste Joseph Delambre realizar la medida. Delambre se encargaría de medir la parte Norte (desde Dunkerque hasta Rodez), mientras Méchain mediría la parte sur (desde Rodez a Barcelona). La técnica que utilizada sería la triangulación geodésica. Se trazó una cadena de triángulos, cuyos vértices eran montañas situadas a lo largo del meridiano.

14-Delambre_Jean-Baptiste_btv1b26001383
Cadena de triangulación Dunkerque-Barcelona. Fuente: gallica

Méchain llegó a Barcelona el 10 de Julio de 1792. Situó uno de estos vértices geodésicos en la Torre de Vigía de el Castillo de Montjuic. Aun quedan en el Castillo de Monjuic, marcas hechas por Méchain para sus medidas. Lamentablemente, se encuentran en una zona no visitable por el público. Méchain y Delambre retornaron a París a finales de 1798 con los datos de las mediciones efectuadas entre Barcelona y Dunkerque. Durante seis meses se efectuaron los cálculos necesarios para determinar matemáticamente la longitud de la diezmillonésima parte del cuadrante del meridiano de París. El 10 de diciembre de 1799 Napoleón Bonaparte establece el nuevo sistema métrico decimal, con el lema: “Para todos los pueblos y para todos los tiempos”.

Las-marcas-que-utilizo-el-astr_54415099745_51351706917_600_226
Marcas realizadas por Méchain en la Torre de Vigía del Castillo de Montjuic. Fuente: chauffeurbarcelona.wordpress.com

Cuando Ildefonso Cerdà diseñó en 1859 el Ensanche barcelonés, incluyó un precioso recuerdo a la medida del metro en Barcelona. La Avenida del Paralelo es, efectivamente, un paralelo. Y la Avenida de la Meridiana, un meridiano. Y no cualesquiera. Ambos intersectan en el antiguo faro del puerto, hoy Torre del Reloj de la Barceloneta, que fue otro de los vértices utilizados por Mèchain en su medida.

18-Clipboard02 copia
Las avenidas del Paralel y el Meridia intersectan en la Torre del Reloj de la Barceloneta, uno de los hitos de Mechain

Méchain murió en Castellón de la Plana el 20 de septiembre de 1804, mientras trabajaba en la prolongación de la medida del meridiano. Para entonces, medir el meridiano para afinar la medida del metro era ya irrelevante. Se habían medido ya otros arcos de meridiano y se sabía que la Tierra no era una esfera perfecta y, por tanto, los meridianos no eran iguales. Pero sí interesaba medir diferentes arcos sobre la Tierra para conocer la forma de esta. Laplace, el científico más influyente de Francia, solicitó directamente al emperador Napoleón la continuación de las medidas de Méchain en Cataluña y prolongar el arco de meridiano hasta Valencia y las Baleares. Al fallecer Méchain en plena tarea, se designa a Jean Baptiste Biot, y François Arago, para continuar los trabajos de Méchain. Esta labor no estaría exenta de peligro, pues coincidió con el inicio de la Guerra de Independencia española. El regreso de Aragó a Francia fue toda una aventura, pero lograron la prolongación del meridiano de París hasta la isla de Formentera. El valor del metro deducido del nuevo arco apenas varió en dos milésimas de milímetro de la anterior medida.

31-louvre-courtyard
Medallón de Arago en la conocida explanada del Louvre

De regreso a París, Aragó se convertiría en un personaje ilustre de la época, llegando a ser jefe de estado francés entre mayo y junio de 1848. Y como ilustre personaje que fue, tuvo su monumento en Paris, en la plaza de la Île-de-Sein, frente al observatorio de París. Pero, cosas de la guerra, la estatua de bronce fue fundida por los nazis durante la ocupación de París, en la Segunda Guerra Mundial. A principios de los 90, la peana que una vez soportó la estatua de Aragó seguía vacía. Se organizó un concurso para «restaurar» el honor de Aragó. La peana sigue vacía, pero 135 medallones de bronce de 12 centímetros de diámetro, obra del holandés Jan Dibbets, recuerdan desde entonces a Aragó. Están colocados a lo largo del meridiano de París, pasando por el Observatorio y por la peana de la antigua estatua, que está sobre el meridiano. La obra tiene una longitud de 9,2 kilómetros y fue inaugurada en noviembre de 1994.

Clipboard01

¿Por qué 135 medallones? No hemos encontrado explicación. Pero resulta curioso que la plaza de la Île-de-Sein recibe ese nombre en honor a los 133 hombres, o toda la población masculina de la Ile de Sein en Bretaña, que fueron los primeros que acudieron a la llamada del General de Gaulle en Londres durante la Segunda Guerra Mundial. ¿Tienen que ver estos 133 nombres con los 135 medallones? Sugerente, pero no tenemos ninguna referencia que relacione ambas cifras.

Por desgracia, algunos medallones han desaparecido. Quien quiera dedicar un tiempo a su búsqueda en París, Paris Meridian/Arago Medallions puede ser de los mejores sitios. Incluye un googlemaps con la situación y estado de los medallones. Podéis acceder pinchando en la imagen.

24-Clipboard08

Quien haya estado en Paris, no es raro que se haya encontrado con alguno de estos medallones, pues los hay por todas partes, incluso el interior del Louvre.

Clipboard04

Lamentablemente, los medallones han caído un tanto en el olvido. En mi última visita a París, pregunté por los medallones en una oficina de turismo. Tras un momento de desconcierto, apareció por allí una trabajadora que algo había oído. Y tiró de internet para darme una información que ya había obtenido por mi cuenta.

En fin, la próxima vez que visitéis Paris, dedicadle algún rato a este precioso monumento invisible y desconocido, en homenaje, no solo a Aragó, sino a aquel grupo de científicos que midieron por primera vez, sobre el terreno, el mundo